[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Doloras (II)

Un pobre tendió la mano
a un rico, y con débil voz
le dijo: «Dame, por Dios,
una limosnita, hermano».

Aquel señor, sin piedad,
la espalda al pobre mostrando,
pronto de él se fue alejando
con visible vanidad.

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Sólo un lustro había pasado,
y el rico, gran jugador,
sufrió, por serlo, el rigor
que mala suerte le ha dado.

Trabajando con aliento,
y siempre en pos del saber,
ya era un hombre de valer
el pobre de nuestro cuento.

Y al encontrarse los dos,
pobre el rico y rico el pobre,
una moneda do cobre
aquél le pide por Dios.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Doloras (I)

Publicose un certamen literario
en cierta capital,
tomando parte en él, del vecindario
lo más intelectual.

Mas era del certamen condición,
a todo concursante
habitar el país, pero, ¡oh, traición
del tribunal farsante!

Recibió mil trabajos admirables,
bellos y en sobre abierto…
Triunfó la envidia y premiaron, ¡miserables!,
¡¡el poema de un muerto!!

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Doloras (Dedicatoria)

Dedicatoria

                                                 A mis discípulos

En la marcha pesada de la vida,
hay notas do dolor.
Notas tristes quo mi alma compungida,
hoy pulsa con ardor.

Con ardor porque anhelo la Verdad,
esencia de Dios mismo,
que es la vida, en la gran inmensidad,
desde ci Cielo al abismo.

Y expresan los lamentos de mi ser,
las doloras que en calma,
he podido en la vida componer,
entristecida el alma…

Entristecida al ver los desengaños
que en danza continuada,
se encuentran do la vida, años tras años,
en la, inmensa jornada…

Yo ofrezco a mis discípulos amados,
estas lúgubres notas.
Leedlas y estudiadlas aplicados,
que son frases remotas;

que son ayes del alma al comprender
lo que es la vida humana.
Estudiadlas, que un día habéis de ser
los hombres del mañana.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Parte 2-XXX

xxx

                                           Para M. Brito, el artista delicado.

Yo no creo en los amores de aquel ángel que en lo azul,
esfumose un bello día de recuerdos y de ensueños;
cuando el alba en las alturas extendió su blanco tul,
y en tu prosa le ofrendabas tus amores más risueños.

El sentir de algunas almas es difícil de escrutar,
porque ocultan en sus pechos, muy recóndito, intangible,
los caprichos del efecto, hacia el que han llegado a amar.
Tiernas sí, mas ¿hacia quienes? ¡Descubrirlo es imposible!

Duda, pues, sincero amigo, porque hay ciertos desengaños
que sangrar hacen del pecho, por el cauce del dolor,
las torturas del desprecio que hacen pesados los años,
y más cuando son las causas los anhelos de un amor.

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Yo no creo en aquel ángel que esfumose en los albores
de un hermoso y bello día; sólo creo en sus ensueños,
si conciertan con sus obras, si son puros sus amores,
como son los de una madre: siempre grandes y risueños.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Parte 2-XXIX

XXIX – 

Que me importa la crítica mordaz
que me puedas hacer,
cuando ven de lo que eres tú capaz
y de ambos el valer?

La crítica es a veces una gloria
que alienta al criticado;
por eso no me importa que mi historia
tú la hayas hojeado.

En ella encontrarás los pensamientos
que surgen en mi mente;
en ella tú verás los sentimientos
del que ama locamente.

Pensares y sentires hermanados
por nobles ideales;
pensares y sentires inspirados
del mundo en los mortales.

En ]a vida tan sólo hay ilusiones
que mueren con los años;
en la vida las míseras pasiones
dan sólo desengaños.

Yo sigo por la senda que he emprendido,
en pos de la verdad;
buscando en mis anhelos, decidido,
amor y caridad.

El Arte solamente me extasía,
y mi nido de amores,
y del Orbe la rítmica armonía
y el matiz de las flores.

Prosigue el pensamiento en raudo vuelo,
sujeto a la razón,
y, tras dispersos mundos, en el cielo
encuentro mi ilusión.

—————————

¿Qué me importa tu critica, atrevido?
¿Qué importa tu maldad?
Yo sigo par la senda que he emprendido,
en pos de la Verdad.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Parte 2-XXVII

XXVII

Como eres un soberbio do carrera,
demuestras tu saber,
formando discusiones donde quiera,
sin tu error comprender.

El publico ignorante a ti se inclina
con gran adulación,
y en tus frases do orgullo no adivina
la estúpida intención.

¡Que hombres haya de tanta vanidad
y tantas liviandades!
¡Que haya pueblos de tanta ceguedad
que aplauden necedades!

Si entiendes ha de ser tu profesión,
sujeto a mil errores;
pues sabios en el campo diz que son
los nobles labradores.

Como ores un soberbio de carrera,
demuestra tu saber,
a coda cual tomándole en su esfera
su sabio parecer.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Parte 2-XXVI

XXVI

Recuerdo el bello día
que cerca de unas aguas cristalinas,
hablábamos de amor frases divinas,
henchidos de alegría.

Recuerdo aquel momento
en que los dos, cediendo a la belleza,
en las aguas mirabas la grandeza
del alto firmamento;

y yo, al querer hallar
lo bello por esencia, sólo a ti
entre las aguas cristalinas vi
como un astro rielar.

Del bosque, vagamente sentíase
el susurro en el follaje,
al agitar los vientos el ramaje,
y el eco de la fuente;

y en ritmos de armonía,
nuestras frases pletóricas de amores,
los trinos de las aves entre flores
y el encanto del día.

Cadencias delicadas
que sienten los espíritus sensibles;
efectos que en los hombres son tangibles
por almas elevadas.

———————————————

Recuerdo el Bello día
cuando ambos en la selva legendaria,
formábamos de amor una plegaria,
henchidos de alegría.

———————————————-

Del éxtasis nos quita (no lo olvido)
la piedra que de un risco desprendida,
enturbió aquellas aguas. Su caída
produjo un eco de espantoso ruido.

Al ver que a ti y al cenit (cosa rara)
el agua no copiaba, con anhelo,
en pos de lo real, miraste al cielo.
Yo en pos de mi ilusión, mire a tu cara.

Mil veces, del amor en los antojos,
quedábamos absortos, sin cesar,
comprendiendo el lenguaje del mirar
que expresaban inquietos nuestros ojos.

Y en coloquios idílicos los dos,
panoramas de dichas concebimos.
En alas del querer los dos cumplimos
las leyes del amor, dadas por Dios:

Amar y ser amado, lo sublime
de la vida, lo excelso y misterioso;
amar y ser amado, lo grandioso
que del caos al mundo lo redime.

Y puro cual el alba, en un momento,
un ósculo sonó lleno de ardor.
Era de nuestras almas en amor,
que de amarse se dieron juramento…

Llegó el fatal instante de partir,
y, mirándonos llenos de tristeza,
marchamos: yo, soñando en tu belleza,
a la América en pos de un porvenir.

Tú, a esperarme en tu casa, me decías,
ambos, tal vez, de una esperanza en pos;
y, cual yo, desde lejos repetías:
«¡Soy tuya hasta la muerte! ¡¡Adiós, adiós!!».

En la ausencia pasáronse tres años
y al volver a mi patria, aquel lugar,
entusiasmado quise visitar,
hallando solamente desengaños,

Como el agua en vapores desprendida,
se fue a otra parte en nube nacarada,
a ti, ¡ingrata! que hasta mi elegida,
¡con otro joven te encontré casada!

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Parte 2-XXV

– XXV –

Cuantas veces tus versos he leído, sin jamás comprender
lo que en ellos decir has pretendido,
la estrofa al componer.

Más que líricas frases, pensamientos,
y el arte par esencia,
en tus versos se advierten los intentos
de la fatua apariencia.

Sólo empleas palabras poco usadas,
confundiendo el lenguaje,
cual sombras de la noche, dispersadas,
que eclipsan el paisaje.

Y empleas además la consonancia
que hasta el niño inocente
desde los años de su tierna infancia,
comprende fácilmente.

Y te llamas poeta en tu trovar,
sin tener poesía,
los versos que pretendes encomiar
un día y otro día.

¿No comprendes que el alma que se inspira,
al decir lo que siente,
de la belleza que en el Orbe admira
con entusiasmo ardiente,

en cada verso encierra un pensamiento
o una nota armoniosa,
que le ha dado quizás del firmamento
la bóveda azulada;

o inspirado tal vez en la grandeza
de la tierra y los mares,
y por eso, del Arte la Belleza
existe en sus cantares?

Esas notas sublimes, arpegiadas
con alta inspiración,
las preludian las almas delicadas,
henchidas de emoción.

¿Tú no yes que el poeta delicado,
del Arte siempre en pos,
describe lo más bello y elevado,
cantando amor a Dios?

Canta, poeta, canta en altos vuelos
de amor y libertad.
Con la idea prosigue hasta los cielos
en pos de la Verdad

más que palabras, forja pensamientos
y el arte por esencia,
y tus versos serán siempre portentos
do ritmos y elocuencia.

Pon en tus versos frases delicadas,
talento y armonía
e inspírate en las cosas más preciadas,
que así es la Poesía.

Prosigue el ideal que vas siguiendo
y llega hasta la meta;
mas, sabe que hay peligro confundiendo
versador con poeta.