[*Opino}> Los para mí fascinantes patos

Carlos M. Padrón

Como por años crié patos, pues esos animales me parecen fascinantes, estas fotos las entiendo muy bien y me traen gratos recuerdos. La última, en cambio, me da mucha lástima.

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Aún sin terminar de salir del cascarón, pero ya con sus ojos bien abiertos y listo para levantarse y echar a andar apenas despegue su culito del resto de yema que hay dentro de la cáscara del huevo, que es lo último que ocurre durante el nacimiento.

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Se dice que adoptan por madre al primer ser vivo que ven al nacer y que luego permanezca cerca de ellos. Es casi seguro que éstos nacieron en incubadora.

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Sí, hay países que dan prioridad a los animales que, como los patos, deben atravesar una vía pública para ir, por ejemplo, a un lugar donde puedan nadar.

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Pero a veces esa travesía encierra peligros que mamá pata no sabe anticipar, y entonces ocurre una desgracia.

[*Opino}– Los patos y la guerra de los sexos

Que me perdonen los autores de la investigación citada en el artículo que sigue, pero, por lo que conté en Origen y evolución de mi «patología», el lector podrá notar que mi experiencia de 17 años lidiando con patos no avala lo dicho en tal artículo.

Si en una copulación forzada la pata lograra lo que abajo se dice que logra, yo no habría podido contar con tantos huevos fertilizados, pues, como ya conté, el pato era sólo uno, y las patas eran muchas; con todas ellas, excepto con una (la favorita), la copulación era forzada, pero los más de los huevos que todas ponían estaban fertilizados.

Carlos M. Padrón

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23/12/2009

Teresa Guerrero

La guerra de los sexos puede tener consecuencias sorprendentes, al menos en el caso de los patos.

La reproducción de estos animales es el tema de una curiosa investigación llevada a cabo por la Universidad de Yale, en EEUU, para intentar explicar la extraña morfología de sus órganos sexuales, muy diferentes a los de otras aves.

Pues bien, según este estudio, las hembras han desarrollado una vagina en forma de espiral para poder defenderse de los machos agresivos que, con mucha frecuencia, las fuerzan a mantener relaciones sexuales.

Los órganos sexuales de los patos: vagina (izquierda) y un pene (derecha).

 

La lucha por el control del proceso reproductivo subyace detrás de esta batalla entre sexos, según Patricia L. R. Brennan, la principal autora del estudio que el miércoles publica Proceedings of the Royal Society B.

«En los patos, las hembras pueden evitar que el pene del macho las penetre completamente, pero éste puede lograr una erección en menos de medio segundo, lo que le permite copular aun cuando las hembras están tratando de resistir durante un acto sexual forzado», explica la investigadora.

Sólo el 3% de las aves tienen pene

A diferencia de la mayor parte de las aves, que no tienen pene, los de los patos son grandes —pueden llegar a medir hasta 20 centímetros— y flexibles, con una forma parecida a la de un sacacorchos.

«En las especies en las que es común la copulación forzada, los machos han desarrollado penes más largos, mientras que las vaginas de las hembras han evolucionado hasta tener una forma en espiral en la dirección contraria a la del pene, lo que dificulta la penetración», afirma Brennan.

La investigación comenzó a partir de otro estudio de Yale que, en 2007, describió por primera vez la extraña forma de los genitales de los patos. Sólo el 3% de las aves tienen falo, como los avestruces o los patos.

Durante el acto sexual, estos animales sacan y extienden su pene, que está dentro del cuerpo. Su gran tamaño les da ventaja a la hora de mantener relaciones sexuales forzadas. Los investigadores llevaron a cabo varias grabaciones a alta velocidad y comprobaron que los patos sólo tardaban medio segundo en copular.

Tras realizar varias pruebas con tubos de cristal con formas parecidas a la vagina de las hembras pato, comprobaron que la forma de ésta les impide la copulación forzada, lo que, según los investigadores, aportaría nuevos datos sobre el conflicto de sexos desde un punto de vista de la procreación: «La evolución de la anatomía de los patos para controlar la reproducción es otro ejemplo del conflicto sexual en la Naturaleza», concluye Brennan.

Fuente: El Mundo