03-08-12
Cuando alguien pide ayuda, o que se le dé algún tipo de facilidades para conseguir un fin que está complicado, suele utilizar expresión ‘dame cuartel’, que también se usa para señalar que se ha sido tolerante con alguien o se le han facilitado las cosas.
Esta expresión, y todos sus derivados, vienen de la época en que dos ejércitos que combatían entre sí podían ponerse de acuerdo antes de empezar la batalla y marcar una zona de exclusión, llamada cuartel, que acogía a los soldados, tanto de un bando como del otro, que, por algún motivo, decidían no participar en la contienda.
Éstos podían gritar en un momento dado «¡Cuartel, cuartel!» y, tras lanzar sus armas al suelo, desplazarse con los brazos en alto hasta el lugar señalado como seguro. Una vez acabada la batalla, eran arrestados y se les sometía al castigo pertinente.
Y de esa zona de exclusión también nacen otras famosas expresiones como ‘no dar cuartel’ o ‘luchar sin cuartel’, cuyo significado es todo lo contrario.
Muchas eran las ocasiones en las que los ejércitos de ambos bandos decidían que la batalla sería encarnizada y sin posibilidad alguna de rendición de los soldados de ambas partes, de ahí que las expresiones ‘no dar cuartel’ o ‘luchar sin cuartel’ signifiquen «no dar tregua ni ser benévolo con el adversario, y luchar a muerte hasta el final«.
Cortesía de Leo Masina