En el Metro, en hora punta y sin espacio ni para respirar, una chica se dirige a al hombre sentado a su lado, y le dice:
—Disculpe, ¿se podría apartar un poco? Tiene usted algo duro dentro del pantalón que me está apretando el muslo.
—Oh, ¡perdón! Es que llevo el sobre con mi paga.
—Pues debe de tener usted un trabajo increíble porque desde la última parada le han aumentado el sueldo tres veces.
