[LE}– Neologismos aceptables

2014-12-16

Amando de Miguel

Resulta muy común la apreciación nacionalista de que no debemos aceptar neologismos, aunque procedan de otras lenguas.

Pero si compartiéramos todos tal actitud, nuestro idioma pronto se encontraría tan muerto como el latín. Recuerdo que esta seccioncilla se llama precisamente «La lengua viva». Otra cosa es que aceptemos los neologismos por seguir la corriente, por un alarde de mimetismo o tontería.

Un amigo mío se quejaba hace poco de que son tantos los eventos culturales, que a través de ellos se cuelan demasiados términos del inglés. Puede que tuviera razón, pero su reacción me pareció incompatible con el uso de evento como algo planificado, previsto, organizado. Se trata de un sentido proveniente del inglés.

En español castizo significa lo contrario: algo imprevisto, espontáneo, azaroso. Pues bien, considero que el nuevo sentido de esa voz resulta útil. Al menos la consideramos inevitable.

En los géneros narrativos distinguimos entre novelón, novela, novela corta y relato o cuento, según el tamaño. Dado que ahora disponemos de poco tiempo, con tantas cosas por hacer, se impone el microrrelato. El extremo podría ser el famoso cuento de Monterroso sobre el dinosaurio, de sólo una corta frase. Podría haber escrito «saurio» y habría resultado aún más breve.

A nuevas realidades, nuevas palabras. Se han hecho muy populares las autofotografías, que no se llaman así sino selfies. Se quedarán en selfis. Para los cuales (pues masculino parece) el último invento es el monópedo, un vástago telescópico que permite tomar la imagen de un grupo, incluido el fotógrafo.

Me gusta mucho la nueva institución de la quedada, la reunión de personas amigas que se relacionan por teléfono o por internet. Yo la practico mucho. Me dicen que los jóvenes la escriben así: kdd. Volvemos a las palabras sin vocales, como en las lenguas semíticas, aunque sólo sea como juego. Así, el primer secretario, o como se llame, del PSOE, tan guaperas como soso, es conocido en los ambientes como Snchz.

Puestos a apocopar palabras y expresiones, me encanta finde. En este caso no cuajó el original inglés week end, que ha penetrado en otros idiomas europeos. En mi niñez no existía nada parecido al fin de semana: los sábados por la tarde teníamos clase. Bien es verdad que los jueves por la tarde eran no lectivos.

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[LE}– Cuidado con el inglés

2014-04-11

Amando de Miguel

La actitud más corriente es renegar de los barbarismos, especialmente los que proceden del inglés, que por todas partes nos cercan.

Quizá sea por la tradicional inquina de los españoles hacia los ingleses. Es un prejuicio, claro está. Puede ser también una consecuencia de la frustración que genera el intento repetido de aprender inglés.

Pero los anglicismos se importan con naturalidad porque circulan por todo el mundo. El inglés es la lengua de comunicación internacional por antonomasia. Lo que se debe hacer es conocer por qué y cómo se utilizan determinados anglicismos.

Hace más de un siglo se introdujo en España el foot ball, y así se llamó. Luego circuló un tiempo la versión de balompié, pero pronto se rechazó. Quedó la voz fútbol, aunque muchos pronuncian fúrbol.

Otra palabra de ese juego es corner, que ha prosperado mejor como saque de esquina. La palabra inglesa se reserva para esos tenderetes elegantes que montan algunas firmas en los pasillos de los grandes almacenes. Un anglicismo nuevo es fotocol, también en su versión española. Es esa pantalla con logotipos de marcas comerciales o de instituciones que aparecen detrás de algunas personas más o menos famosas. Son las que posan ante las cámaras de fotos o declaran ante las de televisión.

Una palabra universal es jeans (pantalones vaqueros). No ha entrado en España. Aquí preferimos vaqueros. En el inglés americano el vaquero se dijo cow boy. En el lenguaje del Oeste americano hay algunas palabras que son hispanismos. Otro anglicismo universal es week end. Tampoco se ha aceptado mucho en España. Preferimos decir «fin de semana» o coloquialmente «finde».

No siempre el anglicismo es una riqueza. Tomemos la palabra health, que significa tanto salud como sanidad. En español son dos conceptos algo distintos. La Organización Mundial de la Salud tendría que ser, mejor, Organización Mundial de la Sanidad. Está bien que digamos «Ministerio de Sanidad», pero es confuso lo de «Consejería de Salud». La salud es algo individual, de cada persona, que resulta de la acción sanitaria (los medios de Medicina y Farmacia), de la alimentación y de las condiciones genéticas. Hay una tendencia ahora a traducir siempre health por salud. Es un error.

Otra pareja parecida de conceptos es la de educación y enseñanza. La educación corresponde al proceso individual de aprendizaje. La enseñanza sería el conjunto de medios para facilitarlo. Otra vez, en inglés no existe más que education. La tendencia es a traducirlo por educación.

Es una lástima dejar a un lado la enseñanza cuando corresponde. El ministerio correspondiente es ahora «de Educación». Debería ser «de Enseñanza». Es una batalla perdida. El inglés puede con todo. Era muy bonita y muy acertada la expresión tener buena educación. No creo que se emplee mucho. La asignatura de Urbanidad pasó a la historia. Recuerdo muy bien el texto de esa asignatura en el colegio «El muchacho bien educado». Hoy provocaría risas.

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