[*MiIT}– Más cambios en Gmail

12/11/2013

Carlos M. Padrón

Ahora es con los adjuntos (attachments), según explica el artículo que copio abajo.

No entiendo lo que Google persigue con los repetidos cambios en Gmail, cambios que me molestan, como sé que también molestan a muchos de mis contactos a pesar de que ellos, al contrario que yo, sólo tienen en Gmail una cuenta, pero igual les molestan los cambios de formato, apariencia, y ubicación de las opciones de manejo, pues, como bien dicen, cuando ya han aprendido a manejar un cierto formato, vienen los cambios y se sienten perdidos y obligados a perder tiempo aprendiéndolos.

Tal vez el propósito de Google sea —a pesar de lo ya dicho acerca de muchos de mis contactos— obligar al usuario a manejar el correo y demás desde dentro de la cuenta de Gmail, lo cual es algo que no puedo permitirme porque, como he dicho repetidas veces en este blog, tengo una media docena de cuentas Gmail y no puedo caer en el suplicio de entrar a cada rato en cada una de ellas. Por tanto, las tengo vinculadas a mi Outlook, y desde Outlook envío por cualquiera de esas cuentas, y en Outlook recibo lo que me envíen a través de ellas.

Por cierto,el artículo que sigue tuve que pasarlo por los filtros COGER para que quedara decente. Uno de sus gazapos, o colección de ellos, es esta explicación puesta a una imagen (ver abajo):

  • «Arriva, como se verán las vistas previas pequeñas, bajo, la completa»

que contiene nada menos que tres errores, pues debieron escribirla así:

  • «Arriba, cómo se verán las vistas previas pequeñas; abajo, la completa».

Una vez más me pregunto si, por lo menos. no usan correctores. Tal vez si se les pregunta dirán que son técnicos en informáticas y no expertos en lengua española. Si es así, que se dediquen a su técnica pero que, por favor, no escriban para el público. Algo que tampoco entiendo es por qué el medio digital para el que escriben les publica sus barrabasadas.

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12/11/2013

Ya no será necesario en Gmail bajar los archivos adjuntos

Google ha anunciado que los usuarios ya no tendrán que bajar los archivos adjuntos en Gmail para poder obtenerlos.

Arriva, como se verán las vistas previas pequeñas, bajo, la completa

 

 

Han actualizado Gmail con una mayor integración con Google Drive, que permite guardar los archivos directamente en la «nube» de Google Drive sin tener que abandonar la página de Gmail.

Ahora, cada vez que un usuario abra un email que contenga archivos adjuntos, podrá ver, al final del email, una vista previa, muy pequeña, del tipo de documento. Cuando el usuario clique sobre alguno de estos archivos, aparecerá una vista previa completa, han dicho a través de su blog oficial.

Pero no sólo esto, sino que la persona que quiera bajar el documento —o, mejor dicho, guardarlo— para luego imprimirlo o usarlo, tendrá que pasar el cursor del ratón sobre la vista previa pequeña y clicar en el botón de «Drive».

El contenido se guardará directamente en la cuenta de Google Drive del usuario. Con esta posibilidad, el usuario podrá disponer del archivo en cualquier dispositivo, eso sí, necesitará conexión a internet para acceder a él.

Claro está, que se mantiene aún la opción de bajar a un dispositivo. Para hacerlo sólo hace falta clicar sobre la flecha que aparece sobre la pequeña vista previa. Esta opción estará disponible para la versión de escritorio de Gmail y se empezará a aplicar la próxima semana.

Fuente

[Hum}– Relaciones por vía de la informática

La hija, le mandó a su padre este e-mail:

  • «Papá, estoy enamorada de un chico que está muy lejos de mí, pues, como sabes, estoy en Australia y él vive en el Reino Unido. Nos conocimos en un sitio de
    citas web, nos hicimos amigos en Facebook, tuvimos largas charlas en Whatsapp, él me propuso matrimonio a través de Skype, y hemos tenido dos meses de
    relación a través de Viber. Papá, necesito tus bendiciones y buenos deseos».

Respuesta del padre:

  • «¡Wow, eso es realmente increíble! Entonces cásate en Twitter, diviértanse en Tango, compren a sus hijos en Amazon y que te los envíen a través de Paypal. Y si en algún momento te hartas de tu marido, véndelo en Ebay».

Cortesía de Eva Matute

[Hum}– ¿Tu pendrive tiene blutufe? La tecnología y la edad

Historia, bien contada, que muestra la rapidez de la modernidad. Es difícil, casi imposible, que lo entendamos quienes ya tenemos una pila de años.

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Miguel sacó el papel de su bolsillo, confirmó lo que leía, y preguntó a la dependienta:

—Hola, ¿tienes pendrive?

—Sí, tenemos.

—¿Qué es un pendrive? ¿Puedes explicármelo? Mi hijo me pidió que le comprara uno.

—Bueno, un pendrive es un aparatito en el que se guarda todo lo que hay en el PC.

—Ah, es como un disquete.

—No. En el pendrive usted puede almacenar textos, imágenes y películas. El disquete, que ya ni existe, sólo aceptaba texto.

—Ah, OK. Quiero uno.

—¿De cuántos gigas?

—¿¿¿Quéee???—. Miguel se pierde.

—¿De cuántos gigas lo quiere?

—¿Y qué es un giga?

—Es el tamaño del pendrive.

—Ah, OK. Quiero uno pequeño, que sirva para llevar en el bolsillo; no muy grande.

—Todos son pequeños, señor. El tamaño se refiere a la cantidad de cosas que puede guardar.

—Ah, OK. ¿Y cuántos tamaños tienen ustedes?

—Puede ser de 2, 4, 8, 16 gigas…

Miguel piensa y dice:

—Uhmmmm, mi hijo no me dijo cuántos gigas necesita.

—En ese caso, lo mejor es llevar el mayor.

—Sí, bueno, creo que sí. ¿Cuánto cuesta?

—Bueno, el precio varía conforme al tamaño. ¿Su entrada es USB?

—¿¡Cómo!?

—Es que para acoplar el pendrive en el PC debe haber una entrada compatible.

—¿USB no es la potencia del aire acondicionado?

—No, eso es BTU.

—¡Ah! Sí, es eso. Confundí las iniciales. ¡Y yo que sé si la entrada del PC es USB!

—El USB tiene unos dientes que encajan en los orificios del PC. El otro tipo de USB es el P2, más tradicional, y en ése usted sólo tiene que meter el pin en el agujero redondito. ¿Su PC es nuevo o antiguo? Si es de los nuevos, es USB, pero si es algo más viejo, es P2.

—Creo que el mío tiene 2 años; el anterior aún tenía disquete. ¿Te acuerdas del disquete? Cuadradito, negro, fácil de cargar, casi no tenía peso. Mi primer PC funcionaba con esos disquetes que había, tipo galleta, grandotes y cuadrados. Era bien más simple, ¿no crees? Pero ya veo que los de hoy ni tienen entrada para disquete, o es CD o pendrive. ¡Qué cosa! Bien, no sé qué hacer. Mejor le voy a preguntar a mi hijo.

—Claro, ¿por qué no lo llama?

—Bien que me gustaría llamarlo, pero mi celular es nuevo y tiene tantas cosas que ni aprendí aún a marcar.

—Déjeme ver. ¡Guau! ¡Es un smarthphone! ¡Y bien bueno! Tiene bluetooth, woofle, brufle, trifle, banda larga, teclado touchpad, cámara fotográfica, flash, vídeo, radio AM/FM, TV digital… Y también puede enviar y recibir e-mails, torpedo direccional, microondas y conexión wireless.

—Blu,… blu… ¿blutufe? ¿Y microondas? Entonces, sirve para cocinar?—, pregunta Miguel con asombro.

—No, no señor. ¡Usted me hace gracia! Es que éste funciona en el subpadrón, y por ello es mucho más rápido.

—Y… ¿para qué sirve el blutufe ése?

—Es para poder comunicar un celular con otro, sin usar cables.

—¡Qué maravilla! ¡Qué gran novedad! Pero, vamos a ver, ¿los celulares no se comunican unos con otros sin cable? Yo nunca he necesitado un cable para llamar a otro celular. Que yo sepa, en un celular el cable es sólo para cargar la batería.

—No, ya veo que usted no entiende mucho de esto. Mire, con el bluetooth usted pasa los datos de su celular a otro celular. Por ejemplo, su lista de contactos…

—¡Ah! ¿Y antes necesitaba un cable?

—No, tenía que cambiar el chip.

—¿¡Quéeee!? Ah, sí, el chip. Entonces, ¿hoy ya no es necesario el chip?

—Sí, es necesario, pero el bluetooth es bastante mejor.

—¡Qué bien esto del chip! ¿Y mi celular tiene chip?

—Uhmmm. Un momentito, déjeme ver… Sí, tiene chip.

—¿Y yo que hago con el chip?

—Por si usted necesita o quiere cambiar de operador, portabilidad, eso…

—Si lo sé, claro que lo sé. ¿¡No iba yo a saber una cosa de ésas, tan simple!? ¿Entonces, imagino que para conectar todo eso, y después de un curso de dos meses, sólo necesito clicar en unos doscientos botones, ¿no?

—¡Noooooo! ¡Es todo muy simple y fácil de aprender! ¿Quiere llamar a su hijo? Escriba aquí su número, teclee y apriete el botón verde. Ya está llamando.
Miguel sujeta el celular con la punta de los dedos, y temiendo ser llevado por los aires, ¡hacia otro planeta!

—Hola, hijo, soy papá… Sí, dime, hijo, el pendrive que quieres es de cuántas… ¡Ay ¿cómo es el nombre? Ah, gracias, ¿cuántas gigas? ¿4 gigas? OK. Y hay otra cosa,… ¿cómo era? Ah, ¿nuestra conexión es USB? ¿Sí? OK. ¡Qué locura! OK, hijo, te llevo el pendrive.

—¿Qué edad tiene su hijo?

—Va cumplir 10 en marzo…

—¡Oh, que rico!

—Pues sí, señorita, me llevo uno de 4 gigas con conexión USB.

—Ok, señor. ¿Lo quiere para regalo?

Más tarde, y ya en su oficina, Miguel examinó el pendrive, un minúsculo objeto, menor que un mechero, capaz de almacenar películas. Pero, ¿dónde iremos a parar? Con cierto recelo, mira su celular, que está sobre la mesa. «Máquina infernal», piensa. Todo lo que él necesita es un teléfono capaz de marcar números y recibir llamadas. Y, en este momento, tiene en sus manos un dispositivo sofisticado, tan complejo que nadie que no sea especialista sabrá comprender.

En casa, entrega el pendrive a su hijo y ver cómo funciona. El niño inserta el dispositivo en el PC y se abre una ventana en la pantalla. Seguidamente, con el ratón abre una página de Internet en inglés. Selecciona unas palabras, y un ‘heavy metal’ infernal invade la habitación y golpea los oídos de Oswaldo. Otro clic, se acaba la música, y el niño comenta:
—Bueno, papa, bajé la música. Ahora, me llevo el pendrive a cualquier sitio y, donde haya una entrada USB, lo inserto y puedo escuchar la música. En mi celular, por ejemplo.

—Ah, ¿tu celular tiene entrada USB?

—Claro. El tuyo, también.

—¿Ah, sí? ¿Eso quiere decir que puedo grabar música en un pendrive y escucharla en mi celular?

—Sí, claro.

Aquella noche, antes de dormir, Miguel le dio un beso a Pilar, su mujer, y le dijo:

—¿Sabes que tengo blutufe?

—¿Cómo es eso?

—¡¡¡Bluetufe!!! No me vas a decir que no sabes lo qué es, ¿no?

—No fastidies, Miguel, déjame dormir.

—¿Cariño, te acuerdas de cómo era la buena vida, cuando un teléfono era un teléfono, un grabador era un grabador, y un tocadiscos sólo tocaba discos? ¡Y sólo había que pulsar un botón!

—Claro que me acuerdo, Miguel. ¿Hoy es bastante mejor, no? Varias cosas en una sola. Hasta tienes bluetufe y conexión USB también. ¡Qué bárbaro, Miguel, mi enhorabuena!

—Pilar, con tanta tecnología envejecemos más rápido. Me pongo malo sólo de pensar cuántas cosas hay por ahí que nunca usaré.

—¡Ah, ¿y por qué?

—Porque yo aprendí a usar el PC y el celular, y todo lo que aprendí ya está sobrepasado.

—Hablando de eso, tenemos que cambiar el televisor.

—¿¡Qué!? ¿Se estropeó el nuestro?

—No, pero el nuestro no tiene HD, tecla SAP, slowmotion ni reset—, dice Pilar, demostrando sus dotes tecnológicas.

—¿Todo eso?

—Todo.

—¿Y el nuevo va a tener blutufe?

—Buenas noches, Miguel, duérmete que ya no te aguanto ,más.

~~~

El autor es desconocido, pero podría ser cualquiera que haya nacido en los años 40, 50, 60 e, incluso, en los 70.

Cortesía de Oscar del Barco

[*Opino}– Con tal de no usar ‘pen drive’ sugieren términos traídos por los pelos

17-07-13

Carlos M. Padrón

En el artículo que sigue se proponen varias alternativas, o equivalentes en español, al uso del término inglés pendrive, que se pronuncia pendraiv.

La única posibilidad que veo de que se impongan esos ridículos ‘equivalentes en español’, es que la mayoría de españoles no se acostumbren a pronunciar la ‘v’ final,… que también se pronuncia porque ni es muda ni decorativa.

Me pregunto cómo se quiere enriquecer el idioma si se rechazan los llamados extranjerismo. La condición de palabra extranjera no es intrínsecamente mala, y en este caso, el tal extranjerismo tiene la ventaja de que,

  • Tiene una sola acepción. En cambio, memoria USB o memoria externa es también un disco externo que se conecta a la PC a través de un puerto USB
  • Es más corto que los propuestos equivalentes en español, y más universal.

Lo de lápiz suena en español como traído por los pelos; además, en español pen es pluma, no lápiz.

¿No es más fácil dejar de buscarle más patas al gato y aceptar el término de una buena vez, como se hizo con byte en vez de octeto?

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29/09/2009

‘Pen drive’, alternativas en español

La voz inglesa pen drive (o pendrive) es sustituible por expresiones españolas, como memoria USB, lápiz de memoria, memoria externa, o lápiz USB.

Sin embargo, a propósito de la información proporcionada por Luis Bárcenas al juez Ruz, se pueden ver noticias en las que se emplea el extranjerismo:

  • «El pendrive de Bárcenas fijaría en 8,3 millones el dinero negro del PP»,
  • «La documentación aportada por Luis Bárcenas, recogida en un pendrive cuyo contenido…».

En estos casos, habría sido preferible escribir alguno de los equivalentes en español mencionados:

  • «El lápiz de memoria de Bárcenas fijaría en 8,3 millones el dinero negro del PP»,
  • «La documentación aportada por Luis Bárcenas, recogida en una memoria USB cuyo contenido…».

En caso de emplear la voz inglesa, lo apropiado es escribirla en cursiva o, si no se dispone de ese tipo de letra, entre comillas.

Fuente: Fundéu

[*MiIT}– Cuidado con el monitor y las hibernaciones del Windows 7

09-04-13

Carlos M. Padrón

Varias veces dije que me mantendría fiel a Windows XP (XP) mientras éste hiciera bien lo que yo quería que hiciera.

Pero desde hace meses comenzó a ponerse lento, tanto en la apertura como en el cierre, en la PC que uso a diario, e igual pasa en las otras dos PCs que con XP tengo en casa, a pesar de que una se usa sólo unas dos o tres veces por semana, y la otra, que es una laptop, tal vez unas dos veces por mes.

Al consultar con amigos y conocidos que también son usuarios de XP, todos me dijeron que a ellos les pasa igual en cuanto a la velocidad. En mi caso tenía el añadido de que el programa Windows Live Writer, que es el que uso para publicar en el blog, tal vez porque también es de la familia Microsoft Windows, comenzó a darme problemas a diario.

En previsión de que el día en que fuera yo a comprar el Windows 7 (W7) no pudiera encontrarlo, compré hace meses un CD con tres licencias del Windows 7 Home Premium, en sus dos «sabores» de 32 y de 64 bits.

Con esta baza en mano, me asesoré con dos amigos que ya habían pasado del XP al W7, y decidí hacer como ellos, pues tengo la «mala» costumbre de escarmentar en cabeza ajena: instalar W7 en otra partición de mi PC, dejando el XP donde ya estaba, funcionando bien pero muy lento.

Para ese paso de XP (o Vista) a W7, Microsoft ofrece la herramienta Windows Easy Transfer que, en mi caso, permitiría imponerle al W7 los settings del XP y de los programas en él instalados, ahorrándome así mucho trabajo.

Estando el hardware de mi PC capacitado para 64 bits, el 24/02 intenté instalar el W7-64 pero la respuesta fue que no, que no podía hacer eso.

Opté entonces por el W7-32 y sí pude. Y resultó una grata sorpresa que, por obra y gracia del Windows Easy Transfer, los settings del Office 2007 del XP —y en particular de su componente Outlook, que es el programa que uso el 90% del tiempo que paso frente a mi PC— fueron transferidos al detalle al Office 2007 que instalé en el W7, y con tal detalle que ni siquiera a las cuentas del Outlook tuve que ponerles sus passwords (contraseñas).

Otra sorpresa, aunque no grata, fue descubrir que

  1. La interfaz del W7 en poco se parecía a la del XP.
  2. El W7 cambió a su antojo las letras que en el XP había yo asignado a las diferentes particiones que tengo en los tres discos físicos internos.
  3. El acceso —y a veces hasta el nombre— a las funciones que más uso, y cuya ubicación en XP me la sé de memoria desde hace años, fue cambiado de lugar en el W7 y, por ejemplo, el del System Restore no está donde mismo, ni se ve igual; el de Memoria Virtual, tampoco; los elementos del Control Panel los agruparon según el criterio de sabrá Dios quién, y aunque existe la opción de ponerlos en lista, como los tiene XP, para encontrar algo en ella hay que leérsela de cabo a rabo; las configuraciones de los navegadores Firefox, Opera y Chrome tampoco están donde las tiene XP; lo que en el XP estaba en Program Files, en el W7 está distribuido entre otras carpetas; el icono que, desde el Windows 98, que yo recuerde, se llamó ‘My PC’, ahora se llama ‘Computer’; los iconos de la Barra de Tareas son gigantescos; cambiaron el funcionamiento y el modo de crear la sección Quick Launch; etc.

Esto no me gustó nada porque, sinceramente, no le encuentro justificación, como no sea, según me explicó un amigo, que Microsoft lo hizo para dar de comer a sus distribuidores, que así podrán cobrar por horas de trabajo a los compungidos clientes que, luego de enfrentarse a esa cantidad de cambios en W7 y carecer de los conocimientos necesarios para alterarlos, vuelven con su PC al distribuidor y le pagan para que les haga esa tarea.

La mayor parte del resto del día 24 y de todo el 25 lo dediqué a poner el W7 tan parecido al XP como pude y, por supuesto, dejando bien documentada, por medio de una larga chuleta, la forma en que lo conseguí, cuando pude conseguirlo, pues nunca he podido memorizar bien la ruta, o path, para llegar a determinado destino dentro del sistema operativo; es algo que me resulta muy árido.

Luego de dedicar a esto tanto tiempo, el amigo Leo Masina me hizo llegar la herramienta llamada GodMode que contiene el modo de cambiar un sinfín de «caprichos» que tiene el W7, y que es prueba de que hay muchísimos usuarios de W7 que, como yo, no gustan de la forma en que éste se presenta por defecto.

Lo que sí no he podido cambiar, y no lo he visto en el GodMode, es ese fastidio de que cada vez que poso el cursor sobre algún botón de la Barra de Tareas, se despliega hacia arriba una ristra de accesos directos que, en mi caso, sólo sirven para impedirme ver lo que haya debajo de la tal lista, como muestra la imagen que sigue.

El contenido de la ventana que aparece encima de la Barra de Tareas está ya en los botones que existen en la tal barra, pero ese despliegue hacia arriba, que a mí no me sirve, tapa tres iconos que sí me sirven, y si quiero usar alguno de ellos tengo que maniobrar para que desaparezca el molesto despliegue.

Entiendo que no se le puede eliminar sino retrasar su aparición, pero eso requiere cambios en el registro, cambios que algún día, con tiempo, intentaré hacer.

Cuando ya había yo logrado bastante, y comprobado que tanto XP como W7 podían acceder sin problemas al resto de las particiones de mi PC, comencé a trabajar en serio con el W7,… y él a hacer cosas raras cada vez que le venía en gana, hasta que el día 26 a las 14:30 colapsó sin dar explicaciones.

Habida cuenta de que mi experiencia en computación personal me ha enseñado que lo mejor, si se puede, es arrancar de cero, así lo hice, y me alegré de lo ocurrido porque, antes de comenzar desde cero la reinstalación del W7, se me ocurrió intentarla con la versión de 64 bits y, ¡oh, sorpresa!, esta vez mi PC la aceptó sin rechistar.

El proceso de reinstalación tomó menos tiempo, y el de customización (personalización, o cambios a mi gusto) también, gracias a la chuleta que yo había creado antes. Y así arranqué otra vez con un W7 que iba muy bien, sobre todo por su gran velocidad de proceso.

Siguiendo mi costumbre de hacer durante el fin de semana las tareas de limpieza y respaldo, el sábado 29/03 hice —usando, al igual que desde hace años, el programa EaseUS Todo Back up— un respaldo de la imagen del W7, y la guardé, como todos los respaldos, en un disco externo.

Pero Murphy no duerme, no hay felicidad que dure, y a mí —como ya he dicho en otro post sobre este tema— los problemas me vienen de a dos. Así, a partir del 02/04, cuando yo encendía mi PC, el monitor permanecía «mudo», o sea, con su pantalla en negro; cero imagen.

Después de esperar varios minutos, apretaba el botón de reinicio, comprobaba que el sistema arrancaba, pero el monitor seguía en negro, hasta que, luego de 3 o 4 reinicios, mostraba por fin imágenes.

En las Power Options había yo fijado que el monitor se apagara a los 15 minutos de inactivad, y los discos a los 30. Y cuando regresaba a la PC pasados los 30 minutos, al oprimir el botón de arranque todo volvía a la vida, pero, también a partir del 02/04, no siempre el monitor volvía a la vida al primer intento sino después de un par de reinicios más.

En la tarde del jueves 04/04 tuve que ausentarme de urgencia y, aunque sí corté internet —cosa que hago cuando me ausento—, cometí el grave error de no cerrar el Outlook. Pasados los 15 minutos se apagó el monitor, y pasados los 30 se apagó la PC.

Cuando a mi regreso oprimí el botón de arranque, la PC arrancó, pero el monitor no. Oprimí el de reinicio, y nada. Repetí la acción del reinició como 4 veces más, pero el monitor seguía en negro.

Opté entonces por apagar la PC y encenderla de nuevo, y después de que hice eso varias veces, por fin el monitor mostró imagen, pero una que me asustó porque temí lo peor: mostró la imagen de la pantalla inicial de Outlook en la que los mensajes más recientes eran del día 24/02, o sea, el día en que yo había instalado el W7 por primera vez.

Eso significaba que no podría recuperar los mensajes de entrada y los enviados después del 24/02, pues el 29/03 había hecho yo limpieza y borrado de los servidores el material que ya había llegado a mi Outlook. Las carpetas creadas dentro de Outlook después del día 24/02 tampoco podría recuperarlas.

Para colmo de asombro y disgusto, el material más reciente del archivo ‘personal.pst’ —contentivo de todo lo de Outlook, y archivo que guardo en una carpeta llamada ‘OL-EnUso’ ubicada en la partición ‘O’ y dedicada sólo a Outlook— tenía también fecha del 24/02.

¿Cómo había sido posible ese cambio si desde el día 29/03 y hasta el 04/04 yo había recibido/enviado muchos mensajes, y antes de abandonar el 04/04 la PC había visto que  encabezando el contenido de la bandeja de entrada había muchos fechados 04/04?

Cerré el Outlook, y al abrirlo de nuevo recibí el aviso de que el archivo X.pst —uso ‘X’ porque el nombre real es mucho más largo— que estaba en uso antes del problema, tenía errores y debía ser reparado.

Lo reparé, y cuando después abrí Outlook vi lo que andaba yo buscando, el archivo bueno, el que llegaba hasta el 04/04. Cuando después de trabajar un rato cerré Outlook porque debí ausentarme, al regresar y reabrirlo mostró de nuevo el archivo hasta el 24/02.

Lo cerré, fui a revisar el resto del sistema y, al comprobar que andaba a trancas y barrancas, quise dar marcha atrás aplicando un System Restore, y consternado descubrí que no existía ninguno porque el 29/03 antes de correr el antivirus borré todos los System Restore, como indica la buena práctica, y, por causa de las diferencias entre XP y W7, olvidé rehabilitar la creación de éstos.

Sin embargo, cuando el 29/03 terminé de hacer limpieza, pedí un System Restore, y el W7 me informó de que había sido completado con éxito, cuando debió informarme de que no podía hacerlo porque la opción para ello estaba desactivada.

Sólo me quedaba la vía de, usando de nuevo el EaseUS Todo Backup, recuperar la imagen que del W7 había yo guardado el 29/03. Así lo hice, sólo para descubrir que, una vez recuperada, los más de los iconos del escritorio no funcionaban, y que, como uno de ellos era el de Computer, no había forma de que yo pudiera abrir nada.

¿Qué había pasado? Que por culpa del estrés, al crear esa imagen usé la opción incorrecta, y la creación incluyó el contenido de la partición ‘I’, contentiva de ‘Mis Documentos’, que estaba en el mismo disco que la partición del W7. Como no era ésa la opción a usar para el caso, al recuperar la imagen desapareció de ‘I’ el contenido de ‘Mis Documentos’, y los perdí.

Después de pasar horas gugleando en busca de la causa y posible solución al problema de la no operación de los iconos, por fin la encontré y la apliqué. El icono Computer volvió a funcionar, y luego, a mano, pude rehabilitar todos los otros.

En cuanto a ‘Mis Documentos’, los puse en una partición no vecina a la de W7 y copié en ella el respaldo hecho el 29/03. Por supuesto, perdí los cambios habidos entre el 29/03 y el 04/04.

Convencido de que el archivo ‘personal.pst’ actualizado al 04/04 existía aún, me di a la tarea de buscarlo usando varios medios, hasta que el buscador Copernic Desktop Search me dijo que había encontrado DOS (2) archivos ‘personal.pst’ (¿¡Dos!?). Al abrirlos, algo que ese buscador permite hacer, vi que uno era el del 04/04 ¡y que estaba en la partición del XP!

Incrédulo, entré en XP, abrí el disco ‘C’, y en su contenido encontré una carpeta llamada ‘OL-EnUso’ —igual nombre que el de la carpeta que en la partición ‘O’ contiene los archivos .pst— con varios archivos .pst, y uno de ellos era el del 04/04.

¿Cómo demonios llegó eso ahí? Yo no había creado tal carpeta, pues hace muchos años que mis archivos de Outlook están fuera del sistema operativo.

Al revisar vi que la fecha de creación de esa carpeta era el 24/02, o sea, que el día en que por primera vez instalé el W7,

  1. Un mecanismo extraño creó en XP, sin aviso ni protesto, una carpeta del mismo nombre que la abierta en ‘O’.
  2. Metió en ella, sin aviso ni protesto, todos los archivos .pst creados desde esa fecha y hasta el 04/04.
  3. Y, sin aviso ni protesto, decidió que, a partir de ese momento, el Outlook usaría uno de tales archivos y no el que, con el mismo nombre, estaba en la partición ‘O’ y que era el que yo, por vía de Data Files, le había dicho que usara.

Puse el caso en un foro de Microsoft a ver si alguien me explica por qué ocurrió algo así, pero hasta ahora no he obtenido esa explicación.

A mediodía del sábado 06/04 pude dedicarme a depurar el ‘personal.pst’ que contenía el archivo del 04/04, lo puse en ‘O’, lo vinculé al Outlook, moví al disco externo la carpeta ‘OL-EnUso’ que estaba dentro del XP y, según parece, volví a la normalidad después de dos días dedicados a corregir el producto de una tonta falla de monitor, al menos otra del W7, y un par de graves fallas mías.

Por si acaso, en las Power Options del W7 anulé la hibernación, o «la puesta a domir», de monitor y discos. En adelante, cuando vaya a dejar sola por tiempo la PC, cerraré antes todos los programas, en especial el Outlook, y la apagaré.

¿Por qué había fallado el monitor? Porque estaba malo. El 10/04 lo llevé al técnico, y el 12/04 lo recogí debidamente reparado, o al menos eso creo porque no ha fallado más hasta ahora.

Moraleja

A) Antes de alejarse por tiempo de la PC, lo mejor es apagar todo. Si al encender no reaccionara el monitor, hay que esperar a escuchar el sonido propio que precede a la petición de contraseña —asumo que, por simples motivos de seguridad, todos ponen contraseña al Windows—, y proceder a reiniciar ahí a ver si el monitor reacciona.

Si no lo hace después de 3 itentos de reinicio, lo prudente es conectar a la PC otro monitor para determinar si la falla es del sistema o es del monitor.

B) Usar como resolución del monitor una de las sugeridas por W7, algo que el XP no tiene. Por ejemplo, puedo ver que, para el monitor que uso, las sugeridas son las que se ven en esta figura:

En cada marca horizontal hay otra, pero aparecen en gris porque no están entre las sugeridas. Opté por la de 1600 x 900, con fonts al 150%, porque la recomendada. la de 1920 x 1080, me resulta difícil de usar.

 

C) ¡Y mucho cuidado con las mañas de W7!

P.D.– A quienes al leer esto piensen que parte de los problemas no me habrían ocurrido si en vez de usar Outlook usara yo directamente Gmail, por ejemplo, les recuerdo que en Gmail tengo 6 cuentas de correo —además de las varias que tengo en mi dominio—, porque manejo también las de familiares.

¿Se imaginan lo «cómodo y funcional» que sería tener que entrar a cada una de esas cuentas cada vez que se quiera usarla?

A esto hay que añadir que los señores de Google, así como los de Microsoft, cambian la interfaz de sus productos —en este caso, Gmail— cuando les da la gana, y el usuario tiene que dedicar tiempo a aprender cómo manejarse en la nueva interfaz, de igual forma que yo tuve que dedicar muchas horas a poner el W7 lo más parecido posible a cómo ya tenía, y tengo, el XP.

No, el lema «Permítanos pensar por usted», que una vez usó una conocida firma de publicidad, no va conmigo.

[*MiIT}– Un buen recurso para rebajar los archivos de Office Outlook

04-08-12

Carlos M. Padrón

En el artículo Cómo rebajar el peso de los archivos de Outlook, sin perder información conté, por supuesto, cómo hacía yo eso, y cómo al recurrir a exportar se pierden los atributos de las carpetas y hay que trabajar luego para ponerlas como antes estaban.

También he contado que, por razones de seguridad, los archivos de mi Outlook 2007 (OL) no los dejo en el disco ‘C’ —el mismo del Windows, y en el que Office crea por default esos archivos—, sino que los ubico en una partición especial, o disco lógico, al que llamo ‘O’. Y esa partición, o disco lógico, no está donde está la ‘C’ sino en otro disco físico.

Al referirme a OL hablo de archivos, en plural, porque, como también he dicho en otros artículos, tengo dos:

  • El Active, que es el de uso diario, y
  • El Archive, que es el histórico, donde guardo los correos de más de 6 meses de antigüedad.

Buscando rebajar el espacio ocupado en disco, sobre todo del Active, hace tiempo que decidí usar la opción de compactar, a la que se llega así:

  1. Con OL abierto
  2. File (Archivo)
  3. Data File Management (¿Manejo de archivos de datos?)
  4. Resaltar el archivo —que tendrá extensión .pst— que se quiera compactar
  5.  Settings (Configuración)
  6. Compact now (Compactar Ahora),… y dejar quieta la PC hasta que la compactación termine.

Otro método, incluso mejor, es éste, que es el que uso:

1.    Cerrar OL
2.    Abrir el Control Panel (Panel de control)
3.    Mail (Correo)
4.    Data Files (Archivos de datos)
5.    Resaltar el archivo —que tendrá extensión .pst— que se quiera compactar
6.    Settings (Configuración)
7.    Compact now (Compactar Ahora),… y dejar quieta la PC hasta que la compactación termine.

El compactado toma bastante tiempo, pero, supuestamente, recupera los espacios vacíos que quedan después de que en la limpieza de fin de semana borro los Deleted items de más de 15 días de antigüedad, y muchos de los más recientes pero que han quedado en los servidores.

A finales de mayo, antes de mi viaje a San Francisco, y habida cuenta de que hacía un año que no exportaba los archivos de OL, decidí exportar el Active aunque luego tuviera yo que trabajar para recuperar los atributos de las carpetas, pero quería llevarme en Mierdaptop unos archivos de OL lo menos pesados posible.

En el cuadro que sigue pueden verse los resultados de las compactaciones hechas al Active desde el 01 de enero de este año, cuando creé y formateé la partición ‘O’, y vale indicar que cada compactación tomó 45 minutos, o algo menos, tiempo durante el cual no hago nada más con la PC porque el compactado consume casi todos los recursos de CPU.

Columnas, de izquierda a derecha: Año-Día-Mes / GB ocupados antes de compactar / GB ocupados después de compactar / GB recuperados / Observaciones

En el cuadro también puede verse que la rebaja de las compactaciones nunca llegó a 1 GB, pero sí llegó a 1.85 GB cuando, en vez de compactar, exporté el 25/05/2012, antes de irme a San Francisco.

De regreso del viaje, los archivos de OL, actualizados al día, los instalé de nuevo al alcance del OL de mi desktop y, para mi desagradable sorpresa, cuando el 15/07/12 los «pesé» vi que el Active había aumentado su ocupación de disco hasta alcanzar los 4.26 GB, y que el compactado no lograba rebajarla en casi nada.

Ante esto, hoy se me ocurrió pasar al Archive todo lo que en Active tuviera más de 6 meses —y Active bajó de 4.42 a 4.20 GB— y aplicarle luego al disco ‘O’ el programa Defraggler —de Piriform los que también hacen CCleaner—, pues éste mostró que la fragmentación en ‘O’ era del 73%.

A ese mismo programa le pedí que desfragmentara ‘O’, y, luego de hacer la limpieza de los Deleted items, procedí a compactar el archivo Active —que, como dije, ocupaba 4.42 GB—,… y comenzó una operación que llegó no sólo a los 45 minutos sino que superó una hora, y para cuando había pasado la hora y media, lo cual me pareció anormal, decidí abortarla para comprobar si había resultados.

Y, ¡vaya que sí los había!, pues al «pesar» entonces el Active descubrí que ocupaba 3.41 GB, lo cual me animó a someterlo de nuevo a otra compactación que, después de casi una hora, cuando la aborté, porque tenía yo otras cosas que hacer, lo dejó en 2.37 GB.

Antes esto, lo puse a compactar a partir de las 11 de la noche, y a las 6 de la mañana encontré que, ya terminado el proceso sin mediar aborto, Active estaba ¡en 1.09 GB! Una reducción mayor que la de la exportación y sin las trabajosas secuelas de ésta.

Probé luego a compactar Archive —que también está en el disco ‘O’ y, por tanto, fue afectado por la desfragmentación—, y el ahorro fue mínimo: de 4.43 a 4.41 GB. Se entiende que así fuera porque de Archive no borro nada sistemáticamente como sí lo hago del Active.

Tal vez este buen resultado no se deba al Defraggler sino que igual podría haberse obtenido con otro desfragmentador, pero por ahora seguiré usando el Defraggler porque, además de otras características interesantes,

  • A diferencia de algunos otros, ofrece las opciones de no sólo desfragmentar un disco sino también un archivo o una carpeta
  • Da un reporte bastante completo sobre cada disco, incluyendo estado general y temperatura
  • Viene, además de en inglés, en otros varios idiomas, incluido español
  • Puede dejarse trabajando en el background, y así se actualizará automáticamente
  • Puede usarse para buscar posibles errores en disco, y
  • Es gratis en su versión doméstica

[*MiIT}– Mis temidas ciberbrujas arrecian y sofistican sus ataques

12-03-12

Carlos M. Padrón

***

Siglas y términos usados en este artículo

  • BIOS. Basic Input/Output System, o sistema básico de entrada y salida.
  • Buteo. Del inglés boot = arranque
  • CLON. Nombre con que me refiero a mi PC desktop (de escritorio), pues es una clon.
  • Guglear. Buscar algo en Google.
  • ICH. I/O Control Hub = Distribuidor del control de unidades de entrada y salida.
  • MB. Motherboard, o tarjeta madre.
  • Mierdaptop. Nombre con que me refiero a mi PC laptop (de regazo), también llamada portátil.
  • OL. Outlook, programa de gestión de correo de Microsoft Office.
  • PU. Power unit, o unidad de poder.

***

Hardware

A pesar de que lo que el pasado julio escribí en Ruido en el disco daba a entender que el tal ruido había desaparecido, la realidad me demostró que no, que sólo disminuyó en intensidad por los cambios hechos en los discos, pero con el tiempo aumentó y, como la CLON trabajaba bien, me apegué a mi principio de «Si funciona, no lo toques», dejé la cosa de ese tamaño y hasta terminé casi acostumbrándome al bendito ruido que, por su persistencia, parecía producido por un disco histérico.

Sin embargo, preocupado por el ruidito, el 14/10/2011 se me ocurrió probar un programa gratuito —de los que llamo chismógrafos porque informan sobre intimidades de la computadora—, y descubrí algo preocupante: la temperatura del ICH era nada menos que de 97°C, de ahí que en la figura que sigue aparezcan ésa y la de la MB marcadas en rojo:

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Y el día 1 de este mes de marzo, la CLON comenzó a dar extrañas manifestaciones, tanto de software como de hardware, en cumplimiento cabal a los designios de las ciberbrujas que nunca me dejan y que, desde hace mucho tiempo, insisten en crearme problemas de a dos por ves, a fin de que buscarles solución sea más complicado porque se tiende a pensar, a veces sin fundamento, que como ambos aparecieron al mismo tiempo, o casi al mismo tiempo, tienen una causa común.

Como la MB de la CLON es Intel, ese mismo día 1 instalé el chismógrafo de Intel, y lo que acerca de temperaturas me dijo, según puede verse en la figura que sigue, era poco tranquilizador, a pesar de que junto a ese registro aparezca un punto verde, porque la temperatura del ICH ya estaba en 99°C, siendo 100 el máximo.

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Software

En software, también ese día 1 de marzo, el OL, el programa que más uso, sin aviso ni protesto y sin dar ningún mensaje de error, comenzó a cerrase de golpe y repetidas veces durante la jornada diaria, con la consiguiente pérdida de todo lo que al momento estuviera yo escribiendo en algún mensaje de OL.

Por más que gugleé, en español y en inglés, no encontré referencia a este extraño mal y, por tanto, tampoco posible cura para el mismo.

Obligado a pesquisar, consulté con la gente propietaria del programa Lookeen, un excelente buscador específico para Outlook, y que es lo único «raro» que tengo agregado a OL.

Me dijeron que el problema podría tener su origen en el Adobe Reader 10 que salió con la característica de ponerse a indexar por su cuenta, aunque no me dijeron, ni tampoco pregunté, qué diablos puede querer indexar ese programa. El caso es que, según esta gente, ese indexado causa conflicto con la tarea de indexación del Lookeen.

Desinstalé el Adobe Reader 10 e instalé el Nuance, PDF Reader, gratuito y bueno, y aunque los cierres abruptos del Outlook disminuyeron, siguieron ocurriendo varias veces al día.

El próximo paso fue desinstalar el Lookeen. Los cierres bajaron a unos dos por día, pero no desaparecieron.

Mientras hacía estas pruebas descubrí que de la barra estándar de comandos del OL habían desaparecido dos botones que no vienen por defecto y que siempre coloco en esa barra: el «Junk E-Mail» (correo no deseado) y el «Define views» (Definir vistas de las carpetas).

Coloqué esos botones en su sitio y allí quedaron, pero al abrir de nuevo OL, porque había ocurrido alguno de esos cierres repentinos o porque tuve que cerrarlo por algún otro motivo, ya los dos botones no estaban.

La falla de hardware

El 1 de marzo, al encender el sistema a primera hora de la mañana, el monitor quedó en negro aunque la luz de disco del cajón, o torre, estaba encendida indicando que había trabajo en ejecución.

Presioné el botón de reinicio forzoso —cuyo uso llamo «botonegriar», porque el tal botón es negro—, y, aunque el sistema se reinició, el monitor siguió sin mostrar nada, y luego de unos 6 segundos de evidente trabajo, el sistema se reinició solo,pero el monitor siguió sin dar signos de vida.

Recurrí entonces a apagar completamente la CLON, esperar unos segundos y encenderla de nuevo, y entonces si reaccionó el monitor.

Esto se repitió durante días, con el agravante de que cada día eran necesarios más «botonegreos» o apagados/encendidos para que el monitor se incorporara al trabajo, pero si durante el día tenía yo que reiniciar por algo, ya el monitor no fallaba más; su fallas eran en el comienzo de labores a primera hora de la mañana, o sea, luego de que el sistema estuviera apagado toda la noche.

Pensando que el monitor «titular» estaba malo, una noche dejé conectado otro, pero al encender el sistema a la mañana siguiente, este otro se comportó igual que el «titular», con lo cual descarté falla de monitor y recurrí al sabio y siempre desinteresado consejo de los varios amigos que de esto saben más que yo.

Dos de las opiniones fueron: 1) que la falla era causada por el disco donde se aloja el sistema operativo, o 2) por la tarjeta gráfica, que es el componente que controla al monitor.

Hice un chequeo del tal disco —o sea, lo que en la jerga se llama un scandisk— y el resultado fue que éste estaba 100% OK. Así que pasé a ocuparme de la tarjeta gráfica.

Como en la CLON la tarjeta gráfica está integrada a la MB, la forma de probar esa teoría era conseguir una tarjeta gráfica externa. Conseguí una pero que, por vieja y muy grande, no sirvió para instalarla en la CLON.

Pensando que el problema era que, por algún extraño motivo y a pesar de las altas temperaturas del ICH, la tarjeta gráfica necesitaba calentarse por unos minutos para poder dar vida al monitor, una mañana decidí encender sólo la CLON y dejarla así por dos horas antes de comenzar a usarla.

Cuando pasadas las dos horas me acerqué a ella escuché un extraño tac,… tac,… tac,.. que provenía del lugar donde, dentro del cajón, está instalada la PU.

Alarmado, apagué de inmediato la CLON, esperé unos minutos, encendí el monitor, luego la CLON,.. y el sistema arrancó bien y no se escuchó más el tac,… tac,… tac,…

Dado que las altas temperaturas seguían presentes, decidí no arriesgarme mientras trataba de conseguir una tarjeta gráfica externa, así que saqué la tapa lateral de la CLON, le puse enfrente un ventilador pequeño, y comencé a monitorear la temperatura de la ICH que, en cuestión de segundos, bajó de 99°C a 70.

Y cuando creí haber dado con la solución temporal que me serviría hasta conseguir una definitiva, el monitor, que había estado trabajando bien, perdió la imagen que tenía y comenzó a desplegar un montón de líneas multicolores que se desplazaban hacia arriba y hacia abajo.

Apenas apagué el ventilador, el monitor recuperó la normalidad,… pero la temperatura subió pasta los 95°C, lo cual me tranquilizó un tanto porque ya eran 4°C menos que los ominosos 99. Sin embargo, a pocos segundos de cerrar el cajón aparecieron los 99°C; por tanto, lo destapé de nuevo.

Mi ciberbúnker, o lugar donde tengo instaladas dos computadoras de escritorio con sus periféricos, una para uso de mi mujer y otra para uso mío —pues creo que la computadora es como el cepillo de dientes, que no se presta, y que, además, hay que mantenerla lejos del alcance de niños y de no tan niños— cuenta con muy poco espacio ya que está montado en lo que por años fue un balcón que, como nunca tuvo uso práctico, lo cerré con vidrios y lo bauticé balconoffice.

El espacio es ahí tan escaso que para ver la parte trasera de la CLON tengo que desconectar de ella los muchos cables pegados a esa parte, y sacar luego el cajón del lugar en que está.

Y tal vez la falta de espacio causó la errática reacción del monitor cuando monté el ventilador, pues como el cajón de la CLON y el monitor están ambos sobre el mismo escritorio y cerca uno del otro, monté el ventilador en un espacio que hice retirando un tanto el monitor, y, como éste quedó casi pegado al motor del ventilador, se creó una interferencia que causó lo de las rayas.

Al menos ésta fue la opinión de un vecino, que es ingeniero, y que, ante todo lo que le conté el viernes 09/03, concluyó que mi problema, o parte de él, era la PU, y se ofreció a montar en la CLON una nueva si yo me decidía a comprarla y con ambas, la CLON y la nueva PU, iba a su casa el sábado en la mañana.

Como ofrecimientos de este tipo no abundan, el sábado en la mañana me presenté en casa de mi vecino llevando lo ya dicho.

Antes de que él hiciera nada, conecté la CLON a una toma de corriente, la encendí y, oh, sorpresa, ¡el ventilador de la PU no se movió!

O sea, que un elemento que debía contribuir a enfriar el interior del cajón, no funcionaba. Y, por lo visto y en contra de toda lógica, no lo hacía desde, por lo menos, el 1 de este mes, que fue cuando descubrí que la temperatura del ICH era de 99°C.

Antes de que mi vecino procediera a hacer lo que me había ofrecido, le pedí que, por favor, me fuera explicando todo paso a paso, pues, aunque me han dicho que hacer eso es fácil, y poco probable que uno se equivoque al hacerlo, tengo alergia a meterme con el hardware, y en especial cuando es diminuto.

Complaciente y eficiente, me explicó cada paso, y al descubrir yo que para desinstalar la PU estropeada había que retirar de la MB una pieza que, cuando instalé dentro de la CLON un par de discos, me había impedido aumentar la separación entre los tres con que la CLON quedó, aproveché para pedir a mi vecino que hiciéramos eso porque la mayor separación contribuiría a disminuir la temperatura de los discos.

Mi vecino dijo que para eso era mejor poner en la parte más alta el disco del sistema operativo, porque es el que más trabaja, y estando encima de los otros dos tendría más ventilación por contar con espacio por arriba y por abajo. Y así lo hizo.

Instaló luego la flamante PU, y al probar si todo funcionaba, el monitor nos dio la alegría de que arrancó,… pero al rato quedó en negro.

Al entrar al BIOS vimos que el comando de que el arranque fuera por el disco del sistema operativo, que en mi caso tiene 160 GB, se había alterado. Hicimos los cambios, y al encender de nuevo la CLON sí apareció en el monitor lo que debía aparecer.

Tranquilo y feliz regresé a mi balconoffice, conecté a la CLON, y en los mismo puntos (puertos USB en particular) donde antes estaban, todos los cables de los periféricos, la encendí, y arrancó de maravilla.

Pasado un rato procedí a monitorear las temperaturas, y estaban, y siguen estando, tan decentes como muestra esta figura:

clip_image005

Era el momento para atacar el problema del software, una tarea propia de un día sábado.

La falla de software

Primero decidí procesar los mensajes recibidos en mi OL, y enviar algunos, y en eso estaba cuando el OL se cerró y me hizo perder un buen trozo de texto.

Una vez más, puse en la barra de herramientas los botones que ya mencioné, y una vez más desaparecieron cuando abrí de nuevo OL.

Como para el momento no había yo recibido respuesta alguna a las preguntas que sobre este problema había puesto en los foros, decidí cortar por lo sano e instalar el Windows XP que estuvo en operación el sábado 25 de febrero, pues cada sábado hago copia de la «imagen» —que así se le llama— del sistema operativo de la CLON y de sus programas instalados, y en un disco externo guardo las dos últimas de esas imágenes, aunque a partir de ahora guardaré las cuatro últimas.

Para hacer esto tenía yo que grabar antes en un «bootable CD» —o sea, un CD al que el sistema le da preferencia en el arranque— un programa de EaseUS, del cual he hablado ya en este blog.

Y cuando en la bandeja de la unidad de CD/DVD de la CLON quise poner un CD en blanco, la bandeja no abrió ni el Windows «veía» esa unidad, de lo que deduje que en las operaciones hechas en casa de mi vecino habíamos olvidado conectarle al CD/DVD el correspondiente cable procedente de la PU.

Ya más confiado por las lecciones aprendidas, apagué La CLON, le saqué la tapa lateral y, efectivamente, comprobé que la unidad de CD/DVD no recibía energía porque el conector que debía dársela colgaba justo frente a la boca en la que deberíamos haberlo conectado.

Lo conecté, comprobé que ya la bandeja de la unidad de CD/DVD abría bien, volví a tapar la CLON,… y cuando encendí todo, el monitor, que antes había trabajado OK, ahora hizo lo mismo que había hecho en casa del vecino: arrancó bien y luego su pantalla quedó en negro.

«¡Otra vez el BIOS!», me dije. Entré en él y, aunque en casa de mi vecino habíamos establecido que la unidad de arranque —o de «buteo», como se dice en la jerga— era el disco de 160 GB, que es donde reside el sistema operativo, por otro motivo que ignoro —como es ya costumbre con la causa de mis ciberproblemas—, la que ahora aparecía como de buteo era la unidad de CD/DVD.

Y, para colmo, las tres unidades de disco aparecían todas como de 320 GB, lo cual no es cierto porque de ese tamaño hay sólo dos, la otra es de 160 GB, que es la del sistema operativo.

Ante tal confusión no tuve otra opción que probar poniendo como unidad de arranque uno de los tres discos que aparecían como de 320 GB, y con tan buena suerte que acerté y el sistema arrancó bien.

Y como ese día de ayer estuve ciberiluminado, de repente recordé que, así como para las más de las fallas inexplicables del Windows la panacea es reiniciar la PC, para las fallas inexplicables del OL la panacea es cerrarlo y alterar un archivo llamado outcmd.dat de forma que al abrir de nuevo el OL éste se vea obligado a crear un nuevo archivo outcmd.dat.

Hice eso, abrí OL, colocando antes en la barra de comandos los dos botones ya mencionados, cerré OL, lo abrí de nuevo y, ¡oh, maravilla!, allí estaban los botones.

Y, aún mejor, desde ayer el OL no ha vuelto a cerrarse abruptamente sin aviso ni protesto. Espero que mis brujas permitan que continúe así, a menos por un tiempo razonable.

CONSIDERACIONES

  1. ¿Tenían algo en común los problemas de hardware y software? NO, pero mis ciberbrujas los hicieron aparecer al mismo tiempo.
  2. ¿Tiene lógica que habiendo dejado de funcionar desde hace tiempo el ventilador de la PU no se haya quemado como mínimo un componente, como la ICH que, por lo menos por 11 días, permaneció a 99°C? NO. De hecho, uno de los amigos que me ayudaron descartó, por este motivo, que el ventilador de la PU estuviera malo, aunque le dije que si yo pegaba a él un delgado papelito, éste no se mantenía, lo cual era prueba de que la PU no estaba extrayendo aire, pero creer tal cosas resultaba absurdo.
  3. ¿Tiene lógica que después de haber fijado por BIOS que la unidad de buteo era el disco de 160 MB, ya en su nueva posición física, al conectar la unidad de CD/DVD y arrancar el sistema éste haya decidido hacerlo por esa unidad y, para colmo, haya eliminado de las especificaciones que en el BIOS tienen los discos el detalle de los 160 GB? NO. Si es lógico que en casa de mi vecino no quisiera arrancar el Windows porque el comando que el BIOS tenía desde siempre era que el buteo lo hiciera por el disco de 160 GB, pero nosotros lo habíamos cambiado de posición y, al no poder encontrarlo donde antes estaba y, por tanto, no poder butear desde él, intentó hacerlo desde la unidad de CD/DVD, y tampoco pudo porque ésta estaba desconectada.
  4. ¿Puede entenderse fácilmente que por poner un ventilador cerca del monitor, éste se vuelva loco? Hay gente que por años ha operado computadoras de mesa teniéndolas destapadas por un lado y con un ventilador enfrente. Peeero, mis ciberbrujas son especiales.

Todas estas, para mí incongruencias —si alguien les encuentra explicación lógica, que me la diga, por favor— me hacen recordar lo que vi en el taller donde, en El Paso, me solucionaron hace un año el problema creado por la rotura del disco externo de mi Mierdaptop.

Sobre el mostrador de atención al público que había en ese taller lucía enmarcada una muy original reflexión sobre la informática, entendida ésta como el maridaje entre hardware y software:

Guía práctica de la Ciencia moderna

  • Si se mueve, pertenece a la Biología
  • Si no funciona, a la Física
  • Si nadie lo entiende, a las Matemáticas
  • Si no tiene sentido, a la Economía o Psicología
  • Si se mueve, no funciona, nadie lo entiende, y no tiene sentido, es Informática.

Después de todo, considero que esta vez tuve mucha suerte, pues, de no haber contado con la ayuda de mis amigos, tendría que haber llevado la CLON a un taller cualquiera, y lo más probable es que, en el mejor de los casos, le hubieran montado, sin más, una nueva PU —por supuesto, porque la que tenía estaba mala— y una tarjeta gráfica externa.

Y en el peor, le hubieran montado una nueva MB a pesar de que la Intel que tiene ha demostrado ser buena por cuanto, día tras día y desde las 08:00 a las 23:00, resistió las elevadas temperaturas que, por lógica —otra vez la lógica— debieron haber quemado algo.

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COMENTARIOS

[*Mi IT}– Transferir a un disco de estado sólido (SSD) el Windows 7 instalado en un disco duro normal (HDD) | Padronel
[…] como no hay felicidad completa, y a mis ciberbrujas —de las cuales Murphy se habría ocupado de haberlas conocido— les encanta complicarme la vida, […]

CMP
En respuesta a Gustavo Cabezas.

Gracias a ti, Gustavo. La idea es ésa: que la información sirva a otros.

Gustavo Cabezas
Buenísima la anécdota, tanto como el relato. Si todos documentáramos cada accidente de éstos, sería más fácil superarlos.

Gracias.