[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: 1960s. Reunión en el Hotel Humboldt

26-07-12

Carlos M. Padrón

Foto cortesía de Oscar del Barco, quien no recuerda el año en que fue tomada ni el motivo de la reunión. Si alguien sabe, gracias de antemano por decírmelo.

Como siempre,

1. Si en una foto aparece más de una persona, las mencionaré, asociadas a un número, por filas y de izquierda a derecha en cada fila.

2. Si no sé ni el nombre ni el apellido de alguna de las personas en la foto, pondré un signo ‘?’ después de su número.

3. Si no sé el nombre o no sé el apellido, pondré una ‘X’ en el lugar en que éstos deberían ir.

Mis gracias anticipadas a quien «despeje» las ‘?’, que son muchas.

Foto 1.

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Fila trasera (de pie):  1, Julián Larrea †;  2, Otto Jensen;  3, Francisco Martínez (OP);  4?;  5, José Luis Beltrán †;  6?;  7, George Smith;  8. Alejandro Kulik (DP);  9, Dieter Indorff †;  10?;  11, Alfredo Jané;  12, Guillermo José Aquino (DP) †;  13, Ramón Lander †

Fila delantera (en cuclillas):  1, Oscar Sáiz;  2, José Avendaño;  3, Juan Vicente Guerra;  4, Pedro López Rojas;  5, Simón Meléndez;  6, Ángel Puyuelo

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Foto 2.

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Fila trasera (de pie):  1, Harald Michel;  2, Alfonso Condés;  3, Marcos Martín †;  4, Jaime Trillas †;   5, Rafael Mora;  6, Rogelio Brito †;  7, Mario Stella †;  8, Carlos Azancot;  9, Roberto Viso; 10, Néstor Esnaola †;  11, Rafael Dolande;  12, Humberto Rivadeneira †

Fila delantera (en cuclillas):  1, Jesús Acosta †;  2, Manuel López Beades;  3, Giovanni Bertorelli †;  4, Héctor Orbegoso (técnico DP peruano);  5, Luis Matos (el ajedrecista);  6, George Simon;  7, Leopoldo Hiller

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COMENTARIOS

Leonardo Masina
Por las caras de Otto Jensen y Oscar Sáiz —que fueron clientes míos ya en 1969, y en CNC y CYPECA, respectivamente—, además de Ramón Lander, —que ya era Gerente de Personal cuando me contrataron—, Néstor Esnaola y otras caras que reconozco, pero con unos años más, estoy seguro de lo que dice Carlos.

Que el curso se llamara MARKETING IN THE 70s pero fuera dictado allá por 1965 o poco más, también lo veo poco probable.

CMP
En respuesta a Antonio Ramírez.

Antonio, lo siento pero discrepo. Eso no pudo ser MARKETING IN THE 70s porque en la foto hay muchas personas que ya no estaban en IBM cuando yo entré en 1969.

Antonio Ramírez
Ahhh, me olvidaba. Este seminario fue uno de los primero de MARKETING IN THE 70s.

CMP
En respuesta a Antonio Ramirez.

Gracias, Antonio. Un poco tarde pero eficiente. Ya hice todos los cambios.

Antonio Ramirez
Carlos,

Foto 1.

El N° 7 es George Smith, quien fue el instructor del curso.

El N° 12, José Guillermo Aquino, no era de OP sino de DP. Él y su esposa fueron mis amigos hasta el fallecimiento del primero. Vino a Venezuela asignado de IBM Corp. como gerente del Departamento de Educación. Por cierto, era PHD en Educación. Posteriormente fue Representante de Ventas DP.

Foto 2.

El nombre correcto es Harald Michel o, para ser más exactos, Harald Egon Michel Glissmann. Lo puedo asegurar, pues somos amigos desde hace ya, 50 años.

El nombre de López Beades es Manuel.

Sobre el comentario de Oscar del Barco, es Héctor Orbegoso, no Obregoso, y era peruano. Lo conocí muy bien, y hay anécdotas inenarrables sobre este personaje.

Un abrazo.

CMP
En respuesta a O. del Barco.

Foto 1, de pie.

Oscar, mirando esa foto, al lado izquierdo de Beltrán está el N° $, y a la derecha el N°6.

¿Cuál de los dos es el tal puertorriqueño?

O. del Barco
Foto 1, de pie.

Carlitus: Al lado de José Luis Beltrán está un gerente de OP de origen puertorriqueño, persona muy agradable y que dejó luego a G. Bertorelli en ese cargo. No me acuerdo de su nombre.

O. del Barco
Hola. Me entró la duda de si H. Orbregoso es, o era, ecuatoriano o peruano. ¿Alguien lo sabe con certeza? Aclaren, porfa.

O. del Barco
Foto 2, en cuclillas.

Carlitus: Jaime Villalta está en lo cierto: el N° 4 es Héctor Orbregoso (peruano) originalmente técnico DP de quien no recordaba su nombre.

A Armando Girola no lo vi en ninguna de estas fotos. Saludos.

Y a MM que está pelando. ¡Ja Ja!

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Leonardo Masina
No lo reconozco, puede que por la edad de la foto, pero si el N° 1 es Oscar Saiz, su nombre me ha traído excelentes recuerdos.

Cuando yo conocí a Oscar Saiz, él era uno de los jefes de CYPECA, que estaba en la Torre Phelps que consideré siempre mi mejor cliente, donde se me estimó y apreció muchísimo ayudándome a progresar en IBM.

Hay encuentros casuales en la vida que le marcan a uno, y, para mí, CYPECA, del cual inicialmente no yo era su técnico, fue uno de ellos.

Fue en un fin de semana, cuando, siendo yo prácticamente un novato y estando de guardia, llamaron de CYPECA por un problema, y la gravedad del asunto era que el lunes a primera hora tenían que entregar un trabajo.

Pasé el fin de semana pegado a la máquina, parapetándola como mejor podía, y se pudo sacar el trabajo a tiempo. Una vez que ellos pudieron terminar, me puse a arreglarla dejándola en perfecto estado.

Cuando llegué a la oficina el lunes por la mañana, Uwe Petersen, mi jefe, me preguntó qué había pasado el fin de semana, y me dijo que teníamos que subir a CYPECA.

A media mañana subimos al cliente y, justamente Oscar Saiz le dijo a Uwe que ellos exigían que yo pasara a ser su técnico, a lo cual Uwe accedió en el momento.

A partir de ahí, mi carrera en IBM fue toda en ascenso. Todavía recuerdo su número de serie de la máquina: 1131-5500027.

¡Gracias, CYPECA!

CMP
En respuesta a Jaime Villalta.

Listo, Jaime; gracias.

Jaime Villalta
Foto 2

A Marcos Martin –que era costarricense y, por cierto, pariente de los fundadores de MAI–, lamentablemente le falta una †.

Y el N° 4 en la fila delantera es, o era, Héctor Orbegoso, un técnico DP ecuatoriano muy buena gente y de los fundadores de IBM en Venezuela. Si está vivo debe tener más de 85 años.

Saludos.

Milagro Micó (ex-Kertesz)
Hola, Charlie.

Te mandé un e-mail separado porque no estoy segura, pero en la época de Pedro López, Harald Michell, Alejandro Rivero, etc., que todos reportaban a mi querido Jaime Trillas, de quien era yo su secre, había otro Representante de Ventas (R/V) que “pudiera estar en el olvido”.

Se trata de A. GIROLA, R/V-DP de la Sucursal Este. Girola era de nacionalidad argentina y le encantaba el negocio de las perlas; estoy segura de que por lo menos Alejandro Rivero debe acordarse de él, pero, lamentablemente, no lo veo en las fotos (o no me acuerdo, sorry).

Cariños.
LA GALLEGA

CMP
En respuesta a O. del Barco.

¡Excelente, Oscar! Gracias. Casi que das todos los nombres. Ya faltan menos. Con otro como tú, asunto listo.

O. del Barco
Carlitus: Algunos fallecidos —pero no tengo seguridad—, y otros de los que recuerdo sus caras pero no los nombres. Saludos.

Foto 1
De pie: 9, Dieter Indorff +; 11, Alfredo Jané.
En cuclillas: 1, Oscar Sáiz; 3, Juan Vicente Guerra; 6, Angel Puyuelo;

Foto 2
De pie: 1, Harald Mitchell; 2, Alfonso Condés; 3, Marcos Martín; 9, Roberto Viso; 11, Rafael Dolande.
En cuclillas: 2, López Beades; 3, Giovanni Bertorelli; 6, George Simmonz.

CMP
En respuesta a Leonardo Masina.

“Me se parece” a Viso, Leo, pero no quiero meter más la pata.

Leonardo Masina
Foto 2, de pie, N° 9, ¿puede ser Roberto Viso?

CMP
En respuesta a Leonardo Masina.

Pues, Leo, no veo parecido entre los dos 2, aunque sí estoy de acuerdo contigo en lo de Vicencio Díaz, y por eso puse inicialmente su nombre.

Esperemos que don Antonio se manifieste pronto con su sabiduría fisonómica.

Leonardo Masina
Foto 1.
El Nº 3, de pie, que yo había dicho que podía ser Cartaya, no se me parece al Francisco Martínez que aparece en este link.

Fotos 1 y 2.
De los N° 2, en cuclillas, de ambas fotos puede que uno se parezca al José Avendaño de este link:

Foto 2.
El N° 6, en cuclillas, se me parece a George Simon como aparece en este link.

Y sigue habiendo caras que, de seguro, he visto en tu blog y me son conocidas.

Leonardo Masina
Carlos, si el de la “Foto 1, en cuclillas”, el 2 es José Avendaño, entonces el de la “Foto, en cuclillas”, el 2 es también José Avendaño.

Pero en las dos fotos, esa persona tiene también un parecido enorme con Vicencio Díaz.

Vamos a ver qué comenta Antonio, que estará seguramente mirando su álbum de “barajitas” con todas las fotos de los empleados, para luego llegar y rematar la faena.

[*FP}– Del turismo en Canarias y su aporte a mi inglés

13-02-12

Carlos M. Padrón

En algún lugar de este blog escribí que, cuando yo estudiaba bachillerato, dejé de lado el francés y opté por el inglés.

Fue a comienzos de la década de los ’50s, y muchos calificaron de locura esa mi decisión  por cuanto no había disponibles en El Paso profesores de inglés, pero me las arreglé con sólo libros.

Los tales libros no eran realmente de texto escolar, sino dos que mis dos hermanos —un libro cada uno— me habían enviado desde Venezuela.

Uno era de Berlitz, que no me gustó, y el otro, cuyo autor no recuerdo, tenía formato apaisado, tapas duras de color rojo oscuro, muy buen papel, y nítida impresión.

Comoquiera que desde siempre he reparado más en el fondo que en las formas, no creo que este libro me gustara por esas características físicas —que en algo ayudaron— sino más bien creo que me enganchó por las excelentes explicaciones y los muy buenos ejemplos ilustrados que contenía.

El caso es que con este libro aprendí lo básico de la gramática y el vocabulario inglés, pero, por supuesto, no su pronunciación, lo cual, como también dije en este blog, es un problema que arrastro hasta hoy y que se manifiesta en mi dificultad para entender el inglés hablado cuando no estoy frente a quien lo habla.

Con el inglés escrito no tengo mayor problema.

Cuando durante esa época iba yo a Tenerife a presentar exámenes, estaba ya aumentado la afluencia de turismo a esa isla.

Venía masivamente en barcos que atracaban en el puerto de Santa Cruz, y luego los turistas, que para entonces eran ingleses en su mayoría, se trasladaban por carretera hasta Puerto de la Cruz, en el norte de la isla, que fue el primer centro turístico de Tenerife, tal vez porque entre esa ciudad y su muy cercana vecina La Orotava reunían una mezcla única de excepcionales paisajes de montaña y mar, y clima frío, templado y cálido.

Mucho me habría gustado tener la oportunidad de entablar conversación con esos turistas, pero, por motivos de edad y de falta de recursos, no podía yo ir a Puerto de La Cruz.

Sin embargo, sí pude cuando a finales de 1957 me fui a vivir y a trabajar en Santa Cruz de Tenerife.

Entonces pude pagarme un viaje en guagua (autobús) hasta Puerto de La Cruz, y buscar la forma de hablar allá con cualquier turista, de cualquier sexo o edad, que aceptará cruzar conmigo algunas palabras.

Y digo que con cualquier turista porque todos, ya fueran ingleses, alemanes, daneses, etc., hablaban inglés.

San telmo

(Paseo de San Telmo)

Los lugares más fáciles para conseguir lo que yo buscaba eran el paseo de San Telmo, las terrazas de algunos bares, y la playa Martiánez, una playa que, al igual que las de La Palma, mi isla natal, es de arena negra dado su origen volcánico.

El Puerto de La Cruz de entonces muy poco se parecía al de ahora.

En 1958 eran pocos, y no muy buenos, los hoteles que allí había, pero desde hace varios años son muchos, y muy variados, los hoteles que hay en Puerto de La Cruz; algunos con las mejores calificaciones en estrellas.

Hot. varios

(Puerto de La Cruz. Hoteles al borde del mar. Foto cortesía de Lucy de Armas Padrón)

Tal vez para recordar viejos tiempos, o para disfrutar de los excelentes paisajes, cada una de las muchas veces que, después de vivir en América, he ido a Tenerife, mi paisano y buen amigo de la infancia, Gilberto Cruz —a quien en El Paso llamábamos Bero—, me lleva, en su auto —o mejor digo que nos lleva, pues últimamente he ido con Chepina, mi mujer—, bien a algún lugar específico de la isla o bien a darle la vuelta a toda ella.

El 90% de las veces toma la ruta del norte, e infaliblemente nos detenemos en Cuesta de La Villa en el llamado Mirador Humboldt, y desde allí disfrutamos del impresionante paisaje del Valle de La Orotava, que cubre desde el Teide hasta el mar

ValleOrotava

 (Valle de La Orotava, con el pico Teide, nevado, al fondo. Foto cortesía de Ramón López)

Desde ese mirador contemplamos alelados lo que admiró Humboldt en 1799, aunque entonces no estaba en ese paisaje el núcleo urbano del hoy espectacular Puerto de La Cruz.

De noche es frecuente ir también a «El Puerto», que es como en Tenerife se le llama a Puerto de La Cruz, a disfrutar de lo que ofrecen muchos de esos hoteles, como discoteca, restaurante, bar interno, o servicio en terraza externa.

El turismo creció mucho en Tenerife desde entonces y se expandió por el sur de la Isla, pero ésa es un área distinta, pues, a diferencia de la parte norte —o sea, del Valle de La Orotava— no cuenta con diferentes climas entre los que escoger; no es verde sino más bien seca; y no tiene los paisajes de montaña que abundan en el norte.

El sur de Tenerife es más una zona residencial en la que han proliferado urbanizaciones cuyas casas están habitadas mayormente por extranjeros que una vez llegaron a Tenerife como turistas.

Para pasar una o dos semanas, el lugar es El Puerto. Y desde allí se puede dar vuelta completa a la isla, visitar el pico Teide —o al menos el Valle de Ucanca— y, si se quiere, detenerse a conocer las playas del sur y, por supuesto, la capital de la isla: Santa Cruz de Tenerife.

Las vías para completar este periplo son todas muy buenas, y es aconsejable llevar algo de ropa de abrigo porque los cambios de clima podrían ser bruscos y pronunciados.

Por mi parte, cada vez que voy a El Puerto, o lo contemplo desde lejos, recuerdo mis «peninos» con el idioma inglés, ése que luego me fue de gran utilidad en mi vida profesional, y que lo sigue siendo en la social, familiar y cibernética.

COMENTRARIOS

CMP
En respuesta a Juan Antonio Pino Capote.

Entonces, Juan Antonio, somos dos los que no hemos vuelto a ver a Olguita (Perera es su apellido) desde que dejamos El Paso.

Ella fue mi compañera de infortunio frente al sádico Moncada, de quienes ambos éramos víctimas preferidas para humillación, burla y escarnio.

Según escuché en el seno de mi familia, el padre de Olguita, conocido como Mazo Perera, fue un hombre muy querido que murió a edad temprana. Yo no lo recuerdo.

Juan Antonio Pino Capote
Yo era un poco mayor que el grupo de D. Santiago, grupo al que le tenía envidia por la calidez de este buen hombre y también por una alumna que yo admiraba. A Olguita la tuve por una niña siempre sonriente y entrañable. Gracias, Carlos, por recordarme esa foto.

Roberto, creo que después que me fui de El Paso no he vuelto a ver a Olguita. Por las anteriores característica se tiene muy merecido lo de Olguita, mucho mejor que Olga. En El Paso no hacía falta decir su apellido, todo el mundo sabía quién era Olguita.

CMP
En respuesta a Roberto.

¡Vaya, vaya! Eres más joven de lo que pensé. Olguita, a quien siempre tuve mucho aprecio, estudió conmigo varios años de bachillerato; una prueba es la foto que puedes ver AQUÍ.

Todas las veces que, estando yo ya en América, he vuelto a El Paso, la he buscado “como palito de romero”, pero sin éxito, lo cual me ha puesto de muy mal humor, pero sólo logro explicármelo con lo que también me ocurrió buscando a Carmensa durante 26 años. ¡Es increíble!

Si aún tienes contacto con ella, dile esto, por favor (pues tal vez nadie se lo haya dicho, y dale un abrazo de mi parte. Y dale mi dirección por si acaso quier escribirme.

Gracias.

Roberto
¡Es una maravilla lo que cuentan los dos!

Por cierto, ¿alguno de ustedes estudió con “Olguita”? Ella fue quién me inició a mi en el camino del inglés.

CMP
En respuesta a Juan Antonio Pino Capote.

No sabía, Juan Antonio, que tus inicios con el inglés habían sido en El Paso. Tal vez mi ignorancia en esto se deba a que cuando Moncada se autoproclamó profesor de inglés, ya hacía tiempo que yo me había librado de ese sádico, y más de un año que me había dedicado al inglés por mi cuenta. Sí recuerdo que impartía las clases en los altos de donde estuvo la farmacia de Don Miguel Jurado, lugar al que nunca entré.

Mi principal punto de aversión al inglés, aparte de que me lo “enseñaba” Moncada, no fueron, ni son, los verbos, sino la oscura y machacona fonética de ese idioma, y hasta la forma en que hay que pronunciar ciertas sílabas.

Lo de la turista de Monterrey me ha hecho gracia, pues puedo imaginar el caso y el alcance de tu reacción.

Sí recuerdo a Manolito Julián, pero de él no sé tanto como para poder escribir algo.

En mi caos, el inglés me fue útil desde un trabajo que tuve en Santa Criz de Tenerife, y luego, por supuesto, en todos los que tuve en Venezuela, en espeical e IBM, empresa en la que, como useña que es, poco futuro tienes si no hablas inglés. Así que mi decisión de dar la espalda al francés y dedicarme al inglés fue una de las buenas que tomé en mi vida.

Juan Antonio Pino Capote
Bonito y, para mí, evocador relato. Ya somos tres de El Paso los que elegimos el idioma inglés, que yo sepa.

Yo lo elegí para librarme de los antipáticos verbos y gramática francesa. El inglés lo estudié con el bachiller Adolfo Moncada, de triste recuerdo. No sé cuál era su nivel real de conocimiento del inglés ni de otras materias, pero nos hizo aprender vocabulario en cantidad.

No sé si por sus conocimientos o por mi gran afición al inglés, pero me dieron tres sobresalientes en los exámenes, en el Instituto de Santa Cruz de La Palma. Los otros tres alumnos de la clase no obtuvieron el sobresaliente. Algo había en mi interés particular.

Yo también buscaba el contacto con los turistas, y hasta serví de camarero en Monterrey cuando comían allí muchos de ellos. La verdad es que esto era sólo ocasional, pero era mucho para El Paso. No tuve ocasión de intercambiar muchas palabras con ellos pero sí aluciné con una turista joven que llevaba un enorme escote, como nunca había yo visto. Casi le derramo la sopa.
Se veía desde arriba, al estar yo de pie y ella sentada. Y ésta también era mucho para El Paso.

El tercer pasense, que yo recuerde, era Manolito Julián. El peculiar hermano de las “Adolias”, también peculiares ellas, Adolia y Carmen Dora.

Manolito Julián, que presumía de tener un libro de inglés, nos decía palabras sueltas con una pronunciación especial como ‘ru-moni’ (por good morning) y ‘a litle’ (por a little). No sé si lo incluiste en los bobos de El Paso en tu blog, pero no era tonto del todo.

A mí me fue muy útil el inglés para especializarme en Inglaterra, y luego para seguir leyendo las revistas especializadas del más alto nivel científico.