[Hum}– El semental gallego

Un zoológico español había comprado una gorila hembra de una especie rara. Tras unas semanas, la gorila se volvió irritable y difícil de manejar. Después de examinarla, el veterinario determinó que estaba en celo, lo cual era un gran problema ya que no había disponible ningún macho de esa especie.

Tras pensarlo detenidamente, el administrador del zoológico reparó en Manolo, el empleado gallego encargado de limpiar las jaulas. Manolo tenía reputación de que, por lo bien dotado, podía satisfacer bien a cualquier mujer, y, como no parecía muy listo, tal vez podrían convencerlo de que le hiciera el favor a la gorila. Así que le propusieron:

—Manolo, ¿aceptarías hacerlo con la gorila por 500 euros?

Manolo dijo que podría interesarle, pero que necesitaba pensarlo un poco. Al día siguiente, Manolo dijo que aceptaba, pero con tres condiciones:

—Primero, no quiero tener que besarla. Segundo, no quiero saber nada de hijos.

—De acuerdo—, dijo de inmediato el administrador. —Pero, ¿cuál es la tercera condición?”

—Bueno, ¡que me tienen que dar otra semana para juntar los 500 euros!

[Hum}– Ingeniería vial gallega

—Hola, soy José Luis Ladrón de Guevara, madrileño. Soy el ingeniero que hizo los estudios. Me encargo de la obra y de la maquinaria.

—Hola, yo soy Paco Ferradás, coruñés del pueblo vecino.

—Veo que nunca habías visto cómo se hace una carretera moderna. Dime, ¿cómo hacen las carreteras en tu pueblo?

—Bueno, cuando queremos hacer una carretera de un pueblo a otro, soltamos un burro viejo, y el animal escoge el camino más corto y más seguro, y por ese camino hacemos la carretera.

—¿Y qué pasa si no tienen un burro?

—¡Entonces llamamos a un ingeniero!.

[Hum}– Padre gallego

María dejó a su hijo de dos años bajo al cuidado de su marido, Paco, y padre de la criatura, aunque Paco no sabía nada de cuidados de menores. Ella le dijo:

—Paco, cuida al niño y trata de estar muy pendiente, que amaneció con una fuerte diarrea. Sobre la cuna te dejo los pañales, para cuando él los requiera. Tengo que ir a la escuela a retirar el dinero de mi salario, ir luego al banco y después al supermercado, así que llegaré tarde.

—Ala, ve con Dios, mujer, que yo me hago cargo—, le respondió Paco.

María tardó más de lo previsto, y cuando caía la noche y llegó de vuelta al hogar vio que al niño le colgaba una descomunal bolsa de la cintura para abajo, y el pañal que tenía puesto estaba a reventar porque Paco no había cambiado ni un solo pañal en todo el tiempo que María estuvo fuera. Molesta, ella le reclamó:

—Ostias, Paco, ¡no le cambiaste el pañal al chaval!

Muy tranquilo, Paco contestó:

—Bueno, mujer, yo revisé la etiqueta del pañal y vi que muy claramente dice ‘Capacidad 9 kilos’,… ¡y todavía no descarga ni siquiera 3 kilos!

[Hum}– Gallego en busca de ofertas

Entra un gallego a una ferretería y dice:

—Buenas, ¿cuánto cuesta un martillo?

—Quince euros.

—¿Quince? ¡Pero si en la tienda de al lado cuestan diez!

—Entonces, ¿por qué no compra el martillo en la tienda de al lado?

—Es que se les han acabado.

—Bueno, pues cuando se me acaben los martillos, yo también los venderé por diez euros.

—Bueno, entonces volveré otro día.

[Hum}– Gallego sincero

Una señora llamó al vecino gallego y le dijo:

—Vecino, cuando esté haciendo el amor con su esposa cierre las cortinas, que ayer todo el vecindario lo vio y usted quedó en ridículo.

El vecino gallego le contestó:

—Pues más ridículo es todo el vecindario, porque yo ayer no estuve en casa.

[Hum}– De gallegos: la propia muerte

Paco abrió el periódico y quedó atónito al leer, en la columna de obituarios, la noticia de su propia muerte.

De inmediato llamó a su amigo Manolo y, alterado, le dijo:

—Manolo, ¿viste el periódico de hoy? ¡Dicen que me morí!

Respuesta de Manolo, con tono de misterio:

—Sí, lo vi. ¿De dónde llamas?

Cortesía de Carmen O’Dogherty