[Hum}– Usos de la fotografía

En su primera noche de boda, ella se va a bañar y a cambiarse para su romántica luna de miel. Sale del baño envuelta en una hermosa bata y él le dice:

—Amor mío, ¿por qué tanta ropa? Ya estamos casados. ¡Abre la bata y déjame ver tu belleza!»

La mujer lo complace. El hombre lanza un suspiro y dice:

—¡Mi amor, qué belleza la tuya! Déjame tomarte una foto.

—¿Para qué, mi vida?

—Para llevarla siempre cerca de mi corazón y poder contemplar tu belleza cuando no estés a mi lado.

Entró él a bañarse, y cuando sale ella le dice:

—Mi amor, ¿por qué esa bata? Ya estamos casados. ¡Quítatela, por favor!»

El hombre se quita la bata, y su mujer le dice:

—¡Déjame sacarte una foto!

—¿Para qué, mi vida?»

—¡¡¡Para hacer una ampliación!!!

[Hum}– Demostración de amor conyugal

Estaban dos hombres jugando golf en uno de los campos más bonitos de la ciudad cuando vieron pasar un cortejo fúnebre que se dirigía al camposanto de al lado.

Al reparar en el cortejo, uno de los hombres interrumpió el juego, se arrodilló, se persignó y rezó. Asombrado, su compañero de juego le dijo:

—Hombre, te felicito, eso muestra tu gran sensibilidad y fe religiosa. Me complace jugar golf con alguien así.

A lo que el primero respondió:

—Gracias, viejo, pero en verdad es lo menos que puedo hacer, pues estuvimos casados 30 años.

[Hum}– El affair

Había una pareja de mediana edad que tenía dos bellas y hermosas hijas adolescentes.

La pareja decidió intentar una última vez por el hijo varón que siempre quisieron. Luego de “trabajar” por meses, la esposa finalmente quedó embarazada y dio a luz a un saludable varoncito, y el padre, al recibir la noticia, corrió al retén a conocer a su nuevo hijo.

Al mirarlo se horrorizó ya que el niño era el bebé más feo que él había visto nunca en su vida, y de inmediato fue a ver a su esposa y le dijo que no había manera de que él fuera el padre de ese niño.

—¡Mira las dos hermosas hijas que hice anteriormente!

Luego la miró desconfiado y le preguntó:

—¿Me has estado engañando?»

La esposa sonrió dulcemente y le dijo,

—Puedes creerme, mi cielo, pero ¡esta vez no!

[Hum}– Sospecha no confirmada

Un tipo le comenta a otro:

—Pues me insinuaron que mi mujer me era infiel, y un día la seguí.

—¿Y qué paso?

—Pues, nada. Vi que salía de noche de casa y que un hombre la esperaba en un coche en la puerta. La llevó a su casa, y entraron. Después pude ver por la ventana que mi mujer se desnudaba y se metía en la cama, y que el hombre hacía lo mismo.

—¡¿Sí?! ¿Y qué ocurrió?»

—Nada. Bajaron la persiana y me quedé con la duda.