Charlamos sobre el pensamiento como adicción, la identificación con los pensamientos, la relación espiritualidad-psicoterapia y las consecuencias de la rumiación
Día: 21 de julio de 2025
[Col}> Cuando lo estático no es paz, sino vacío / Soledad Morillo Belloso
21-07-2025
Cuando lo estático no es paz, sino vacío
Hay un espejismo peligroso en la inmovilidad, en esa ausencia de perturbación que algunos confunden con paz. Nos acostumbramos a la idea de que la ausencia de ruido es sinónimo de tranquilidad, pero hay silencios que pesan, que ahogan más que el estruendo. Hay momentos en los que lo estático no representa equilibrio ni serenidad, sino vacío.
La historia —tanto la que se escribe en los libros como la que cada individuo esculpe en su alma— está llena de pausas que no fueron descanso, sino abandono. De tiempos en los que se dejó de preguntar, de imaginar, de desafiar lo impuesto. En esos momentos, el aire se torna denso, como si la ausencia de movimiento robara incluso el oxígeno necesario para la reflexión.
El ser humano es, por naturaleza, una criatura de impulso, de búsqueda, de acción. Cuando el pensamiento deja de fluir, cuando la inquietud es sofocada por la apatía, algo esencial se desmorona. Porque la paz verdadera no es la ausencia de conflicto, sino el resultado de su resolución. No es el estancamiento, sino el fluir armónico de ideas, emociones y voluntades que construyen algo más grande que la simple supervivencia.
El peligro de lo estático es que se disfraza de refugio. Nos hace creer que hemos encontrado un lugar seguro, un puerto sin tormentas. Pero si ese puerto nos impide zarpar, si sus aguas se tornan cenagosas por la falta de corriente, entonces no es un refugio, sino una trampa. Y lo que antes fue descanso, ahora es prisión.
La pregunta que debemos hacernos, como individuos y como sociedad, no es si estamos cómodos o si estamos vivos, sino qué clase de vida cabe en lo estático. No si la superficie está en calma, sino si debajo de ella todavía hubiera mareas que impulsen. Porque la vida no es un lago estancado. Es un río en perpetuo movimiento, con corrientes que nos retan, que nos enseñan, que nos obligan a evolucionar.
El verdadero riesgo no está en el conflicto. Está en lo estático de la indiferencia. No está en el ruido, sino en la parálisis. Porque lo estático puede parecer paz, pero si ha apagado el pulso, entonces no es más que vacío.
El verdadero dilema no estaba entre votar o no votar. La esencia del dilema probablemente radicaba en el significado del voto más que en el acto mismo de votar. No se trataba sólo de marcar una casilla con el dedo en una pantalla, sino de decidir si el voto tenía poder real, si era una herramienta de transformación o simplemente una formalidad inocua dentro de un sistema que ya tenía su curso decidido.
Muchas veces, el dilema profundo no está en la acción, sino en la expectativa. ¿Votar significaba elegir o simplemente legitimar lo inevitable? ¿Era una expresión de voluntad o un inútil acto simbólico de resistencia? ¿Qué se decía, decidía o cambiaba con ir a votar o con no hacerlo? En ciertos momentos de la historia, el voto se convierte en una falsa encrucijada donde la verdadera decisión no está en acudir o no a las urnas, sino en creer o no en que votar es la posibilidad del cambio.
Cuando el voto pierde su capacidad de decidir, deja de ser una herramienta de transformación y se convierte en un ritual sin sustancia.
La democracia no se mide sólo en la existencia del sufragio, sino en el impacto que ese sufragio tiene en la realidad política, social y económica. Un voto que no cambia nada es apenas una sombra de lo que debería ser. Es peligroso porque se presta a trapisondas, genera una falsa sensación de estabilidad, cuando en realidad es apenas una pieza más dentro de un engranaje que ya tiene su rumbo trazado.
Cuando el resultado está determinado antes de que el primer voto sea contabilizado, el ejercicio deja de ser elección y se convierte en imposición y resignación. El ciudadano deja de ser protagonista y pasa a ser espectador atado en la butaca presenciando una obra cuya trama ya ha sido escrita por otros.
La gran pregunta es cómo se revierte esa situación. ¿Cómo se restaura el poder del voto para que realmente decida? Porque si el voto no define el destino de una sociedad, si no puede inclinar la balanza, entonces esa sociedad no es libre y no decide. Y todo se vuelve estático.
La verdadera amenaza no radica en el fraude explícito o en la represión directa, sino en la indiferencia disfrazada de normalidad que genera costumbre. Cuando el voto deja de decidir, la democracia se convierte en una apariencia, un teatro donde las reglas del juego están escritas de antemano.
Y en ese escenario, el ciudadano corre el riesgo de perder no sólo su voz, sino su fe en la posibilidad de cambio. Su mente se inunda de un pensamiento que se condensa en una muy corta frase: “Esto no tiene remedio”. Porque cuando el destino de una nación se vuelve ajeno a la voluntad de su gente, no hay elección, sólo resignación. Recuperar el poder del voto no es apenas una cuestión política, sino un acto de resistencia contra el vacío, contra la inercia, contra la renuncia a la esperanza.
[LE}> Gerundio, uso adecuado
21-07-2025
El gerundio es una forma verbal que plantea dudas, sobre todo en lo relativo a aquel que expresa posterioridad (¿es adecuado en ‘Se graduó, marchándose a trabajar al extranjero’?), por lo que a continuación se ofrecen una serie de claves para su uso en cierto número de casos.
- Gerundio de posteridad, usos
- Es apropiado el gerundio si éste expresa una acción o un suceso inmediatamente posterior a lo otro que se expresa: ‘Se cayó, rompiéndose una pierna’.
- Es admisible si entre las dos acciones se puede establecer una relación o sucesión lógica, como de causa-efecto, aun cuando no exista inmediatez temporal, de acuerdo con la segunda edición del Diccionario panhispánico de dudas: ‘Se graduó, marchándose a trabajar al extranjero’ (el hecho de graduarse tiene como consecuencia que pueda irse a trabajar a un lugar), ‘Hizo una maratón de capítulos, terminando de ver la serie en un mes’ (el ritmo al que se ve la serie lleva a que se acabe en unas semanas).
Favorece que se pueda entender este tipo de relación la presencia de elementos temporales con el gerundio, como luego, después, más tarde, etc. (Madrugaba bastante, dedicándose luego a hacer sus tareas), o de elementos referidos a lo anterior, como así, por ello, con ello, etc. (Ahorró muchos años, pudiendo pagarse así el viaje de sus sueños).
- No es adecuado si no hay inmediatez temporal ni se puede establecer con claridad esa relación entre las acciones: Se fue a casa y leyó una novela pendiente, no Se fue a casa, leyendo una novela pendiente.
- Una vez añadido, no una vez añadiendo
No se emplea el gerundio para hablar de algo terminado, sentido que sí se puede expresar con un participio: Una vez añadida la salsa, se remueve, no Una vez añadiendo la salsa, se remueve.
- Un libro que tiene tapas duras, no un libro teniendo tapas duras
El gerundio puede referirse a un sustantivo para indicar un proceso o una acción (Una atleta corriendo por la pista), pero en general no se usa si se refiere a algo que no cambia, sino que es estático, como sucede, en función del contexto, con verbos como tener, contener, significar, constituir… (‘Un libro que tiene tapas duras’ o ‘Un libro con tapas duras’, no ‘Un libro teniendo tapas duras’).
- Una ley que reforma los precios, no una ley reformando los precios
Tampoco se recomienda emplearlo, como a veces se hace en textos legales y administrativos, para especificar a qué elemento se está aludiendo de otros posibles: ‘Una ley que reforma los precios’ o ‘Una ley de reforma de los precios’, no ‘Una ley reformando los precios’. Se exceptúan casos como hirviendo (agua hirviendo), ardiendo (clavo ardiendo) o tirando (un lugar tirando a pequeño).
- Gerundio en títulos, uso adecuado
Se consideran válidos los gerundios independientes que aparecen en títulos de obras, programas, etc.: ‘Buscando a Nemo’, ‘Cocinando con Pepe’. También lo son los que aparecen en pies de foto (Trabajadores entrando en la oficina) y memes (Yo fingiendo que lo he entendido).
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Hace 4.000 años le dispararon en los Pirineos: han hallado su costilla con una flecha clavada
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