Un tipo llegó con una joven y hermosa mujer a la joyería Tiffany, y juntos escogieron una joya de 50.000 dólares como regalo para ella.
Al momento de pagar, el hombre sacó su chequera pero el vendedor frunció el ceño en clara muestra de preocupación, pues era la primera vez en su vida que veía al sujeto que quería pagarle con cheque.
Al percibir el gesto, el cliente dijo al vendedor:
—Veo que estás pensando que el cheque puede no tener fondos. Bien, vamos a hacer lo siguiente: como hoy es viernes y el Banco ya está cerrado, quédate con el cheque y con la joya. El lunes, tan pronto hayas cambiado el cheque, me haces el favor y mandas a entregar la joya a la casa de la señorita.
El vendedor estuvo de acuerdo en lo planteado por el cliente, pero como el lunes, aún muy temprano, al intentar cobrar el cheque, éste resultó sin fondos, de inmediato llamó al cliente, quien, muy tranquilo, le respondió:
—OK, puedes romper el cheque. Ya me acosté con ella.