[LE}– ‘Despasito’ gana por goleada la batalla lingüística a ‘Despacito’

02 JUL 2017

Cerca de 470 millones de personas hablan el español como lengua materna.

Muchos han cantado “Despacito”, el reguetón que Luis Fonsi compuso con Erika Ender y que arrasa en todo el mundo desde que apareció en enero de 2017. Es ya el quinto vídeo más visto en la historia de YouTube.

Ahora bien, ¿cuánta gente de verdad canta “Despacito”? ¿Hay alguien que cante “Despacito” y no “Despasito», con /s/-? Probablemente muy pocos.

Sin formulario de encuesta alguno, podemos aventurar esta respuesta: la mayoría de los lectores de Verne pronuncia despasito. Es simplemente una cuestión de cifras. Son seseantes los hispanohablantes de América (esto es, pronuncian malisia, destresa, rompecabesas… por usar una de las cadenas rimáticas de «Despacito»). Eso explica que sesee el propio intérprete de la canción, puertorriqueño: Me voy asercando y voy armando el plan / Sólo con pensarlo se aselera el pulso.

Son seseantes quienes aprenden español en Norteamérica, tanto por la influencia de los latinos estadounidenses como por la procedencia de los profesores estadounidenses de español, normalmente también hispanoamericanos. Con su particular cara de intenso, hasta el ídolo de jovencitas Justin Bieber se puso a cantarla y de nuevo dijo despasito. El seseo en América es parte del estándar, y lo oímos sin rareza en los productos audiovisuales que se realizan al otro lado del Atlántico.

En cambio, en España el seseo no tiene tanta presencia en los medios. Son seseantes los canarios y lo son muchos de los andaluces (por ejemplo, sesean en Sevilla capital). Así, si nos vamos a otros que han cantado o versionado Despacito vemos idéntico gusto por la /s/.

En una de sus descacharrantes adaptaciones musicales (no olvidamos el fiesta fiesta, pluma pluma gay), Los Morancos utilizaron Despacito para burlarse de la sentencia a Urdangarín, y se quejaban, pronunciándolo todo con la /s/, de que es delito / si el que roba algo es un pobresito / y va pa’ la cársel pero rapidito.

Quienes no sesean serán posiblemente distinguidores, o sea, dirán suavecito y despacito. Pensemos en el madrileño Enrique Iglesias, que no decía corasón sino corazón en la canción que nos persiguió el año pasado: con él te duele el corazón / conmigo te duelen los pies (dos versos para una antología poética, sí).

Son distinguidores la mayoría de los españoles peninsulares, que en sus medios no suelen tan frecuentemente oír el seseo. Eso sí, sea por parecerse a Luis Miguel, a Raphael o por el efecto imitativo de la balada americana, hemos visto a muchos cantantes españoles no andaluces sesear al ponerse romanticones cantando.

Y aún hay una tercera posibilidad, que se da también en buena parte de Andalucía: ser ceceante, y no albergar por tanto el sonido de la /s/: dirán despacito pero también algo como zuavecito.

¿Cuántos son seseantes, ceceantes o distinguidores?

Una vez que has reconocido en qué grupo de los cantantes de Despacito te incluyes: seseante, ceceante o distinguidor, te cuento con cuántos más te codeas.

Las cifras son claras. Según el Anuario del Instituto Cervantes, en el año 2015, cerca de 470 millones de personas hablaban como lengua materna el español; y los hablantes españoles (únicos donde está arraigada la distinción despacito / despasito) son algo más de 40 millones (de ellos habría que excluir a canarios y a los andaluces seseantes). Pues sí, parece que son pocos los que cantan Despacito, al menos si los comparamos con los que dicen Despasito.

Y ¿por qué sesean más de 400 millones de hablantes de español? Veamos: en castellano no existe el sonido de la z (cerveza, cereza) hasta el XVI. Antes de esa fecha los castellanos (todos, al norte y al sur) pronunciaban la z, o ce, ci con algo parecido a la /ts/: palabras como plaça, espaçio o maliçia se escribían con ç y sonaban como hoy dices la voz italiana pizza.

Este sonido se perdió, por diferentes razones, a partir del XVI y fue reemplazado de dos formas distintas: el centro y norte de España en vez de decir /ts/ empezaron en el XVI a pronunciar como c, z el sonido de la letra ç (o sea, pusieron la lengua entre los dientes). En cambio, andaluces y canarios (y desde ellos, los americanos) no generaron un sonido nuevo desde ese sonido de la ç sino que reciclaron, aprovecharon la /s/ que ya tenían. O nuevo sonido: despacito pronunciado ya no con /ts/ o confluencia con la /s/ existente: seseo.

Herencia andaluza en América

El seseo americano está emparentado con el andaluz; fue la marinería y la población andaluza, que recaló en Canarias en su viaje atlántico, la que mayoritariamente llegó a América en el XVI.

Que Luis Fonsi diga despasito, pues, está bastante relacionado con que lo digan los Morancos, por ejemplo. La ortografía, eso sí, no es tan bamboleante como la cintura de la modelo que baila en el vídeo de «Despacito» (la miss Zuleyka Rivera, que seguramente diga su nombre con s, pues también es portorriqueña) y se fue fijando en torno al español central.

Por cierto, también participa en «Despacito«, y sale en el vídeo, un señor llamado Daddy Yankee, que dice algunas cositas en inglés sueltas. Pero también sesea: es portorriqueño y su nombre real es Ramón Luis Ayala. El prestigio del inglés ha cuajado despacito pero fuerte.

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[*Opino}– La lógica de Fundeu

24-07-2017

Carlos M. Padrón

A veces me resulta difícil entender la lógica de Fundeu o, si Fundeu tiene razón, entonces lo que me resulta difícil es entender la lógica de las fuentes que Fundeu cita para fundamentar sus argumentaciones.

En el artículo que copio abajo dice Fundeu que la palabra glampin es una adaptación válida del término glamping, acrónimo de glamur y campin. Pero glamping es palabra inglesa y, si es un acrónimo, lo es de glamour, no de glamur, y de camping, no de campin.

Y, por cierto, hablando de lógica no entiendo por qué Fundeu escribe su nombre así: Fundéu, con tilde en la e, pues dejando aparte la por sí complicada norma de los diptongos y las tildes, como la de guion en vez de guión, Fundeu y Fundéu se pronuncian igual.

Otra cosa sería si la palabra fuera esdrújula, que sí necesitaría tilde en la primera u: Fúndeu, o si fuera aguda, que sí necesitaría tilde en la última u: Fundeú.

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21-07-2017

Glampin, adaptación válida de glamping

La palabra glampin, en redonda, es una adaptación válida del término glamping, acrónimo de glamur y campin.

En la prensa se pueden encontrar frases como

  • «Cataluña, epicentro europeo del glamping»,
  • «En el “glamping” los detalles marcan la diferencia» o
  • «El ‘Glamping’, un hotel 5 estrellas bajo las estrellas».

El glamping es ‘una variedad del campin tradicional con instalaciones y servicios más lujosos’, según la definición del diccionario de Oxford. Su adaptación en español, como se desprende de las normas de la Ortografía de la Lengua Española, es glampin, acabado en –in. El plural de glampin es glámpines, igual que sucede con cámpines (plural de campin).

De esta manera, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir 

  • «Cataluña, epicentro europeo del glampin»,
  • «En el glampin los detalles marcan la diferencia» y
  • «El glampin, un hotel 5 estrellas bajo las estrellas».

Además, existen otras alternativas en español como campin de lujo. Si, a pesar de esto, se prefiere usar la voz inglesa, se recomienda escribirla en cursiva o, si no se dispone de este tipo de letra, entre comillas.

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[LE}– ‘Al norte’, expresión ambigua

01-07-2017

Estar al norte, al sur, al oeste…

Puede expresar que se está tanto fuera como dentro de una región, por lo que se recomienda emplear en el norte, en el sur, en el oeste… si se está dentro de ella para evitar ambigüedades.

Es muy frecuente leer u oír en los medios de comunicación frases como

  • «Se producirán precipitaciones al sur de Galicia» o
  • «Atentado en Kirkuk, al norte de Irak».

Cuando se dice que algo se encuentra al norte, al sur, al este… de un lugar, lo que se expresa a menudo es que está fuera de él, en la dirección en la que se indica. No obstante, la idea de orientación, lugar aproximado o posición relativa que tiene la preposición a no implica necesariamente que ese lugar se ubique en el exterior del marco geográfico de referencia.

A menudo, el contexto deja claro a qué se refiere, pero hay casos en los que el uso de a puede ser demasiado vago, lo que no resulta aconsejable en las noticias. Así, quien no esté al tanto de la geografía de Oriente Medio podría pensar, al leer el segundo ejemplo, que Kirkuk está en realidad en Turquía.

Por ello, en los medios de comunicación se recomienda por precisión emplear en siempre que el lugar aludido se encuentre en el interior:

  • «Se producirán precipitaciones en el sur de Galicia» y
  • «Atentado en Kirkuk, en el norte de Irak».

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[Hum}– Vampiros

Un vampiro llega, con toda su boca rebosante de sangre, junto a otro vampiro. Este último, envidioso, le pregunta:

—Dime, ¡¿dónde conseguiste toda esa rica sangre?!

El otro le responde:

—Bueno, ¿ves ese muro de concreto armado que está allí?

—Sí.

—Pues yo no lo vi.

[*FP}– Un cumpleaños como nunca tuve uno (Reedición con más fotos)

24-07-2017

Carlos M. Padrón

Según anuncié en este blog, ayer cumplí años y, según digo en el titular de este post, fue una celebración de cumpleaños como nunca tuve una.

Como nota curiosa, fue en domingo, el mismo día de semana en que nací.

Siguiendo lo que en 2017 inició el amigo Javier Simón, que convocó a los más a él allegados a un almuerzo con motivo de su cumpleaños, algo que muchos otros han imitado, yo convoqué ayer a los amigos más allegados —aquéllos que ya eran mis amigos antes de 1957, cuando me fui de esta isla, y que siguen siéndolo aún— a un almuerzo en La Casa del Mar, en El Puerto de Tazacorte, y tuve la suerte de que todos asistieran, con lo cual ese almuerzo y todo alrededor de él fue una reunión agradable de ésas que se recuerdan porque, al menos para mí, fue una de las que dejan huella.

La marcaron porque en la Canarias de mis tiempos no se celebraban los cumpleaños; como mucho, sólo las onomásticas. Por ejemplo, muchas veces recordé que yo había cumplido años cuando, poco antes de fin de mes, me daba mi padre el dinero para pagar mis clases de bachillerato. Pero en Venezuela —y creo que por contagio de los useños— las celebraciones de cumpleaños son algo como de obligación religiosa, algo que casi roza los límites del fanatismo y que las más de las veces son motivo para montar un bonche (léase guateque), o sea, una fiesta de pura diversión con baile, alcohol y regalos.

Mi celebración de cumpleaños de ayer fue una reunión para reafirmar lazos de amistad y, en particular, de agradecimiento a quienes, no sólo a mí sino también a Chepina, nos han acogido con cariño y nos han ayudado en lo que han podido para facilitar nuestro asentamiento físico, emocional, funcional y legal en estos lares.

¡Mil gracias a todos ellos!

Siguen algunas fotos tomadas durante el almuerzo por mi amigo Luis Herrera, por Chepina o por mí.

Primero, las fotos de parejas.

Luis Herrera, y Érika de Paz

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clip_image002Fidel González, y Marianela Afonso de González

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clip_image004Mario Rigoberto Rodríguez, y Eyilda Infante de Rodríguez

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clip_image006Wifredo Ramos, y Loli Jerónimo de Ramos

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Juan Enrique Brito, y María Hernández

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Edita Martín,  y Álvaro Taño

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clip_image008Chepina Pernía de Padrón, y Carlos M. Padrón

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Y ahora el resto de las fotos.

clip_image010Fidel González, Marianela Afonso, y Edita Martín

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clip_image012Javier Simón, y Érika de Paz

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clip_image014Wifredo Ramos, Javier Simón, Érika de Paz, Fidel González, y Marianela Afonso

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clip_image016Carlos M. Padrón, y Mario Rigoberto Rodríguez

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clip_image018María Hernández, y Loli Jerónimo

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Juan Enrique, y Chepina

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Gilberto Cruz (Bero), y Juan Enrique Brito, que habla con Chepina

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clip_image024Marianela Afonso, Edita Martín, Álvaro Taño, y Carlos M. Padrón

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En contra de la costumbre, me canté el cumpleaños a mí mismo. Son cosas que hacen el vino y la emoción.

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clip_image026Y, al finalizar el evento, una foto del grupo. De izquierda a derecha y de atrás hacia delante, todos los asistentes al almuerzo, excepto Javier Simón que tuvo que ausentarse.

  • Fila trasera: Mario Rigoberto Rodríguez, Luis Herrera
  • Fila del centro: Eyilda Infante, Edita Martín, Alvaro Taño, Érika de Paz, Maríanela Afonso, Fidel González, María Hernández
  • Fila delantera: Loli Jerónimo, Chepina Pernía, Carlos M. Padrón, Gilberto Cruz, Wifredo Ramos, Juan Enrique Brito