29-12-2015
Carlos M. Padrón
En el artículo que copio abajo, que seguramente fue traducido del inglés, se presentan como sinónimos los términos estúpido e idiota, pero, según el DRAE, una persona estúpida es la que destaca por su torpeza en comprender las cosas, mientras que una idiota es la engreída sin fundamento, la tonta o de corto entendimiento, o la que carece de instrucción.
Tal vez esta aparente contradicción venga de la traducción del inglés, pues en ese idioma estupidez es el comportamiento que denota falta de juicio, de sentido común o de inteligencia. Mientras que idiota es una persona estúpida o con incapacidad mental.
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29/12/2015
Éstos son los tres tipos de estupidez humana
Decía Albert Einstein que sólo existen dos cosas infinitas, el universo y la estupidez… y que no estaba seguro de que la primera lo fuera en su totalidad.
Sin embargo, la «torpeza notable» (como define la Real Academia esta característica del ser humano) no ha sido nunca fácil de clasificar. ¿Es posible ser poco o muy estúpido? ¿Qué actos se consideran estúpidos? A todas estas preguntas, precisamente, ha tratado de encontrar respuesta un curioso estudio cuyos autores sostienen que es posible clasificar a las personas atendiendo a su grado de idiotez.
La investigación, concretamente, ha sido realizada por la Universidad Eötvös Lornand (en Hungría) y la Universidad de Baylor (en Texas). Titulado «What is stupid?: People’s conception of unintelligent behavior» y dirigido por el psicólogo Balázs Aczél, el estudio fue publicado hace menos de un mes por la revista especializada «Intelligence».
En palabras del experto, se aventuraron a llevar a cabo el análisis tras observar la escasa cantidad de ellos que se han hecho por parte de la comunidad científica en relación a este tema.
Así pues, determinaron que era necesario establecer, en primer lugar, qué actos son considerados estúpidos por la sociedad y, a continuación, los grados de los mismos.
«Teniendo en cuenta la frecuencia con la que nos encontramos con situaciones de la vida cotidiana en las que llamamos a alguien estúpido o cometemos actos estúpidos, cabría pensar que deberíamos entender cuándo y por qué la gente experimenta este sentimiento», explica Aczél en declaraciones al «Medical Daily». Con todo, lo cierto es que a su equipo le costó más de lo razonable desvelar todas las incógnitas e hipótesis planteadas.
«La gente suele pensar que la estupidez está ligada o asociada con un bajo coeficiente intelectual, pero nuestros hallazgos muestran que las personas califican como “estúpidas” tres situaciones independientes. Los resultados nos acercan a la comprensión de la concepción de la gente de la conducta inteligente haciendo hincapié en las perspectivas psicológicas más amplias de estudiar el atributo de la estupidez en la vida cotidiana», añade el experto.
Los tres tipos de estupidez
Atendiendo a los resultados obtenidos, el equipo de Aczél ha clasificado la estupidez (los comportamientos cotidianos considerados torpes o poco prácticos) en tres grados:
1. Ignorancia – confianza
Este grado es el más alto de estupidez y aparece en aquellas personas que asumen situaciones de riesgo (de cualquier tipo) a pesar de que carecen de las habilidades o conocimientos necesarios para resolverlas. Curiosamente, son conscientes de las consecuencias que se pueden suceder.
2. La falta de control
Es el grado medio de estupidez. Se corresponde con aquellos sujetos que tienen un comportamiento obsesivo compulsivo y carecen de autocontrol.
3. Distracción
El grado más leve de estupidez. Aparece en aquellas personas que no solventan una tarea práctica debido a una distracción o porque carecen de las destrezas necesarias para llevarla a cabo.
El método de estudio
Para llegar a esta conclusión, el equipo de Aczél contó con la colaboración de un centenar de estudiantes universitarios húngaros. A éstos les entregaron varias noticias de medios de comunicación, como TMZ, BBC o New York Times, en las que sus protagonistas se veían sometidos a situaciones absurdas. Éstas estaban alteradas para exacerbar todavía más el grado de torpeza de los sujetos.
Finalmente, se les pidió que clasificasen las informaciones atendiendo al grado de idiotez de sus participantes (o la «intensidad de la estupidez que mostraba», según el experto).
