Un entusiasmado joven judío fue a casa de su madre, le anunció que se había enamorado y quería casarse, y luego añadió:
—Sólo por diversión, mamá, voy a traer aquí a tu casa a mi prometida y a dos amigas suyas, a ver si logras adivinar con cuál de las tres me voy a casar.
La madre estuvo de acuerdo, y al siguiente día el joven fue a su casa en compañía de tres mujeres. Él, su madre y las tres mujeres tomaron asiento, charlaron por un rato y entonces el joven dijo:
—OK, mamá, adivina con cuál de estas tres voy a casarme.
De inmediato, la madre contestó:
—Con la de la derecha.
—¡Es asombroso! —exclamó el joven—. ¿Cómo lo supiste?
Y la madre respondió:
—Porque es la que no me gusta.
Cortesía de Fernando Lacoste
