[*Opino}– Dicen que la cerveza es muy popular y muy antigua, pero yo paso

12-03-15

Carlos M. Padrón

El artículo que copio abajo me ha dejado un tanto preocupado.

Y es porque, después de muchos años de intentar que me guste la cerveza, al menos de forma parecida a como gusta a una mayoría, no lo he logrado.

Recuerdo que la probé en Santa Cruz de Tenerife cuando tenía yo 18 años, pues antes viví en El Paso y allí imperaba el vino que, además, lo cosechábamos y no teníamos que comprarlo, pero la cerveza sí había que comprarla.

Desde que la probé me resultó extremadamente amarga e imposible de tragar sin más, así que, a fin de poder beberla, necesitaba yo comer algo seco, pescado o, mejor aún, mariscos.

Viviendo ya en un país tropical, como es Venezuela, me surgió otro problema con esa bebida, pues la beben casi helada; cuanto más fría, mejor, pero si la tomo así siento —sobre todo si, además de fría, contiene gas— como si me quemara la garganta, y no soporto más de un trago a la vez; tengo que beberla a sorbos.

El paliativo que he encontrado —ante el asombro de los camareros— es pedir que me traigan un vaso que no esté frío, verter en él la cerveza —que, por supuesto, vino en una botella helada—, y esperar a que se «desenfríe» para así poder beberla sin mayor problema, pero, eso sí, comiendo algo como lo dicho arriba, pues si yo no como, no bebo.

En Alemania nunca he tenido el problema de la cerveza fría, pues allá la sirven a temperatura ambiente… como debe ser, digo yo.

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12/03/2015

Ocho increíbles avances históricos que debemos a la cerveza

La cerveza es una de las bebidas más populares y antiguas del mundo. Se dice que sus orígenes se remontan al Neolítico, cuando el ser humano comenzó a cultivar sus propios cereales y aprendió a fabricarla. Hablamos de miles y miles de años de historia, en los que este líquido ha sido testigo de todo tipo de cambios, evoluciones y avances.

Lo que desconocíamos es que, además de acompañar el curso de los acontecimientos, la cerveza había sido protagonista directa de algún que otro episodio; pero en Listverse nos descubren una lista de importantes progresos que debemos agradecer al popular «zumo de cebada».

¿Tienes un frigorífico en casa? ¿Te imaginas vivir sin él? Pues quizá podrías verte obligado a hacerlo de no ser por la cerveza. Carl von Linde trabajaba para la compañía Spaten cuando lo inventó, con el objetivo de que la bebida, ya embotellada, pudiera aislarse del calor de las máquinas que continuaban fabricando más y más litros.

Su invento acabaría resultando útil para muchas cosas más. Lo mismo ocurrió con las propias botellas de vidrio: el estadounidense Michael Joseph Owens ideó la primera máquina capaz de fabricar en serie estos envases, con el objetivo inicial de dedicarlos a la comercialización de cerveza.

Pero con tantos años de historia regados por este «oro líquido», podemos irnos mucho más atrás.

¿Habría sido viable sin cerveza la era de los descubrimientos? Es más que probable que la respuesta sea negativa. Se sabe que los grandes exploradores, como Cristóbal Colón, no zarpaban sin proveerse de varias decenas de barriles, dado que en las largas travesías el agua terminaba por estropearse.

La «birra» también colaboró activamente en la posterior colonización de América, dado que muchos europeos caían enfermos allí al no estar acostumbrados al agua del Nuevo Mundo. La cifra de mortalidad descendió cuando pudieron empezar a fabricar su bebida favorita.

En el siglo XVIII, el inglés Joseph Priestley descubrió el dióxido de carbono… y sí, también lo hizo gracias a la cerveza. Lo que despertó su curiosidad no fue otra cosa que observar, en una cervecera próxima a su casa, cómo había gases que «caían» al suelo durante el proceso de fermentación, de modo que tenían que pesar más que el aire y ser «otra cosa».

Por cierto, fue también analizando la fermentación como se inventó la escala de PH. Con ella resolvieron en Carlsberg sus problemas para medir con total exactitud los niveles de acidez de sus bebidas.

Trabajando en una cervecera, James Joule creó los precisos y todavía utilizados termómetros de mercurio. Incluso se dice que Louis Pasteur estaba intentando averiguar por qué se estropeaba la cerveza, cuando inventó el proceso de pasteurización.

Como puede verse, además de refrescante y sabroso, el contenido de las ‘cañas’ es un elemento trascendental en la historia de la Humanidad.

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[LE}– ‘Redimir’ no es lo mismo que ‘canjear’

12/03/2015

El verbo redimir no significa canjear ni cambiar, por lo que no es adecuado hablar de redimir los puntos o los cupones de una promoción.

En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como

  • «Los titulares de la tarjeta podrán redimir sus puntos por vuelos, noches de hotel o alquiler de coches»,
  • «El monedero electrónico se puede usar en los comercios para abonar y redimir puntos» o
  • «La red social presentó un nuevo sistema para que los usuarios puedan redimir cupones».

El Diccionario de la Academia incluye dos acepciones de redimir que suponen intercambio de bienes:

  1. Comprar de nuevo algo que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón; y
  2. Dejar libre algo hipotecado, empeñado o sujeto a otro gravamen.

pero ambas implican la recuperación de algo que se poseía, lo que no sucede con los puntos, millas, cupones u otras unidades promocionales, que canjeamos por productos o servicios que nunca fueron de nuestra propiedad.

Es probable que este uso inapropiado de redimir provenga de una mala traducción del verbo inglés to redeem, que sí incluye una acepción de canjear o cambiar.

Por lo tanto, en los ejemplos antes citados habría sido recomendable haber escrito

  • «Los titulares de la tarjeta podrán canjear sus puntos por vuelos, noches de hotel o alquiler de coches», 
  • «El monedero electrónico se puede usar en los comercios afiliados al programa para abonar y cambiar puntos» y
  • “La red social presentó un nuevo sistema para que los usuarios puedan canjear cupones» .

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