[Hum}– El bautizo del perro

Un hombre acude a su parroquia y le dice al párroco:

—Buenas. Venía a ver si me bautizaba usted al perro.

—¿Pero, ¡qué dice!? Los perros no se bautizan, se pueden bendecir, si usted quiere el Día San Antonio, pero nada más.

—No no. Yo quiero que lo bautice.

—¡Que le digo a usted que no, hombre!

—Padre, entienda, es que el perro es como de la familia. Aademás, si usted lo bautiza le dejaremos a la parroquia un donativo de 10.000 €.

—Bueno,… la verdad es que… si me lo trae ahora… ¡Pero rápido!

Total, que el párroco bautizó al perro.

A los dos meses vino el obispo de visita y se fijó en el nuevo órgano, en el nuevo retablo, y en los nuevos bancos, y le dijo al párroco:

—Pero, ¿no me habías dicho que la parroquia estaba mal de economía?

Llorando, el párroco contestó:

—Sí, pero Señor obispo, pero no se lo puedo ocultar: un hombre me pagó si le bautizaba a su perro, y acepté. (Gimoteos y copiosas lágrimas).

—Pero, ¿tú que has hecho, insensato? ¿¡Un sacramento a un animal!? Eso va contra los preceptos de la Iglesia. Eres un mal cura, desgraciado e ignorante. Y, ¿por cuánto se lo bautizaste?

—Por 10.000 €, Señor obispo.

—¿¡10.000 €!? Y… ¿no te dijo nada de la primera comunión?

Cortesía de Ramón López

Deja un comentario