[*Otros}– La inquietante Fuerteventura de Vázquez-Figueroa

23 de septiembre de 2013

Javier Mazorra

A pesar de la progresiva llegada de turistas, Fuerteventura sigue siendo todavía la isla más salvaje y misteriosa de todo el archipiélago Canario.

Una buena forma de descubrir su lado más secreto y sorprendente es seguir los pasos de Erika Simon, alias Herman, la protagonista de la novela «Fuerteventura» de Alberto Vázquez-Figueroa.

 

La historia de este personaje es pura ficción.

Transcurre durante la Segunda Guerra Mundial pero, directa o indirectamente, nos pone en contacto con algunos de los enigmas que sigue escondiendo esta isla que los aborígenes conocían como Erbani.

Un nombre tan olvidado hasta hace muy pocos años como el de la capital, Puerto del Rosario, que se llamaba Puerto Cabras. Y eso que la apelación la dio a conocer al mundo nada menos que Miguel de Unamuno en «De Fuerteventura a París», cuando el autor vivió allí unos meses en 1924 exiliado por el General Primo de Rivera.

El hotel donde se alojó Unamuno de ha convertido en casa museo, pero todavía, paseando por las calles y la zona del puerto, se pueden descubrir restos de aquella paupérrima capital de los majoreros, donde seguramente había más cabras que habitantes, pero que durante la Segunda Guerra Mundial pudo convertirse en nido de espías.

Aunque los personajes creados por Vázquez-Figueroa se mueven por todo el territorio, gran parte del relato transcurre en el sur, en la península de Jandía, cuya vertiente occidental conocida como Cofete, sigue prácticamente virgen gracias a un extraño personaje, Gustav Winter, que adquirió esta parte de la isla en la primera parte del siglo XX provocando desde entonces todo tipo de especulaciones y leyendas.

Durante años restringió su acceso, desconociéndose sus actividades que muchos relacionaron con el régimen nazi, aunque nunca se pudieron probar.

Acantilados vírgenes

La propiedad de la zona ha cambiado de manos, pero el paisaje sigue intacto.

Decenas de kilómetros de costa protegidos por descomunales acantilados sin ninguna construcción, salvo un pequeño bar con un minúsculo museo que cuenta la historia de la zona y las ruinas de la Casa Winter, donde aun vive Rosita con su hermano, que parecen salidos de un cuento de García Márquez.

Son quizás los únicos que sepan la verdadera historia de este lugar que Vázquez-Figueroa transforma en su novela en un burdel de lujo, donde los oficiales de los submarinos alemanes podían tomarse unos días de descanso y, al mismo tiempo, planear sus futuros ataques.

No es difícil imaginarse esta historia, u otras muchas aun más rocambolescas, en este paraje al que todavía no es fácil llegar a pesar de que Tripadvisor lo ha definido como uno de los tramos de costa más hermosos del planeta.

Pero los misterios de la península de Jandía no se acaban en Cofete. Siguiendo los pasos de Erika, pero también de Bruno Alvarado, alias Capitan Akab, Queequeg, Starbuck o de Justo Marrero, podemos encontrar los restos de un antiguo aeródromo que sólo utilizaba Winter, igual que una serie de minúsculas dársenas o puertos donde era supuestamente abastecido.

Naturaleza inusitada

Todo ello rodeado de un paisaje donde siguen vigentes la palabras de Unamuno:

«Estas soledades desnudas, esqueléticas, de esta descarnada isla de Fuerteventura!¡Este esqueleto de tierra, entrañas rocosas que surgieron del fondo de la mar, ruinas de volcanes; esta rojiza osamenta atormentada de sed! ¡Y qué hermosura! ¡Sí, hermosura!».

Siempre de la mano de estos personajes de ficción podemos seguir recorriendo la isla.

En nuestro camino encontraremos otros inusitados trozos de costa, como el que ha engullido al American Star, el que fuera mayor trasatlántico useño de su época, que encalló frente a la playa de Garcey, pero también el monte sagrado de Tindaya, que Chillida quiso convertir en una caverna de autor, o Tefia, donde también se construyó el primer aeropuerto civil de la isla y en cuyos barracones tuvo lugar uno de los episodios más oscuros de la historia de la isla en torno a uno de los últimos campos de concentración creados durante el franquismo desde 1954 a 1964.

Para luego terminar en ese aún misterioso estrecho que separa la isla de Lanzarote, donde la isla de Lobos parece dirigir las corrientes.

Allí Vázquez-Figueroa sitúa en su novela la base de submarinos alemanes, y uno de los momentos más trascendentes de la trama. ¿Ficción o realidad? Puede que las dos.

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[LE}– Origen o uso de palabras, dichos y expresiones: Inocente

04 septiembre 2013

Como es bien sabido, la palabra ‘inocente’ se utiliza para señalar a aquél que está libre de culpa, es ingenuo, cándido, o no tiene malicia, siendo fácil de engañar.

El origen del término lo encontramos en el latín ‘inn?cens’ formado por el prefijo negativo ‘in’, que expresa el valor contrario a la palabra que acompaña, y ‘nocere’ (daño, dañar, perjudicial), por lo que su significado es ‘el que no perjudica/daña’.

En la época del Imperio Romano se tomó por costumbre utilizar el término inocente para referirse a los niños de corta edad, debido a que éstos carecían de maldad alguna.

De ahí que se le otorgase el nombre de ‘matanza de los Santos Inocentes’ al episodio bíblico en el que se relata la orden dada por el rey Herodes para acabar con la vida de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea).

Con los años la palabra ‘inocente’ ha terminado utilizándose para designar múltiples cosas, conductas o tipos de personas, entre ellas las que son víctimas de las bromas, conocidas como ‘inocentadas’.

En España se celebra el Día de los inocentes el 28 de diciembre, y en Francia, Italia y gran parte del mundo anglosajón, el 1 de abril, conocido como el ‘April Fool’s Day

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[Hum}– Interview to a male beer drinker

*Lady Interviewer: Do you drink every day?

*Man: Yes.

*Lady Interviewer: How much a day?

*Man: Around 3 six-packs, starting at noon.

*Lady Interviewer: How much does a 6-pack cost?

*Man: Roughly $10.00 at a deli.

*Lady Interviewer: And how long have you been drinking like that?

*Man: 15 years.

*Lady Interviewer: So with a six-pack costing $10.00, and you consuming 3 six-packs a day, you are spending roughly $900 each month. In one year, you would then be spending $10,800, correct?

*Man: Correct.

*Lady Interviewer: If in 1 year you spend $10,800 on beer, not accounting for inflation, 15 years puts your spending roughly $162,000; correct?

*Man: Correct.

*Lady Interviewer: Did it ever occur to you that if you did not drink for the last 15 years, you could have bought a Porsche?

*Man: Do you drink?

*Lady Interviewer: No.

*Man: So. where’s your Porsche?

Courtesy of Silvia Otsberg de Navarro