27-11-12
A. de Miguel
Una de las confusiones más notables del lenguaje público es el mal uso que se hace de los verbos cesar y dimitir.
Curro de Utrilla cita a su profesor de Literatura a quien la expresión ‘dimitir de’ le resultaba «horrísona»; no entiendo por qué. Lo horrísono es eso que se oye algunas veces de ‘le pueden dimitir’.
Dimitir es un verbo intransitivo. Está bien dicho que ‘uno dimite de un cargo o responsabilidad’, es decir, que lo deja voluntariamente por las razones que puedan aducirse o no. Lo que no cabe en buena lógica es que a uno le acepten o no la dimisión, a no ser que sea por la fuerza.
En una sociedad libre las dimisiones son siempre «irrevocables», a no ser que las revoque el interesado. La acción de dimitir de es similar a la de cesar en, ambas intransitivas. El correspondiente verbo transitivo es destituir o relevar.
En definitiva, lo correcto es que uno puede dimitir de un cargo o responsabilidad; o bien que uno es destituido o relevado de esa posición.
Fuente: Libertad Digital

Pienso que, así como la acción de dimitir reside exclusivamente en la voluntad del que dimite, la acción de cesar puede ser voluntaria o promovida por terceros, por lo que tendría también una connotación de destituir a alguien en su cargo o empleo.
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