[*FP}– La solución a mi dolor de espalda

18-11-12

Carlos M. Padrón

Hace varios días, a mis contactos habituales de internet les envié un e-mail pidiéndoles si sabían de expertos en el tratamiento contra dolores de espalda; dolores que NO eran de columna sino musculares porque, a diferencia de los que por años me han sobrevenido localizados en la parte lumbar de la columna, éste no, éste está a la derecha de esa parte.

Muchos de esos contactos contestaron enseguida, lo cual les agradezco, y mientras yo esperaba una respuesta que me diera los datos de algún fisioterapeuta que atendiera cerca de mi casa, comencé a usar antiinflamatorios, y cremas y parches de los que generan calor.  

Todo eso aliviaba mi dolencia temporalmente, pero como ésta volvía se me ocurrió pensar que tal vez no era cierto lo de que el dolor no era causado por la columna, pues en 1974, la primera vez que ese dolor en la parte lumbar de la columna me afectó, visité quiroprácticos en Caracas y en Miami —el de Miami me hizo una radiografía, de casi un metro de largo, en la que se ve mi columna completa—, varios médicos que se decían especialistas en eso, y hasta en supuesto doctor, de origen holandés y de apellido Van der Hoven, que tenía fama de exitoso en la cura de esas dolencias.

Con éste me fue mal porque, después de que me pidió que me desnudara quedándome sólo en calzoncillos (interiores), y me tendiera boca abajo en una camilla, me dio masajes en toda la columna sin que eso aliviara en nada mi dolor, y su receta fue que llenara de agua la bañera, echara en ella un sobre de sal de higuera, y me metiera en en la bañera por media hora.

Ante la expresión de incredulidad, que él leyó muy bien en mi rosto, el tipo montó en cólera y me agredió, verbal y gestualmente, agitando cerca de mi cara sus manazas, que más bien parecían garras de dinosaurio, gritando que yo era de ésos sabelotodo ignorantes que no creía en sus soluciones, y pidiéndome que me fuera y no volviera más.

Nunca pensé que uno se sintiera tan indefenso por estar cubierto sólo con calzoncillos, pero así me sentí yo hasta que, tan rápido como pude, me vestí y me fui de allí sin decir palabra.

Acudí luego a un quiropráctico que atendía en Las Mercedes (Caracas), y éste, después de una semana de sesiones diarias, fue tan honesto que me dijo que no volviera más porque él no entendía qué me pasaba, pues en cada sesión me ponía todas las vértebras en su lugar, y al día siguiente las encontraba igual que la primera vez que fui.

Alguien me habló después de un médico  —creo que de apellidó Abadí, o algo así— que pasaba consulta en la Clínica La Floresta.

Acudí a él y, después de radiografías y exploraciones físicas, me dijo que mi problema era congénito, y que consistía en que mi cuarta vértebra estaba sacralizada, o sea, soldada con la tercera, y de ahí mis terribles dolores. Algo que sólo afecta, añadió, a un 20% de la población

A mi pregunta de por qué ese defecto no se había manifestado antes, contestó que mis músculos habían mantenido en su sitio esa vértebra, pero que, a medida que con la edad esos músculos se aflojaran, el dolor aparecería con más frecuencia, y que lo único que yo podía hacer era, por ejemplo,

  • Evitar bajar pesos que estén por encima de mis hombros
  • Evitar levantarlos de forma asimétrica
  • Evitar levantarlos sin doblar las rodillas
  • Dormir en cama dura. (Desde entonces le puse a la mía colchón duro y una gruesa tabla debajo de él)
  • Al acostarme de lado, doblar la pierna de arriba hasta la altura de la rodilla de la de abajo
  • Procurar sentarme sólo en lugares con respaldo y asiento lo más en ángulo recto posible, y en que las caderas me queden más altas que las rodillas
  • Y otra recomendación, que por su índole sexual no voy a publicar aquí (p.ej., a Google no le gusta), y que por su efecto limitante nunca puse en práctica ni la pondré,… a menos que no me quede otro remedio.

Y añadió que si aún así aparecía el dolor, debería yo, además de poner cerca de mi zona lumbar, y por un rato largo, una lámpara que emitiera calor, probar sobre todo con varios ejercicios físicos hasta dar con los que me resultaran efectivos.

A tal fin de dio la lista que sigue, y que copio por si sirve a alguien,

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De esta lista me quedé con los seis siguientes ejercicios, que hago 10 veces cada uno. Desde 1974 hice esta «chuleta» abreviada para cuando debiera usarlos, y, por si acaso, siempre me la llevo cuando viajo. 

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Sus resultados, al menos en mi caso, han sido espectaculares, pues a veces he tenido que bajarme de la cama ayudado por alguien, me he tirado al piso, he hecho estos ejercicios, y me he levantado por mi propio pie y salido caminando con apenas una molestia donde antes hubo un dolor insoportable.

Creo que es el ejercicio número 4 el que más efectivo me resulta, pues, por falta de fuerzas, casi que no puedo hacerlo la primera vez, pero noto luego la mejora en las 9 restantes.

La vez que más fuerte me dio ese dolor paralizante fue en los años ’80s.

Estacioné frente a la ferretería de mi hermano Tomás, en Santa Mónica, y compré 5 galones de pintura que un empleado puso sobre el mostrador.

Para llevar hasta mi carro esos galones, me acerqué tres veces al mostrador, me paré bien paralelo a él, y con cada mano tomé un galón. Pero la tercera vez, como quedaba sólo uno, tuve la «genial» idea de, sin estar cerca del mostrador ni paralelo a él sino de lado, alargar la mano derecha y levantar ese galón.

El resultado fue que sentí una clavada en la zona lumbar y caí al suelo como fulminado, igual que en la vieja serie de TV que, al menos en Venezuela, titulaban «La muñequita viviente», le ocurría a la tal muñeca (un robot) cuando hablaba demasiado y su «marido», ya desesperado, apretaba un botón que ella tenía y ésta se derrumbaba desmadejada.

Como con ese dolor no es posible, ni tampoco seguro, manejar bien, tuve que buscar ayuda para eso.

Y la penúltima vez que me dio fue porque, al estar duchándome, para enjabonar un pie se me ocurrió acercarlo a la altura de mi abdomen, y ¡zuas! De la ducha tuve que salir gateando para ponerme a hacer los ejercicios.

Creí que el dolor de ahora no era de la columna porque me sobrevino cuando al levantarme de una silla de ruedas no lo hice de forma simétrica sino de lado, y en ese momento la silla se movió de forma extraña, y de inmediato me sobrevino el dolor, localizado no al centro de la zona lumbar, como siempre ocurrió, sino a la derecha, y sólo podía yo caminar doblado y a duras penas.

Pero hace días recordé lo que el Dr. Abadí me dijo en 1974: «A medida que con la edad tus músculos se aflojen, el dolor aparecerá con más frecuencia».

Pensando que con lo mucho que en 38 años, se han aflojado ya, tal vez el dolor se manifieste en otro lugar cercano a esa cuarta vértebra, pero no tan centrado en la columna, como siempre ocurrió desde 1074, así que comencé a hacer, 10 veces cada uno, los 6 ejercicios de la chuleta ,y es increíble cómo he mejorado.

Por esto recomiendo tales ejercicios, pues creo que probarlos no haga daño a nadie, a menos que se trate de alguien que tenga otro tipo de problemas.

COMENTARIOS

Leonardo Masina
masina@wanadoo.es
80.36.195.13

Alberto, confirmo lo de Carlos: el quiropráctico trabaja más a nivel de la columna vertebral, enderezando luxaciones, que causan pinzamientos y hernias.

Hay que tener presente que los desgastes, desafortunadamente, tienen poco y nada remedio, porque esa es una pieza “desgastada” no fuera de sitio.

En España, ahora se han puesto de moda unos especialistas llamados “espinólogos”, que no sé exactamente qué son; el fisioterapeuta ha tenido que pasar por la facultad de Medicina, pero creo que son sólo 3 años de carrera.

Hay que diferenciar que, además, existen quiroprácticos que son médicos primero y luego se especializan, y los quiromasajistas, que pueden ser “cualquier cosa”. Yo seguramente no me pondría en mano de uno de éstos.

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CMP
padronel.netx
padronel@padronel.net
200.109.40.8
En respuesta a Alberto Lema S..

Gracias, Alberto.

Mi dolor no llega ni de lejos al que causa el nervio ciático. Aún así, estoy tomando magnesio, y con los ejercicios me va bien.

Ignoro la respuesta a tu pregunta, pero, hasta donde sé, el fisioterapeuta trabaja mayormente con músculos, y el quropráctico con huesos.

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Alberto Lema S.
astrolavio@gmail.com
201.208.146.33

Estimado Carlos, después de ver la “chivera” de esqueletos desalineados que dejaron muchas horas sentados y en tensión en la Big Blue local, tengo que añadirme al grupo, no de 3ra. edad, como dice Carlos S. con el cariño de siempre, sino como “adulto contemporáneo”, pero con sus abolladuras de rigor internas y externas.

Por estar mal sentado trabajando con todos los modelos de pantallas desde la 3277 al último Thinkpad más de 2 décadas, se me desarrollo una artrosis cervical —no sé dónde tengo el informe de eso, ya hace 10 años atrás— que no la pagó el plan médico de IBM, sino el de la ex-INTESA.

A fuerza de terapias medio se compuso aquella “oxidación”, pero hay que cuidarla de vez en cuando.

Otro problema me sucedió hace como 4 años, al levantarme con el pie equivocado,… ya no recuerdo cuál, pero fue tremendo dolor de espalda que no era tal sino el nervio ciático. Consulté al Dr. Google y salió que eso no se curaba a fuerza de calmantes sino con Cloruro de Magnesio, que cierto monje descubrió por allá en la Edad Media, disuelto en un litro de agua, y tomar una tacita al levantarse x 7 días, y santo remedio.

Una pregunta, por curiosidad, ¿un fisioterapeuta está catalogado como rama del quiropráctico o viceversa?

Saludos a todos, y que estén bien.

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CMP
padronel.netx
padronel@padronel.net
173.234.241.99
En respuesta a Leonardo Masina.

Pues sí, veo que se eso de practicar una variante de pole dance podría dejar dividencos. En vez de una foto será mejor un vídeo, pero antes tengo que perfeccionar la técnica, bucar ropa apropiada (que dele ver mis encantos), y convencer a Chepina de que haga la filmación,

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Leonardo Masina
Vaya, Carlos, ya te veo como “bailarín de barra” en alguna discoteca caraqueña.

Eso sí: publica una foto en el blog para que te podamos ver.

CMP
En respuesta a Leonardo Masina.

Leo, me extraña que no hayas dicho a qué brujo recurriste para que le hiciera un “favorcito” a esa mujer.

Me temo que desacralizar la cuarta vértebra requiera operación, y ésa no me la juego porque, como dije, con los ejercicios mejoro mucho. Hace días descubrí que hacer flexiones de rodillas sujeto al poste de cabecera de la baranda de la escalera de mi casa me da muy buenos resultados, pero debo hacer ejercicios todos los días porque me acuesto sin molestias ni dolores, pero y cuando quiero levantarme de la cama los tengo todos de nuevo.

Leonardo Masina
Carlos, otro remedio, que definen como el “recurso final”, es AGUA Y AJO, o sea: a aguantarse y a joderse, ¡DESGRACIADAMENTE!

Como ya te comenté, hace unos 11 años, por un choque de una mujer que, estando yo parado con el carro, puso la marcha atrás y me pegó un castañazo y me quedó:
* CERVICAL: herniación circunferencial C5-C6; Hernia C6-C7; problemas también en C3-C4 y C4-C5.
* DORSAL: Discopatías D1-D2 y D2-D3.
* LUMBAR: problemas varios en L2-L3 – L3-L4 – L4-L5 y L5-S1.

El neurocirujano no sabía por dónde empezar, eso sí, antiinflamatorios y medicación para el dolor a lo bestia, hasta que el panorama se aclarara un poco. Reconozco que yo andaba como loco por el dolor y caminaba como un zombie.

Después de mucha reticencia por mi parte, accedí a ir al quiropráctico (es un médico —¡médico!— francés con especialización) al que va mi mujer, y te puedo decir que para mí ha sido milagroso, pues al cabo de una semana ya no necesité medicación.

Como a los 2 meses de ir a él, me tocó la revisión con el neurocirujano, y él mismo dijo que: “Sería de loco que te operase si te va bien así; mejor no toquemos nada”. Además, me pidió sus datos del quiropráctico porque, vistos los resultados —sobre todo en la parte cervical, que es la más delicada para operar—, ha aconsejado a algunos de sus pacientes que intenten con él.

Yo sigo yendo al quiropráctico, ahora en unas 3-4 sesiones al año, y sigo sin medicación. Cuando volví al neurocirujano para el control, pasados otros 6 meses, me dijo que muchos de sus pacientes en lista de espera para ser operados y que habían pasado por el quiropráctico, habían renunciado a la operación porque habían readquirido su misma calidad de vida.

Así que cada uno podrá hablarte bien o mal de su propia experiencia personal. Por ejemplo, en mi caso, la acupuntura no ha servido para nada, pero no puedo decir que sea mala, sólo que a mí no me ha hecho efecto, a otros posiblemente sí.

Cada uno es como es y, lo que le va bien a uno puede ser catastrófico para otro, lo digo también por las medicinas que a cada uno pueden hacer un efecto “personalizado”. En mi caso, por ejemplo, ninguna medicación para la hipertensión me funciona, sin embargo, media pastilla de Valium me la deja estabilizada…

CMP
En respuesta a Pedro Mazzei.

Gracias, Pedro. Algo más a tener en cuenta.

Pedro Mazzei
Saludos, Carlos.

Tengo varios años conociendo unas tecnologías japonesas donde he visto resultados “milagrosos” en el caso de las columna. Estas tecnologías se basan en la reproducción de las condiciones naturales que por siglos fueron la influencia sobre el cuerpo humano.

Una de ellas, el magnetismo de la Tierra, la civilización al comenzar a vivir verticalmente se alejan del magnetismo. Nikken (hace 40 años desarrollo la primera plantilla magnética) desarrolló un sobre colchón que reproduce ese magnetismo. los resultados han sido excelentes y ha demostrado combatir muy eficientemente los dolores.

A un compañero nuestro, con un terrible dolor de espalda, le di una demo de media hora y su dolor bajó violentamente.

Hay otras tecnologías, la del aire y agua. La primera te limpia el ambiente y de ofrece un aire similar al del pie de una cascada o en la playa. El agua te reproduce el agua de manantial, mineralizado y magnetizado, con PH alcalino, ideal para bloquear las enfermedades. En su conjunto te ofrecen una condición de bienestar.

Roberto
Gracias, Carlos. Yo también he tenido problemas de espalda, tengo un pinsamiento en la segunda vértebra lumbar, pero afortunadamente desde mi pérdida de peso –7.5 kgms menos– ha dejado de dolerme.

De todos modos, tomaré nota de tus ejercicios. Yo acostumbro a hacer algunos parecidos también.

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