[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: 1982. Golden Circle en Acapulco

27-08-2012

Carlos M. Padrón

Este Golden tuvo lugar del 02 al 05 de mayo de 1982,… en plena guerra de Las Malvinas. Recuerdo que estando en Acapulco nos enteramos del hundimiento del Belgrano.

 

Foto 1.

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1, Laureano Padilla;  2, Señora de L. Padilla;  3, Alberto Lema

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Foto 2.

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Laureano Padilla y señora

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Foto 3.

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1, Rogelio Edreira;  2, Carlos M. Padrón;  3, Laureano Padilla

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Foto 4.

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Rogelio Edreira y señora

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Foto 5.

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José Derteano y señora

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COMENTARIOS

CMP
En respuesta a Alberto Lema S,.

¡Qué horror! Aunque han pasado tantos años, aún quieres negar la autoría de esa grtan “hazaña”. Espero que no tengas alzhéimer  Smile

Alberto Lema S,
Carlos, bueno saberlo, ya que ese galleguito bigotón, ¡por seguro no era yo! Si alguien quiere las bendiciones del santo que le ponga una vela y le rece, a ver si le concede los favores.

No sé si ese tal Rafael era Rafael Molina, al cual conozco y, si creo esa fábula, pues sabrá el, si lo veo le pregunto.

La convención de Buenos Aires que fue en marzo del 81, me premiaron con un DP Sales en Large Accounts. La del 82 fue en Río, y teníamos un tour por Argentina, Chile, Perú y regreso a Caracas. La parte Argentina se debió “bypasear” por ese tema bélico.

Aunque había otros Rafael, y otros a los que apodaban gallegos y no lo eran. ¡Sabrá el intrigador a quien se refería!

CMP
En una reunión social celebrada anoche supe, sin dar crédito a lo que oía, del estropicio creado por un entonces IBMista, gallego y bigotón, que en una convención HPC habida en Buenos Aires causó que la IBM incurriera en gastos no previstos, inspección de habitaciones del hotel, riesgo de infartos, y corre-corres de última hora.

Todo eso, y más, sólo para poder vestir adecuadamente a un tal Rafael, otro IBMista que recibiría un premio a primera hora de la mañana siguiente, y todo porque el gallego de marras había escondido la maleta de Rafael, maleta en la que éste tenía, por supuesto, las mudas de ropa y demás menaje.

¡Por fin entendí por qué a ese galleguito la apodaban “El loco”!

CMP
En respuesta a Alberto Lema S,.

Alberto, el físico de Laureano y el bigote tuyo han hecho el mismo pacto que Dorian Gray.

Alberto Lema S,
¡Gracias, Carlos! Ya ni me acordaba de ese Golden en Acapulco, y eso que fuimos a varios juntos en los años de la Big Blue, si mal no recuerdo logré 7 GC. El último al que fui fue el del 2000, otra vez en Hawaii, pero en la Isla Grande. ¡Lo increíble es que Laureano sigue igualito!

[Hum}– De gallegos: En el Correo

Un gallego en el correo.

—¿Cuánto cuesta enviar una carta a Pontevedra?—Cuesta euros, señor.

—¿Y enviar dos cartas?

—Le costará 4 euros.

—¿Y tres cartas? 

—Señor, ¡tres le costarán 6 euros!

—No, no me conviene. Me va a costar mucho dinero mandarle LOS NAIPES a mi mamá.

[Hum}– Papá, mamá y el tío Pablo

Riiiiinnnnggg,… riiiinnnnggg…

—Aló

—Hola, cariño, es papá. ¿Está mami cerca del teléfono?

—No, papi, ella está arriba, en el dormitorio, con el tío Pablo.

Después de una breve pausa, el padre dice:

—Pero, cariño, tú no tienes un tío Pablo.

—Sí lo tengo, y ahora mismo está arriba, en el dormitorio, con mami.

Breve pausa.

—Bueno, OK. Quiero que hagas esto: pon el teléfono sobre la mesa, que yo esperaré. Ve arriba, toca en la puerta del dormitorio y le dices a tu madre que papi está entrando ya con su carro en la casa.

—OK, papi, ya voy.

Pasados unos minutos, la niñita toma de nuevo el teléfono y dice:

—Ya lo hice, papi.

—¿Y qué pasó?

—Bueno, que mami, muy asustada, saltó de la cama desnuda y se puso a correr por el dormitorio pegando gritos. Luego se enredó en la alfombra, pegó con la cabeza en la cómoda, se cayó, y ahora está tirada en el suelo y no se mueve.

—¡Santo Dios! ¿Y qué pasó con el tío Pablo?

—También saltó de la cama desnudo, y todo asustado se tiró a la piscina desde la ventana. Yo creo que él no sabía que tú la habías vaciado la semana pasada para limpiarla, así que pegó con la cabeza en el fondo de la piscina y me parece que está muerto.

Pausa larga pausa, muy muy larga. Luego el padre dice:

—¿¡Piscina!? …. ¿Hablo con el 486-5731?

Cortesía de Eva Matute

 

[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: 1978. Revista Mensaje (6/6). Premios entregados en diciembre de 1977

04-09-12

Carlos M. Padrón

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Este número, de enero/1978 de la revista Mensaje, estuvo dedicado a los 40 años de IBM en Venezuela. Buena parte de su contenido me llegó como cortesía de Roberto Alibardi por vía de Leonardo Masina.

Las fotos que siguen corresponden a una entrega de premios efectuada en diciembre/1977

Como siempre,

  1. Si en una foto aparece más de una persona, las mencionaré, asociadas a un número, por filas y de izquierda a derecha en cada fila.
  2. Si no sé ni el nombre ni el apellido de alguna de las personas en la foto, pondré un signo ‘?’ después de su número.
  3. Si no sé el nombre o no sé el apellido, pondré una ‘X’ en el lugar en que éstos deberían ir

Mis gracias anticipadas a quien «despeje» las ‘?’ y las ‘X’.  

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Foto 1.

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De pie: Fernando Rodríguez Campo, y Rolando Garcia Lago.  Sentada: Marta Nemeth

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Foto 2.

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Emilio Machado recibe diploma de Manos de Salvador Covelo †.  Sentado, Manuel Campina

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Foto 3.

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1, Gianni Marzorati;  2, Félix Hugo Morales †;  3, Juan Obach

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Foto 4.

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1, Salvador Covelo †;  2, Pedro Díaz

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Foto 5.

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1, Mireya Cuevas;  2?;  3, Guillermo Pastor

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Foto 6.

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Cristina Gosselain. Allá por 1991 fue mi asistente administrativo.  ¿Sabe alguien algo de ella?

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COMENTARIOS

CMP
En respuesta a María Cristina García.

Gracias, María Cristina. Por fin alguien recordó el nombre.

María Cristina García
Mireyita Cuevas recibe diploma del Sr. Guillermo Pastor, director de OP.

CMP
En respuesta a Antonio Ramirez.

Gracias Frank, Antonio y Diparia. Efectivamente, es Rolando García Lago.

Antonio Ramirez
Carlos,

Foto 1. Se trata de Rolando Garcia Lago.

Foto 5. La memoria más o menos reciente me está fallando con el nombre del personaje, que era el Director de OP Marketing.

Frank Lewis
Hola, Carlos.

Foto 1. Quien aparece en la parte superior es Rolando Garcia Lago.
Saludos,
Frank

[*Drog}– Cinco cosas que debes tener en cuenta en tu relación de pareja, si es que quieres conservarla

2014-10-12

Me complace encontrar artículos que, como el que sigue, no dan consejos sobre romanticismo ni príncipes/princesas azules ni pajaritos preñados, sino sobre aspectos prácticos, realistas y con sentido.

Creo que faltó añadir el daño que puede hacer el silencio usado sistemáticamente como respuesta, algo que va en contra de la generación y fortalecimiento de la confianza, y a favor del perjuicio que puede causar el que a uno le obliguen a adivinar.

  • Decir en voz alta, sobre todo lo bueno, va en contra de ese silencio.
  • No hay que dar nada por sentado; en esto es preferible ser redundante que repetitivo.
  • Tampoco hay que dar nada por «amarrado», por «pájaro en mano». Como ya he dicho en esta sección varias veces, crear una relación basada en el amor requiere trabajo, y fijarse en los consejos que siguen es parte de tal trabajo.

Al respecto, creo que tenía mucha razón San Francisco de Sales cuando dijo que «Se aprende a hablar, hablando; a estudiar, estudiando; a trabajar, trabajando. De igual forma, se aprende a amar, amando».

Hay en esta sentencia dos elementos clave para el amor:

1. Hablar. Algo imprescindible para la comunicación que, a su vez, es uno de los cuatro pilares en que se basan una buena relación. Hay que decir lo que siente, lo que nos gusta y disgusta, y por qué. Tragarse las cosas, buenas o malas, no beneficia a nadie, como tampoco el soltarlas de mala manera o en momento inoportuno.

2. Estudiar. Es lo que hay que hacer, en silencio, con atención y sin prejuicios, cómo es y qué gusta/disgusta a nuestra pareja.

3. Trabajar. Como ya dije arriba, sólo los drogamorados creen que el amor es un sentimiento que nace espontáneamente y durará eternamente porque fue enviado por el Destino u origen equivalente. No, el crear amor, y mantenerlo activo y fuerte requiere esfuerzo, cuidado y dedicación; o sea, trabajo.

Cuando no puede llevarse a la práctica nada de esto, ya la pareja no tiene futuro.

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08-10-12

Iván Gil

Cinco cosas que debes decir a tu pareja (para conservarla)

Cualquier comentario dirigido a tu pareja, ya sea acertado o desafortunado, determinará el futuro de tu relación, por muy irrelevante que parezca a primera vista la expresión utilizada.

La importancia de lo que se dice, y también de lo que no se dice, se debe a su impacto a largo plazo en la configuración de la imagen mental del receptor sobre el emisor.

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La predominancia de los mensajes positivos está asociada con las relaciones duraderas y los matrimonios felices, mientras que, si los comentarios son mayoritariamente negativos, acabarán por generar un profundo desencuentro entre los miembros de la relación, como argumenta el psicólogo y escritor useño Martin Seligman en su último ensayo Flourish: A visionary new understanding of happiness and well-being.

El psicólogo John Gottman, especializado en relaciones de pareja, ha dedicado varios años a investigar la retroalimentación entre los mensajes positivos y los negativos en los matrimonios, mediante la grabación de sus conversaciones durante días enteros.

Su conclusión fue que la relación ideal para que una pareja siga felizmente casada es de cinco mensajes afectivos y cariñosos por cada reproche o crítica.

Por debajo de una proporción de tres mensajes positivos por cada uno negativo, las posibilidades de divorcio muy altas y a largo plazo acabarán por dinamitar la relación.

Parece una frivolidad reducir los sentimientos a una fórmula matemática, pero este tipo de estadísticas están demostradas científicamente y hasta son usadas en el ámbito de los negocios. La médica, y coaching en crecimiento personal, Susan Biali, autora de Live a life you love, propone cinco consejos para el que el amor de una pareja dure toda la vida:

1. Si estás pensando algo bueno sobre tu pareja, díselo en voz alta

No siempre expresamos con palabras lo que pensamos, principalmente cuando se trata de cuestiones positivas.

Para mantener una buena relación es fundamental acostumbrarse a decir las cosas, y a resaltar los aspectos que más nos gustan de la otra persona.

Con el tiempo hay muchas cosas que se dan por sentadas, pero aun así siempre hay actitudes o acciones que, si nos gustan, debemos halagar. A nadie le desagrada que lo valoren ni se cansará nunca de escuchar cómo destacan alguna de sus cualidades.

2. Reconoce y repite las cuestiones que supuestamente se dan por sentadas

Aunque seas la persona más generosa y amable del mundo, es natural que, con el tiempo, te acostumbres tanto a los rasgos positivos de tu pareja que acabarás pasándolos por alto o te olvidarás de reconocerlos.

Biali recomienda realizar una lista con los aspectos que más te gustan de tu pareja para que, cuando actúe de esa manera, se lo hagas saber.

3. Pensar siempre que detrás de los gestos o actos de tu pareja no hay más que buena voluntad, independientemente de lo que diga o haga

En ocasiones se dice lo contrario de lo que se piensa, y se sobreactúa con la pareja, como recuerda el médico y escritor Emerson Eggerichs en el ensayo El lenguaje del amor y el respeto.

Recordar que la pareja siempre se mueve por sus buenas intenciones es clave para relativizar ciertos descuidos o salidas de tono, porque podrán sobrevalorarse.

En los momentos difíciles y más conflictivos es fundamental ser conscientes de las buenas intenciones de la pareja, para no herir demasiado los sentimientos.

Obviamente, hay situaciones en que una pareja puede cambiar su actitud repentinamente por algún trastorno de personalidad y tener intenciones verdaderamente maliciosas, pero estos casos son una minoría.

4. Ser agradecido

Nunca debemos cansarnos de dar las gracias y reconocer, con un beso o un abrazo, los buenos gestos de tu pareja, para así reforzar los lazos de cariño.

Además, al expresar efusivamente los agradecimientos se potenciarán más este tipo de gestos y se harán con más afabilidad.

5. Antes de hacer un comentario negativo pregúntate si es estrictamente necesario

Las críticas constructivas pueden ser muy útiles, y hasta pueden mejorar la relación, siempre y cuando se cuiden mucho los comentarios, que sean racionales, y que se mediten previamente para no hacerlos en caliente.

Para ello es conveniente preguntarse cuál es la verdadera motivación para reprobar una actitud: si es que uno está enfadado por cuestiones ajenas a la pareja, o si es que está cansado o resentido por algo en concreto, especialmente si la crítica se va a realizar en público.

Esto sólo aumentará los problemas y creará malas sensaciones, por lo que hay que pensarlo mucho antes de “montar un numerito”, explica Biali.

Una buena relación no debe tirarse por la borda por una salida de tono que no hará más que desacreditar a uno mismo y provocar una peligrosa pérdida de confianza.

Fuente: El Confidencial

Cortesía de Natividad Recio

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: Doloras (XII)

Era un hombre, un pobre anciano,
quien a una puerta llamó,
y al mancebo que la abrió,
con ansia tendió la mano.

Mas aquel joven villano,
al mendigo despreció,
y la puerta le cerró,
murmurando, ¡el inhumano!

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La noche tendió su velo.
La nieve a copos caía,
y a la luz del nuevo día,
frente a la puerto, en el suelo,
al abrir, de frío yerto,
¡vio el hijo a su padre muerto!

[*Opino}– Sarta de caprichos femeninos

08-10-12

Carlos M. Padrón

Para empezar, la generalización de que lo dicho no gusta a las mujeres no las deja bien paradas, pues da la impresión de que ellas fueran todas iguales, como robots cortados por la misma tijera.

Por otra parte, al «no me gusta» debe imponerse lo práctico y funcional, pues estas dos últimas condiciones son demostrables, pero el «no me gusta» no lo es, ya que las más de las veces se trata de un simple capricho.

Por eso suele decirse que acerca de gustos no hay nada escrito, pero sí lo hay acerca de lo práctico, útil, y funcional. Es el capricho contra la razón.

Vamos por partes.

1.- Usar chanclas con calcetines. ¿Qué tiene de malo? He conocido mujeres que lo hacen. Si tanto él como ella tienen una piel de las que se ampollan o laceran por nada, está más que justificado el uso de calcetines.

2.- Las uñas de los pies descuidadas, y 4. Cejas depiladas. ¿Es que quieren que uno vaya a hacerse pedicura. No, eso y lo de depilarse las cejas tal vez lo hagan los llamados metrosexuales, palabreja que se me antoja un eufemismo para no decir gay.

3.- Calzoncillos agujereados, o con la goma dada de sí. Es un asunto de tipo económico o de que falta quien sepa zurcirlos o ponerles una goma nueva. Al igual que en el punto 1, he conocido mujeres que llevan pantaletas (bragas) agujereadas. Es más, en un acto público, creo que en 2005, varios que estábamos en grupo vimos que una dama que fue Miss Venezuela llevaba pantaletas agujereadas.

5. Acomodarse «las partes» en público, y meterse el dedo en la nariz. A estos dos puntos digo lo que ya dije en De mocos y cubiertos. Puedo entender que, en público, no se hagan estas cosas, pero que sea la pareja de uno quien quiera que no se hagan es ya algo que raya en lo ridículo. ¿Debo esconderme de mi pareja si me molesta «el paquete»?

¿No han reparado estas mujeres en que cuando muchas de sus congéneres sobrepasan la menopausia, y parece que ya no tuvieran nada que aparentar, estando sentadas suelen abrirse de piernas y rascarse «sus partes» sin recato alguno, en presencia de su pareja y hasta de algún otro miembro de la familia?

Esto se me antoja bastante más feo que el que un hombre se acomode «el paquete», pues el hombre hace eso desde niño, pero la mujer no; ella lo hace cuando, como dije, ya siente que no debe aparentar que es una «señora fina», y no sólo se rasca sus partes sino que suelta palabrotas y cuenta chistes subidos de tono que apenas unos años antes consideraba totalmente inadecuados en boca de una «señora fina».

6. Camisetas de tirantes y escote en V. ¡Qué estupidez! Me gustaría saber qué tiene eso de malo, pero tal vez algo tenga, tanto para mujeres como para «varones» con deficiencia hormonal, por cuanto uno de éstos que notó que yo usaba camisetas de ese tipo, con un mohín de elevado amaneramiento le dijo a mi entonces mujer: «Cecilia, ¡yo nunca me casaría con un hombre que usara camiseta!».

7. Pantalones caídos. En esto sí estoy de acuerdo, pues llevar pantalones así no tiene nada de práctico ni de funcional. Además, quien los lleva parece ir disfrazado de mamarracho.

8. Memoria de pez. Esto no va conmigo, pues he sido siempre yo el que recuerda las fechas, y más de una vez he recibido críticas por recordar las que no son del agrado de ellas.

Siempre me he preguntado por qué esas fechas son tan importantes para ellas y para ellos no. Adivina, adivinanza…

9. Los pelos en el lavabo, la tapa levantada. Para dejar en el lavabo los pelos producto de una afeitada es necesario haber pasados varios días sin afeitarse. Además, al lavarse la cara, una vez terminada la afeitada, los pelos, muchos o pocos, se van por el sumidero.

Lo de la tapa del váter/poceta/inodoro es otro cantar, pues se trata de un asunto de funcionalidad y practicidad frente a una objeción netamente «estética». Para un hombre poder usar la poceta para orinar, deben estar levantados tanto el aro como la tapa, mientras que si ambos están bajos, la poceta no tiene utilidad para nadie.

10. Para lo de los eructos sería bueno que las mujeres que los critican no se emparejen con un oriental, pues hay algunos que eructan libremente tanto por arriba como por abajo.

Y lo del aliento a tabaco sí que me ha hecho reír porque el artículo en cuestión viene de España, país en que las mujeres fuman más que los hombres, y soy de los que creen que besar a una fumadora es como lamer un cenicero.

En fin, si a ellas no les gusta todo lo arriba listado, mejor es que hagan lo necesario para enmendarlo, porque, repito, lo para defender lo práctico y funcional hay siempre argumentos; para defender un gusto, no hay ninguno.

Además, en esto vale aplicar la pregunta «¿Por qué vale más su disgusto que mi gusto?». Si es porque ellas son mujeres, ¿no habíamos quedado en que éramos iguales?

Como esto siga así, llegará el día en que poner en práctica alguna de estas cosas que a ellas no les gustan podrá ser considerado, como en este caso, violencia machista.

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06/10/2012

Diez cosas que las mujeres detestan de los hombres

Cariñosos, atentos, dulces, amables,… ¿realmente existe el príncipe azul?

No, no nos dejemos engañar por las películas de Disney o románticas. El hombre perfecto no existe, y aquí te dejamos una lista de hábitos o costumbres que detestamos. ¿Qué te parece?

1. Usar chanclas con calcetines

Vale que sois pocos y muchos de vosotros extranjeros, pero os lo decimos igualmente y también a los que caísteis alguna vez, aunque sea a la hora de sacar la basura: ¿qué moda es ésa de llevar unas chanclas de playa con calcetines? ¡Es el mayor antídoto contra la seducción!

2. Las uñas de los pies descuidadas

Sabemos que estáis muy ocupados y agobiados con vuestros asuntos, pero, al igual que nosotras, tenéis uñas en los pies y, de vez en cuando, no está de más que os las cuidéis un poco (de la manicura ni hablamos, lo damos por descontadísimo).

3. Calzoncillos agujereados, o con la goma dada de sí

Dejaros de tanta cerveza y ahorrad para renovar vuestra ropa interior,… o para comprar matarratas, ya que está visto que algunos de vosotros las tenéis como mascota y os roen vuestra ropa más íntima. No somos muy exigentes con el estampado ni con la forma (para gustos, los colores), sólo nos conformamos con no salir corriendo al veros.

4. Cejas depiladas, o entrecejo frondoso

Todos los extremos son malos, y aquí tenemos un buen ejemplo de ello.

¿Chicos con cejas depiladas? Nunca jamás. Si tienes unas cejas bien pobladas recórtalas un poco, pero nunca te las depiles ni te dejes una línea minúscula; queda muy feo y no se lleva nada. Realmente, una mirada masculina es más atractiva cuando precisamente conserva eso, su masculinidad. Pero tampoco te pases: el entrecejo nos gusta limpio.

5. Acomodarse «las partes» en público

Esos gestos que a muchos os salen de forma casi involuntaria cuando vais andando por la calle no nos gustan nada. Ya puedes ser el chico más guapo, pero al hacer ese movimiento se te va todo el glamour del mundo. Bastante tenemos con ver a los futbolistas hacerlo en el campo de juego. ¡Si os molesta, os aguantáis o lo hacéis en privado! Gracias.

6. Camisetas de tirantes y escote en V

Aquí va una lección de moda, porque os tenemos cariño: fuera de vuestro armario las camisetas de tirantes para marcar musculito. Otra de las cosas que nos resulta estéticamente horrible es el escote en V (que deja vuestros marcados pectorales, nos hemos dado cuenta) en un hombre. No necesitamos ver vuestro pecho depilado, con la insinuación nos basta. Y no somos las únicas que lo pensamos: hay un grupo en Facebook que clama «No al escote masculino».

Ya sabéis, taparos un poco chicos, que vais a coger frío.

7. Pantalones caídos

Una cosa es llevar el pantalón un poco bajo y dejar ver la goma de la ropa interior, algo que puede resultar a veces hasta sexy, y otra bien distinta es llevar los pantalones casi a la altura de la rodilla.

Primera pregunta: ¿vais cómodos andando con ellos? Segunda: si pretendéis enseñar el calzoncillo, ¿por qué no os ponéis unos bonitos? Tercera y última: ¿por qué os ponéis cinturón si vais a llevar el pantalón a esa altura?

8. Memoria de pez

Ni fecha de cumpleaños, ni aniversario ni nada. Eso sí, pregúntales por la programación deportiva que seguro que se la saben de pe a pa.

No nos compensan los mimos a último minuto ni las excusas. ¡Ponte una alarma en el celular! Que tampoco es tan difícil (y además tienes al amigo Facebook, que te recuerda nuestro cumpleaños).

9. Los pelos en el lavabo, la tapa levantada

Muchas veces cuando los hombres acaban de afeitarse da la impresión de que ha pasado un tsunami por el cuarto de baño: agua por todos lados y resto de pelos desperdigados por el lavabo. Fregona y recogedor en mano., ¡os toca limpiarlo!

Lo mismo nos sucede con la tapa del váter. No soportamos tener que ir detrás arreglando vuestros despistes. Y a la próxima tened más cuidado. El enamoramiento no dura eternamente.

10. Los eructos, la falta de higiene en la boca, el dedo en la nariz

Nos espanta la cantidad de ruidos que podéis llegar a emitir, de todo tipo, sí, señor. Es un empezar y no parar, un continuo concierto que nos saca de quicio y que —atención— no nos resulta gracioso. Hay que añadir que el aliento a cerveza y tabaco no nos resulta sexy, a menos que estemos juntos de fiesta. Y la fascinación de algunos por escarbar en sus orificios nasales. No pasa nada si lleváis encima un paquete de pañuelos, chicos.

Fuente: ABC