Primer conde de Pozos Dulces, nació en la isla de El Hierro, una de las que forman el hermoso grupo del Archipiélago Canario.
Este ilustre personaje llegó a La Habana casi a fines del siglo XVIII, dedicándose al comercio con tanta inteligencia y buena suerte que pronto se abrió paso entre las casas más acreditadas de la populosa ciudad mercantil, adquiriendo así una brillante posición social, y constituyendo una familia cuyo histórico nombre ha pasado a la posteridad por su ilustración y notables hechos públicos en los destinos de la Gran Antilla española.
¿Qué persona medianamente instruida no ha oído hablar alguna vez de las relevantes prendas y vastísimos conocimientos que adornaban a D. José de Frías, segundo conde de Pozos Dulces, y a su respetable hermano, D. Francisco?
¿Quién no ha oído hablar del concienzudo director del periódico «El Siglo», de La Habana, o del fundador del pintoresco pueblo de El Vedado?
D. José y su hermano D. Francisco eran agrónomos de elevada talla y escribieron mucho sobre agricultura.
El primer conde de Pozos Dulces falleció en esta capital a una edad avanzada y dejando bien alto su ilustre apellido y el nombre de su inolvidable patria.
