17-04-12
Carlos M. Padrón
Entre junio de 1993 y hasta diciembre de 1995, trabajando yo aún en IBM, tuve mi base de operaciones en España. y desde allí visitaba otros países Europeos, principalmente los nórdicos, para buscar aplicaciones que pudieran servir a la Banca de América Latina y para, al mismo tiempo, promocionar otras hechas en esa región o en España.
Cuando en uno de esos países nórdicos me dijeron «Carlos, de España, háblanos de fútbol y de algunas cosas de comer y beber; de tecnología, nada» lo tomé como algo anecdótico, pero cuando, con ligeras variantes, me lo dijeron en los demás, caí en cuenta de que era en serio: al menos de informática, no querían nada made in Spain.
Cuando, interesado por el asunto, sacaba yo adrede el tema de España, un par de veces me dijeron que «científico y español son términos excluyentes».
Hoy, casi 20 años después, la encuesta de que trata el artículo que copio más abajo revela que ese criterio no sólo no ha cambiado sino que ahora esgrime nuevos argumentos en la misma dirección, y me pregunto si será por eso que el gobierno español ha visto que no vale la pena y ha recortado el presupuesto destinado a la Ciencia.
En España, algo hay de «barato» en torno a ésta, pues me parece casi patético que los medios digitales de ese país destaquen con bombos y platillos —y siempre en titulares de artículos que incluyen un «Científicos españoles….»—, logros que, bien mirados, no ameritan tal fanfarria. Como ejemplo doy sólo los tres últimos titulares que recuerdo por el mucho tiempo que los vi:
- El catamarán ‘made in Spain‘ que navega por los polos sin contaminar
- Así funciona el trineo antártico español
- Científicos españoles desvelan el «misterio» del yeso
El último de estos titulares lleva ya once días en los primeros lugares de esa prensa digital española, como si se tratara del descubrimiento de la cura contra el cáncer, el alzhéimer, o algo de similar importancia.
Y eso contrasta con la forma en que esos mismos medios reportan otras noticias, como ésta, que apareció el 17/04/12: «Un equipo internacional de científicos ha dado el primer paso para la construcción de un ordenador computador cuántico dentro de un diamante». De haber en ese equipo un miembro español, seguro que habrían escrito «Un equipo internacional de científicos, del forma parte un español, ha dado el primer paso para la construcción de un ordenador computador cuántico dentro de un diamante.
El tachado de ordenador lo he hecho yo, por lo que ya he explicado.
***
16/04/2012
J. F. A.
La marca España se queda en los tópicos
Desde que los países salen a los mercados reconvertidos en lo que los expertos llaman «Estado-marca» o «marca país», argumentos como imagen o reputación son determinantes, exactamente igual que ocurre con cualquier marca comercial.
¿Cómo se ve a España fuera de nuestras fronteras? ¿Qué piensan de nuestro país, qué les sugiera, con qué términos lo identifican?
El Instituto DYM le ha hecho esas preguntas a los responsables en 48 países de WIN, una red internacional e independiente de institutos de investigación de mercado, unidos para crear una plataforma global.
«Dígame, por favor, las tres palabras que le vienen a la mente espontáneamente cuando usted escucha la palabra España», se pidió a los directivos.
El resultado de la investigación no parece muy alentador.
Entre los cuarenta y ocho responsables de investigación social y de mercados consultados, las dos menciones más concretas y extendidas fueron fútbol (27%) y corridas de toros (25%). Y bastante por detrás, «un amplio y variado junto de menciones» entre las que destaca el sol (16,7%), el flamenco (8,3%), las vacaciones (10,4%) o la paella (8,3%).
Cabe subrayar, además, la notoriedad de Barcelona, ciudad que mencionan el 20,8% de los encuestados.
Sol y playa, y fútbol y toros forman el cuadrado más tópico entre los previsibles.
Si se mira más en profundidad la lista de las menciones, los investigadores consultados citan también —en mucho menor medida— el Guernica, Gaudí, el Camino de Santiago, El Quijote, la Sagrada Familia o Picasso, en el apartado cultural.
Y el carácter español, del que, sorprendentemente, utilizan las expresiones pasión y libertinaje. Sin embargo, no hay ni una sola cita relacionada con la investigación, la industria o la tecnología.
Fuente: ABC

Magnifica observación, Carlos; ésa es nuestra triste realidad.
Pese a ello, muchos europeos nos envidian, más aún según se va hacia el norte. Tenemos algo que ellos no pueden tener por muy sesudos que sean. Nuestro estilo de vida también tiene un precio.
Mi encuentro con la Europa de los sesenta no fue muy grato, en cuanto a español porque en esos tiempos mandaba Franco, a quién todos criticaban despiadadamente, al igual que a Mussolini, Castro y Oliveira. ¡Dictators!
Sin embargo, cuando fui a formarme como profesional, cuando aún mandaba Franco, un día que tuve que ir al hospital oftalmológico a realizar algún trabajo, me recibieron algunos oftalmólogos que ya me estaban esperando sonrientes y amables: ¿Español?… Real Madrid (había quedado campeón de Europa).
Dr. Arruga, Dr. Barraquer, como dándome a entender que estaban al tanto de nuestras glorias. Uno de ellos me dijo que usaba un aparato de Barraquer y que había estado en España, y me resaltó lo que le había gustado la juventud bien educada y vestida, con traje y corbata. Allí ya andaban los hippies y los moteros etc. También coincidí con el advenimiento de los Beatles.
Cuando en mi trabajo, de anestesiólogo, pude apreciar el estricto control que llevaban de cada ampolla de morfina y otras drogas, les dije que yo en Sevilla disponía de ampollas de morfina a puñados, y que las guardaba en un cajón sin envases. Ellos me dijeron que en España había mucho vino y barato…
Bueno, esto son anécdotas aisladas que no tienen el valor estadístico de la tuyas, pero pienso que si, en lugar de descalificarnos, supieran valorar nuestra imaginación y creatividad, y conjuntarla con su disciplina y rigor, Europa podría obtener unos resultados sorprendentes.
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Juan Anotnio, yo invertiría los términos de tu frase de cierre, donde dices que
pues comoquiera que la imaginación y creatividad no pueden aprenderse, pero la discicplina y el rigor sí, veo más factible que el cambio lo hagan los españoles.
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Pues tienes toda la razón, Carlos, pero no hay manera. A mi regreso de Inglaterra quise implantar estilos de organización que aprendí allí, y no hubo forma.
Nuestra idiosincrasia no se adapta a la de ellos, ni la de ellos a la nuestra. Sólo en vacaciones beben mucho vino y toman el sol.
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And that’s the problem, my friend! You know: Spain is different. And César Vidal explains why.
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