22-01-12
Carlos M. Padrón
Al menos una vez he dicho en este blog que no me gusta botar lo que aún sirva, y que, especialmente en computación personal, aplico el principio de no tocar lo que funciona, o, yendo más al extremo, de no arreglar lo que no está roto.
Saco esto a colación por las reiteradas sugerencias que me hacen algunos conocidos quienes, sabedores de que en todas mis PCs uso Windows XP, insisten en que yo debería migrar a Windows 7.
Mi Windows XP Professional, que ya me conozco de memoria al menos en las funciones que de él necesito, está haciendo muy bien su trabajo. El día en que no lo haga, ya veré a qué sistema operativo me cambio —posiblemente ya habrá para entonces un Windows 9 ó 10, o tal vez algún buen competidor de Microsoft— pero, entretanto, me quedo con el XP.
Por si mi convicción no fuera suficientemente fuerte, desde el lunes 09/01/2012 hasta apenas anteayer dediqué muchas horas cada día a dejar disponible, para un usuario que nada sabe de inglés, una laptop Lenovo totalmente nueva.
Esa Lenovo fue comprada en USA y me la entregaron con Windows 7 en inglés.
Después de varias diligencias para tratar de dar con un Windows en español, se consiguió un Windows Vista Ultimate —que, según me dicen, se parece bastante al Windows 7 y se le considera la versión beta de éste— y me di a la tarea de instalarlo en la Lenovo, pero antes le hice a su disco duro una nueva partición para guardar en ella sólo datos. Y, llevado por mi costumbre con los Windows XP, en la partición ‘C’ dejé para el sistema operativo 50GB que es lo que le he dejado al XP en todas mis PCs.
Mi primera sorpresa ocurrió cuando del Office 2007, en español, quise instalar sólo Word, Excel, Power Point, y Herramientas, y el Vista me dijo que no había suficiente espacio en el ‘C’.
Después de guglear y enterarme de que, en comparación con el XP Professional, el Windows Ultimate es un monstruo, aumenté a 100GB la capacidad de la partición ‘C’ y pude instalar entonces los antes mencionados programas del Office 2007.
Word, Excel y Herramientas funcionaron bien, pero el Power Point se negó a abrir los archivos PPS; sólo los abría como PPT. Y por más que gugleé no encontré en la Red ningún caso como ése.
Fastidiado, desinstalé el Office 2007 e instalé del LibreOffice, también en español, sólo los programas equivalentes a los antes mencionados.
Libre Office ha sido hecho por la gente de Linux y es competencia directa del Office, en especial porque es gratuito.
Pues bien, aunque todos los programas del LibreOffice funcionaron bien, incluso el émulo de Power Point, cada vez que yo comenzaba a trabajar con la Lenovo me salía un ominoso aviso diciéndome que en ella había instalado software que «no era legítimo», que el sistema corría peligro, etc.
A todas éstas, cada día aparecían nuevas actualizaciones para el Vista, y muchas de ellas muy pesadas. Una mañana apareció el SP1, y lograr bajarlo e instalarlo tomó todo ese día.
Al siguiente fueron unas 63 actualizaciones más, y después 45, y después el SP2,…
En fin, una historia de nunca acabar que, para colmo, iba llenando más y más la partición ‘C’.
Mi esperanza era que alguna de esas muchas actualizaciones lograra arreglar el problema del Power Point, pero como no lo hizo, opté por instalar un Office 2003 en español que conservo desde al año 2001.
De él instalé las mismas cuatro aplicaciones (Word, Excel, Power Point, y Herramientas), pero si bien logré reducir el espacio ocupado en ‘C’, no logré que el problema del Power Point se arreglara. Quedó claro que se trata de un problema del Vista.
Además de esos cuatro programas del Office 2003, instalé sólo siete (7) más, a saber,
- Avira Personal Free, pues el Avast, que instalé primero, no le gustó al Vista Ultimate (¡!)
- CCleaner
- 7-zip
- Acrobat Reader
- Skype
- Windows Media Player, y
- Firefox
…, y de los 100GB del ‘C’ no quedó mucho libre.
Si bien las computadoras con Vista o Windows 7 preinstalado traen un disco de unos 500GB, hay que tomar en cuenta que una partición de él está dedicada a respaldo del sistema, y otra a programas específicos.
No existe en XP una estructura igual, pero usando un programa gratuito, como EaseUS Todo Backup, y un disco externo, puede hacerse respaldo del sistema cada vez que uno quiera.
Lo hago, por ejemplo, cada fin de semana, y si en Vista o en Windos 7 se hiciera así, aumentaría sustancialmente la capacidad de disco disponible para guardar datos, y la copia o imagen del sistema operativo, hecha en el disco externo, estaría a mejor resguardo fuera de la computadora, sobre todo si ésta es una laptop.
Pero he aquí otra enorme diferencia. La copia que de mi XP Professional con sus más de cien programas instalados hago en un disco externo tomó este fin de semana menos de 15 minutos y ocupó menos de 15GB. La ídem del Vista, con sus apenas siete programas instalados, tomó 34 minutos y ocupó 32GB.
¿Tiene sentido que yo deje de lado el Windows XP Professional y me pase al Windows 7 que, según me han dicho, es también un monstruo de mucho cuidado y que, al igual que el Vista, tiene todos los comandos a los que el usuario recurre habitualmente,…. pero en lugares diferentes, o sea, que, encima, hay que volver a aprender lo que uno ya sabía de memoria, pero para obtener idéntico resultado.
Comparado con Vista, que en esos pocos días me demostró por qué fue un fracaso, el XP es un sistema práctico, compacto, funcional, y, más que económico en el uso de recursos, es frugal, pues de los 50GB que le di en mi PC tiene libres 20GB a pesar de que, como ya dije, pasan de 100 los programas que tengo instalados.
¿Por qué, entonces, abandonar el XP? ¿Por estar a la moda? ¿Para gastar dinero en el 7 y posiblemente en discos mayores? No, gracias.
A quienes sepan inglés les recomiendo la lectura de este artículo: Seven reasons to skip upgrading to Windows 7.
