– VIII –
Al casarte elegiste a una mujer
tan sólo por riqueza;
sin buscar para nada en aquel ser,
de su alma la pureza.
Mas fuiste a Cuba el vil metal buscando
y en tu casa quedaba
aquella que tu ausencia traicionando,
a otro hombre se entregaba.
Tú no extrañes, amigo, la torpeza
de su inmensa traición;
porque en ella buscaste la riqueza,
pero no el corazón.
NotaCMP.- Aquí expresa mi tío Pedro una opinión personal y sesgada en la cual está equivocado.
