– I –
Soberbio por tu pobre inteligencia,
el misterio más grande lo escarneces
y niegas del Supremo la existencia;
pero has dicho que siempre te estremeces
a la punzante voz de la Conciencia,
que escuchas intranquilo muchas veces.
Pues eso que has sentido ¡ser pequeño!
es la voz del que niegas con empeño.
