[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hdez. y Castillo: La nada

LA NADA

Del pasado un arcano misterioso,
mi pobre inteligencia escrutar quiere:
qué fue la nada, el caos tenebroso
que al meditarlo se disipa y muere.

Eterno es Dios y eterna su presencia,
hasta en mundos del hombre inconcebibles…
En lucha mi razón con mi creencia,
se pierden en misterios intangibles.

[*FP}– Primavera de 2011. Un viaje muy acontecido (1/5): Tenerife I y La Palma I

Carlos M. Padrón

Como cumplir 80 años es ya de por sí un logro respetable, desde el año pasado decidí que, de poder hacerlo, iría yo con Chepina a El Paso para estar presentes, en marzo/2011, en el 80° cumpleaños de María Celia, mi hermana mayor.

La intención fue buena, pero los acontecimientos que en su realización como viaje tuvieron lugar hicieron de éste el más calamitoso de los viajes que he realizado en mi vida.

Y para que no me llamen, como ya lo han hecho, quejica y pesimista, mencionaré como muestra solamente,

  • La rotura del disco duro externo de mi Mierdaptop, y que me dejó solamente con el sistema operativo.
  • El hecho de que los respaldos de lo perdido con la rotura del disco hizo en Caracas mi yerno, en varios DVDs, y Chepina me envío por MRW el día 24 de marzo, llegaron a El Paso….. ¡el 7 de abril! y en un paquete roto en el que los estuches de los DVDs estaban también rotos, con visibles muestras  de que los habían revisado a placer y al trancazo. En la parte 2 de esta serie de 4 contaré cómo recuperé la información perdida.
  • La pérdida de mis lentes de contacto; y,
  • La «adquisición para pago en cómodos y largos plazos» de un estado gripal, con afonía y tos perruna, que aún no me deja.

Suficiente como para aplicar el calificativo de calamitoso, ¿no?

Como de este viaje hay muchas fotos, siguiendo un orden cronológico dividiré en cinco (5) el reportaje, a saber

  • 1/5: Tenerife I y La Palma I
  • 2/5: Las Palmas y La Palma II
  • 3/5: Tenerife II
  • 4/5: Tenerife III
  • 5/5: Madrid y Cuenca

Aquí va la primera parte.

Lo de tal «adquisición» arriba mencionada se entiende porque el tiempo ha perdido la vergüenza, y aunque llegué a El Paso el 21 de marzo, fecha oficial de inicio de la primavera, en mi querido pueblo natal había temperaturas de entre 8 y 18°C, o sea, un frío propio del invierno, pero con cambios súbitos a episodios cálidos y viceversa,… y es precisamente a esa viceversa a la que le tengo alergia desde hace más de un cuarto de siglo.

20110406=Palma Arturo   downtown apaisado

Toma reciente del paisaje, ampliado, que sirve de tema pictórico en este blog. Ese día el tiempo en El Paso estaba espléndido; era realmente primaveral.

Así que no es extraño que me enfermara en El Paso, cuando el disgusto de la rotura del disco tumbó mis defensas (no es la primera vez que me enfermo después de un disgusto o de una seria situación de estrés), que llegara a quedar totalmente afónico, y que luego revalidara mi afección en Las Palmas, Tenerife, Cuenca y Madrid,… trayéndola a Caracas sin permiso de importación.

La “peste” que contraje fue tan dura que el calor del afecto que, una vez más, me brindaron los familiares y los incondicionales amigos de siempre, sólo logró paliar, mas no curar, los síntomas que ya mencioné.

Pero dejo atrás esta parte negativa que me acompañó durante todo el viaje —dejo constancia reiterada de que deliberadamente omito la mención de muchas desventuras más—, y voy con la positiva.

A las personas que aparecen en las fotos las nombraré de izquierda a derecha o, cuando estén en círculo —como sentadas en una mesa—, en el sentido de las agujas del reloj.

TENERIFE I

En el aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife) me esperaba un pequeño comité compuesto por tres amigos y mi prima Lucy. Foto cortesía de Armas Padrón.

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Gilberto Cruz, Wifredo Ramos, Carlos M. Padrón, Roberto González Rodríguez.

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Foto cortesía de Lucy de Armas Padrón.

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Wifredo Ramos, Lucy de Armas Padrón, Carlos M. Padrón, Roberto González Rodríguez.

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LA PALMA I

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El día 24 de marzo, fecha del mencionado 80° cumpleaños, mi hermana María Celia presidió la mesa preparada para los parientes y amigos que asistieron a la celebración. Como puede verse, no faltaron las truchas, los almendrados y los rosquetes, los higos pasados y el queso de cabra y, por supuesto, tampoco el vino de la tierra.

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Mi hermana María Celia (en pie) y, sentados, Álvaro Padrón, Pino Montañez (esposa de Álvaro) y Carmelina Padrón, hermana de Álvaro, y ambos primos hermanos nuestros, o sea, de mis hermanos y míos.

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También se lució la cumpleañera bailando con Luis Herrera, más pariente que vecino, y amigo de toda la vida.

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Y con Javier Simón, nuestro primo.

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O departiendo con amigas o parientes.

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María Celia Padrón y Érika, esposa de Luis Herrera.

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María del Pilar (Pili) Simón, y Ana Isabel Rodríguez, hermana la una y esposa la otra de Javier Simón.

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Llegado el momento, tuvo lugar el canto del obligado «Cumpleaños feliz», entonado por todos los de la fotos y todos los que no aparecen en ella.

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Víctor (hijo de mi hermana menor), María Celia (la cumpleañera), María del Carmen (mi hermana menor), y Carlos M. Padrón.

Desde el cuadro colgado en la pared fue mudo testigo nuestro difunto padre, como también lo fue del subsiguiente abrazo entre hermanos.

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Siempre en La Palma, y antes de que llegara Chepina, tuvieron lugar algunas entrañables reuniones, en cafés y restaurantes, con más amigos.

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Javier Simón, Fidel González, Luis Herrera, Rigoberto (Berto) Rodríguez, Juan Enrique Brito.

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Juan Enrique Brito, Rigoberto (Berto) Rodríguez.

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Javier Simón, Gilberto Cruz, Adolfo (Álvaro) Taño.

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La luz amarillenta del atardecer enmarca las tareas agrícolas en la huerta principal de mi casa natal. Al fondo, el pico Bejenao.

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COMENTARIOS

CMP
En respuesta a Vicencio Díaz.

Gracias, Vicencio, y lamento tu pérdida.

Si yo no valorara como valoro los aspectos positivos de esos viajes a Canarias, seguramente no habría vuelto desde hace muchos años, a menos que fuera para algo lúgubre, como lo fue llevar, en 2007, las cenizas de mi hermano mayor.

Estos viajes son la recarga de mi batería de gusto por la vida, pues no en otro sitio puedo encontrar las manifestaciones afectivas que allá recibo, entre otras personas, de amigos que lo son desde hace más de medio siglo. Si me quejo, es porque los malos acontecimientos mermaron mi salud e inhabilitándome por momentos, y robando mi tiempo, me robaron también un poquito del disfrute de algo tan valioso.

Vicencio Díaz
«¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre, pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica; porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía, y el fruto de justicia se siembra en paz para aquéllos que hacen la paz».

Yo no calificaría el viaje a las islas de ninguna manera. Simplemente ha sido un viaje y que en lo personal, desde mi punto de vista, fuiste muy consentido por la realidad que se te ha prolongado a través del tiempo y que se ha conservado prácticamente sin cambios desde tu infancia.

Me llamó poderosamente la atención la vista de tu casa natal. Es un milagro que puedas haber grabado con tu cámara algo que se conserva como lo acabo de ver. Tan sólo eso hubiese sido para mí suficiente compensación de lo que dices fueron calamitosos momentos.

Te cuento que de mi familia acabo de perder, hace menos de un año, a dos de sus pilares, y ahora la mesa a quedado coja. Ya no quedan cabras y, por supuesto, del queso ni hablar. Ya no hay quien sepa hacer dulces, ni cuadros, ni recuerdos. No te digo que te envidio, pues éstos son mis días más felices que jamás haya soñado, pero sí te digo que no eres justo contigo mismo al no alegrarte de la posibilidad de gozarte con tu gripe, y disfrutar de la presencia del pasado, que te ha esperado hasta el día de hoy para hacerte lo que para ti ha debido ser el mejor de los presentes.

Sin querer estoy leyendo algo que acabo de poner en Facebook y se me ocurre adosarlo al comentario que hago de tu maravilloso periplo. Yo sé que no todo lo de las lamentaciones es cierto, y sé que eres algo sabio y algo entendido, y por eso me atrevo a hacer de este consomé un sancocho de huesito.

Gracias amigo, por el regalo de un atardecer en El Paso. Que dios te recompense de alguna manera por el regalo que me has dado.