FÉLIX DUARTE PÉREZ
(1895-1990)
El poeta palmero Félix Duarte, a cuya idea se debe la creación con carácter perpetuo del Día de las Madres en territorio español, vivió en su juventud en Venezuela, donde obtuvo la ciudadanía venezolana y a cuyo país debe mucho de la formación de su personalidad, por lo que merece ser recordado.
Nació en Breña Baja (La Palma, Canarias) el 20 de noviembre de 1895, y en 1912, con sólo dieciséis años de edad, se traslada a Venezuela, y aquí permanece durante cinco anos.
En Venezuela, alternando el trabajo con el estudio —y al contacto con los más significativos poetas del momento y con los cantores de la epopeya histórica del país, que logran influir en su formación— se forja una cultura que lo va a llevar luego a ocupar destacado lugar entre los escritores canarios. y colabora en el diario “La Religión», de Caracas.
En 1917 regresa a Canarias y se dedica en su terruño a la enseñanza privada y al cultivo de la poesía que ve la luz pública en la prensa del archipiélago, y en 1919 vuelve a emigrar, pero ahora es a Cuba, donde se dirige permaneciendo en dicha isla once años.
En Cuba funda la revista “Cuba y Canarias», de Sancti Spiritu (1922), y la sociedad “Liceo Canario” (1923), y es corresponsal de varios periódicos de La Habana, en los cuales publica celebrados poemas, crónicas y artículos acerca de variados temas. Es uno de los poetas galardonados en un concurso organizado por “El Mundo Gráfico” de La Habana, para premiar la exaltación de la belleza de la mujer cubana.
Sus triunfos le permiten el acceso a los grupos literarios del país, especialmente al de Camagüey, donde ya es figura consagrada Nicolás Guillén. En 1926 es nuevamente premiada su producción literaria por el “Diario de la Marina», de La Habana. Es el año en que publica su primer libro de versos “Azul y Armiño” (La Habana, 1926), en el que se halla presente la influencia modernista de Rubén Darío, Amado Nervo y José Santos Chocano.
Nuevamente regresa a Canarias en 1930. Recorre su archipiélago natal y entra en contacto con la poesía española de entonces. Acaso sea García Lorca quien más influye ahora en él. Vuelve a tornar otra vez a Cuba para regresar finalmente en 1932 a su isla natal.
En la tierra de su nacimiento, y por iniciativa suya, se crea, con carácter permanente, en su villa natal y en 1936, el Día de las Madres, siendo esta villa el primer municipio de España que lo estableció, por lo que en 1947 se le otorgó a la misma el título de Muy Noble y Honorable Villa. Este hecho es uno de los que más fama y celebridad le dio al poeta.
Débense también a su iniciativa otra serie de actos culturales, entre ellos el homenaje tributado por el Ayuntamiento de la Villa de Mazo (La Palma) en 1960 a la memoria de la poetisa Caridad Salazar de Robles (1870-1948).
Su copiosa bibliografía se halla dispersa en multitud de diarios y revistas de los diversos países hispanoamericanos. En Cuba, además de los ya nombrados, ha colaborado en “El Heraldo», “El Mundo», “Diario Español», “El Guanche” y “Canarias». También en “Diario de Avisos», de Santa Cruz de La Palma, donde ha colaborado desde 1917, y las revistas “La Graja” y “Gente Joven” de la misma ciudad; los diarios “La Prensa” y “La Tarde», y las revistas literarias “Hespérides», “Mensaje” y otras, de Santa Cruz de Tenerife, y la revista “Canarias», de Buenos Aires.
Su quehacer poético fue galardonado justicieramente en varios certámenes, tanto en su isla natal como fuera de ella, pues además de los ya mencionados que ganó en Cuba, obtuvo premio en los Juegos Florales celebrados en 1945 en Santa Cruz de La Palma, el Primer Premio en el concurso de artículos sobre la Caldera de Taburiente, en La Palma, y el que se le otorgó en 1960 a su leyenda Tanausú.
Otro género literario que ha sabido cultivar con acierto ha sido la conferencia, entre las que merecen recordarse: “Bolívar y los pueblos de la Hispanidad”, “Desventura, hispanización y supervivencia de los indígenas canarios”, “Españolismo, libertad y angustia en don Miguel de Unamuno”, celebradas en la Sociedad La Cosmológica, de Santa Cruz de La Palma, cuyas juntas directivas ha integrado en diferentes periodos, además de haber tenido a su cargo la Biblioteca “Cervantes” de la misma.
Son, además, el cuento y el ensayo otras formas de expresión en las que volcó lo épico y lo lírico de su mundo interno y externo. Entre otras distinciones y honores recibidos por el poeta se hallan las siguientes:
• Miembro de la Asociación de Escritores y Artistas Americanos de La Habana (1955)
• Hijo Predilecto de la Villa de Breña Baja (1955)
• Cronista Oficial de las villas de Mazo y Breña Baja (1962)
• Miembro de Número del Instituto de Estudios Canarios (1965); y,
• Miembro tanto de la Hermandad de Escritores Hispánicos, de Madrid, como de la Academia Nacional de Ciencias Sociales y Literatura que patrocina la Universidad de México.
Su obra impresa en el libro no es extensa, pues solamente publicó “Amor Eterno”, letra para el Carro Alegórico de la Bajada de la Virgen (Santa Cruz de La Palma, 1955), y el libro de versos “Poemas del Atlántico” (1966), “En una isla Canaria” (1979), y “Leyendas Canarias” (1981), además de su primer libro ya antes mencionado.
Sin embargo, como ya lo expresamos, es muy fecunda y dilatada su publicación en diarios y revistas, así como su producción inédita entre la que se halla “Tratado de las Cumbres Sublimes”, “Con el alma”, y “Romancero Canario”.
El 16 de julio de 1990 sufre una neumonía, de la que no logra recuperarse, y en la mañana del 12 de septiembre de 1990 fallece en el Hospital de Ntra. Sra. de los Dolores, de Santa Cruz de La Palma, siendo sepultados sus restos, al siguiente día, en el cementerio de su villa natal.
Ya se le consideraba entonces el decano de los poetas canarios.
Entre los juicios que la crítica ha expresado acerca de su obra se hallan los siguientes:
“Si lo seguís a través de todas las páginas que van a vuestras manos, no encontraréis un solo motivo que no sea de superioridad”.
Pastor del Río y Carrillo, cubano.
“Félix Duarte, poeta de cuerpo entero, como comprobará el lector, no necesita valedores ni acompañamiento. En él puede apreciarse, como en los diferentes estratos geológicos, un ciclo formativo que responde a los vaivenes y profundos cambios, tanto estéticos como sustanciales, operados en la poesía”.
Félix Casanova de Ayala, canario.
“Félix Duarte no tiene necesidad de elegancias postizas; le sobran con las que ha nacido. Ni de seguir los últimos modelos pues está horro de esas preocupaciones. Él tiene algo que nadie le ha prestado, que nació con él y que con él vibra. Y bien camina por el mundo que nos canta versos tan bien entonados como los que integran los Poemas del Atlántico”.
Emeterio Gutiérrez Albelo, canario.
Tal es la vida y la obra del poeta palmero Félix Duarte formado en gran parte en Venezuela, principal rector de la cultura poética en su isla natal, y gran animador del saber insular.
