[*Otros}– Palmeros en América / David W. Fernández: José Carballo Wangüemert

José Carballo Wangüemert
(1750-1799)

A pesar de los escasos datos que poseemos, y con el solo propósito de que éstos contribuyan a dar a conocer al personaje que nos ocupa, publicamos hoy los presentes apuntes biográficos de un palmero cuyo nombre aparece escrito, entre los de los hombres ilustres de Los Llanos de Aridane, en el techo del Salón de Actos de las antiguas casas consistoriales de su ciudad natal.

El 1° de septiembre de 1750, en la hoy casa número 7 de la calle Benigno Carballo Wangüemert —antiguamente llamada Trocadero, y que cuando se hacía la travesía por los antiguos caminos de las cumbres era la de mayor circulación de Los Llanos de Aridane— nació un niño que a los cinco días de nacido fue bautizado en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Remedios, de dicha ciudad, por el presbítero don Lorenzo Rafael de Armas, de licencia del beneficiado de dicha parroquia don Simón José de Acosta.

Fue su padrino don Juan Martín Carballo, natural de El Paso. Se le puso por nombre José Antonio. El bautizado era hijo legítimo de don José Martín Carballo y de doña María Josefa Wangüemert Padrón, vecinos de Los Llanos de Aridane. Nieto por línea paterna de don Luis Martín Carballo y de doña María Francisca Pérez del Pino y Taño, y nieto por línea materna de don Pablo Wangüemert de la Cruz y de doña Luisa Francisca de Jesús Padrón. Así consta en el folio 433 del libro 6° de la sección de bautismos del archivo de la mencionada parroquia.

Pasando el tiempo, a esta parroquia va a regalar nuestro biografiado la pila bautismal de mármol y la cruz alzada y ciriales de plata que aún se conservan en perfecto uso.

Descendía don José Antonio Carballo Wangüemert de aquella rama de la familia flamenca Wangüemert (Van Ghemert) que, habiéndose establecido en La Palma, poco después de la conquista de esta isla, le ha dado, entre otros, hijos tan ilustres como el reputado economista Benigno Carballo Wangüemert (1826-1864), el exquisito poeta Luis Felipe Gómez Wangüemert (1842-1942) y el galano historiador José Wangüemert y Poggio (1872-1908).

Los Wangüemert canarios tienen su origen en Pablo van Ghemert, factor de Pablo van Dalle, noble mercader flamenco, señor de Lillot y Zuitland, que en 1562 y por el precio de 48.000 florines compró a su yerno Melchor de Monteverde una parte de los famosos ingenios azucareros de Argual y Tazacorte.

El dicho Pablo van Ghemert, después de haberse establecido en La Palma se casó en dicha isla con doña Luisa de León y Álvarez, y era hijo de otro Pablo van Ghemert, noble caballero flamenco, Consejero de Su Majestad Católica en su Cámara de Hacienda en Amberes (Bélgica).

Ninguna noticia hemos podido adquirir de la adolescencia de este distinguido palmero que, andando el tiempo, va a figurar entre el alto clero de la Iglesia Católica. Sólo sabemos que habiéndose dedicado a los estudios eclesiásticos, siguió la carrera de Cánones y de Teología, graduándose de licenciado en ambas ciencias, grado que ostentaba cuando ingresó al Cabildo Eclesiástico de Guadalajara, actual capital del Estado de Jalisco, en México, el 11 de octubre de 1786.

Siendo racionero de Guadalajara fue promovido Carballo Wangüemert a canónigo de merced de la Santa Iglesia Catedral de Caracas el 17 de julio de 1789, y dos días después recibió la colación.

En Caracas ejerció importantes cargos y funciones. Y su Cabildo eclesiástico, el 2 de octubre de dicho año, atento a la insinuación de su chantre de no poder continuar el encargo de mantener la correspondencia con el apoderado en la Corte de Madrid, nombró a Carballo Wangüemert para tal fin y le recomienda la continuación de los recursos pendientes en aquélla, especialmente el de oposición al aumento de prebendas.

El 21 de enero de 1791 se le nombró para hacer el informe sobre la ausencia del racionero.

El 3 de julio de 1792, por hallarse enfermo, se le nombró para que lo sustituyera en llevar la correspondencia con la Corte al medio racionero Dr. Pedro Martínez, y el 13 del mismo mes y año, y por igual circunstancia y a insinuación de la junta de temporalidades, se disputó para suplirlo como asistente por el obispo, al penitenciario Dr. Bartolomé Antonio de Vargas, pero por fallecimiento de dicho Dr. Vargas, que estaba nombrado adjunto, se le subrogó el 12 de marzo de 1793.

Hizo información de limpieza de sangre ante el escribano Romano el 17 de mayo de 1794, en la cual dice ser, por varias ramas, descendiente de los conquistadores de la isla de La Palma.

Ascendido a maestrescuela, se le dio la colación el 15 de septiembre de 1794, siendo también, durante el tiempo de este cargo, cancelario, o sea canciller de la Universidad o juez de estudios, de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, ya que dicha cancelaría —en este tiempo, y desde su creación, conforme a Real Cédula dada en Buen Retiro el 7 de julio de 1737— estaba unida a la maestrescolía de la repetida catedral.

Al cargo del Cancelario estaba asignado “el cuidado y vigilancia de los estudios, y tenía por autoridad apostólica el derecho de dar a los que habían concluido sus cursos el poder o licencia de enseñar», esta función tenía evidentemente mucha relación con la dignidad de maestrescuela, con que iba aparejada, pues ésta venía a ser, dentro del cabildo eclesiástico, “una especie de maestro para todo aquél que quisiera conocer los estudios humanísticos, y expedir un permiso o licencia que facultaba al que la obtenía a instruir lo que había aprendido en las escuelas catedralicias».

Al cancelario, además de otras muchas funciones, estaba reservada la colación de los grados mayores de maestro, licenciado y doctor, habiéndose dejado al rector la colación de grados de bachilleres, la presidencia del claustro pleno y de las fiestas religiosas de los patronos, y la visita de cátedras.

Pocos días después de la colación de maestrescuela, el 24 de septiembre de 1794, obtuvo Carballo Wangüemert, en la Real y Pontifica Universidad de Caracas, el grado de doctor en Cánones.

Parece ser que no era muy progresista nuestro Carballo Wangüemert, puesto que en 1795, en comunicación dirigida al Rey. lo hallamos detractando de la primera expresión de la autonomía universitaria de que gozó la hoy Universidad Central de Venezuela; la elección de rector por el cuerpo profesoral de la Universidad, la cual fue concedida por Carlos III en Real Cédula fechada en San Lorenzo el 4 de octubre de 1784.

En dicha comunicación, habla Carballo Wangüemert de la inconveniencia de los claustros plenos de la Universidad, pretendiendo hacer ver, entre otras cosas, que difícilmente se congregaban los integrantes para realizarlos en la hora señalada, a excepción de los casos en que se trataba de elección de rectores y otros empleados, o cuando mediaba algún interés particular, en cuyo caso “se juntan muchos maestros y doctores. resultando los perjuicios de que, por sólo aquella citación tan general e inoficiosa, se hacían públicos, y aun ruidosos, los asuntos de las universidades; como también el que, siendo jóvenes la mayor parte de los graduados, fácilmente formaban parcialidades en las elecciones contra el dictamen o modo de pensar de los mas antiguos, con lo que desairaban a éstos, guiados, tal vez erróneamente, por la intención nada prudente y sana de alguno que por su mediación lograba elegir un Rector u otro empleado de su predilección nada conveniente al bien común de la Universidad».

Afortunadamente, el Rey dispuso solamente que se le mantuviese informado de la situación, sin eliminar esta función básica para la autonomía universitaria.

Diósele la colación de chantre el 8 de junio de 1795. Presentando para arcediano, en virtud de Real Cédula fechada en Aranjuez a 14 de abril de 1799, hizo la colación de dicha dignidad el 16 de agosto de 1799, dado por el Sr. Provisor, y tomo posesión tres días después.

Pasado poco tiempo, y por fallecimiento del Pbro. Dr. José Antonio Suárez de Urbina, Dean y Presidente del Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Caracas, fue promovido para dicho cargo, pero no llegó a ocuparlo.

Falleció —después de haber recibido la extremaunción, pero sin haber testado— el 26 de diciembre de 1799, a las ocho y cuarto de la noche, y se le enterró al siguiente día —con entierro cantado al que asistió el obispo electo de la diócesis, Dr. Francisco de Ibarra, y el Cabildo catedralicio— en la capilla de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, de la Santa Iglesia Catedral de Caracas, de la que era patrón o interino. Así consta en el folio 81 del libro 23° de la sección de entierros del archivo parroquial correspondiente.

El I° de julio de 1801 se nombró, por sucesor del deán, al Dr. Pedro Martínez, que a su vez, por fallecimiento del Dr. Francisco de Ibarra, primer arzobispo de Caracas, fue vicario capitular de la Diócesis, en 1806.

Apenas contaba 49 años de edad cuando falleció Carballo Wangüemert, palmero célebre por su ilustración y su saber, que se destacó entre el alto clero de su tiempo, tanto en México como en Venezuela, teniendo en ésta no sólo importantes empleos en su Catedral sino también en su Universidad.