[*Opino}– Redes sociales: ventajas y desventajas

14-03-14

Carlos M. Padrón

En el artículo que copio abajo se da a entender que no estar en las redes sociales es no estar en internet, y eso es falso.

Yo uso internet a diario, pero no estoy en ninguna red social, así que, como se sugiere en el tal artículo, podrán llamarme ‘bicho raro’ o ‘distinto y especial’, pero, repito, no estoy en ninguna red social ni pienso estarlo; es más, no sé ni cómo funcionan, pero sí sé, porque lo he visto y «sufrido», que Facebook es un centro de chismorreo, banalidades, ostentación social, etc. y, por tanto, una pérdida de tiempo.

Además, entiendo que uno o ambos miembros de algunas parejas lo usan para espiar al otro.

Otro argumento para no estarlo es eso de las redes sociales consiguen que uno vea el mundo desde el punto de vista que en ellas se da. Y no, para enterarme de lo que pasa en el mundo no necesito «padrinos»; ése es el uso que le doy a internet, además del de comunicarme con mis contactos a través del correo electrónico o de Google Talk, que son formas que no creo que una red social pueda mejorar.

Tengo Skype sólo para recibir, porque algunos familiares y amigos lo usan para llamarme. Es un mamotreto de programa que ralentiza el arranque de mi PC y que, cuando aún usaba yo Windows XP, obstaculizaba tanto el inicio como el cierre.

En fin, que en este artículo que sigue se enumeran varias ventajas de no estar en las redes sociales.

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12.03.2014

Qué tiene de bueno que no estés en Twitter y en Facebook

¿Es sólo una pose o son los nuevos frikis profesionales? Hay quien piensa que lo raro hoy es no estar en las redes sociales, aunque esta ausencia puede tener beneficios para tu carrera y para tu vida laboral.

Siguen opiniones de expertos en esta materia.

No sabrás lo que se siente hasta que no lo hayas probado. Es una sensación muy parecida a la que experimenta quien no sigue la serie de moda, o aquél que jamás ha visto un solo capítulo de cualquiera de esos reality shows sobre los que todo el mundo habla.

En el trabajo, con los amigos, o en cualquier reunión social serás incapaz de entender los chistes, de seguir la conversación o de interesarte mínimamente por aquello que todos conocen pero que a ti te resulta ajeno.

Y hay dos formas de verlo: o eres un bicho raro que no está en este mundo, o te has convertido en alguien verdaderamente distinto y especial. Esto ocurre también con los que deciden no estar en Twitter, LinkedIn, Facebook o cualquiera de las redes sociales y profesionales.

Expertos en posicionamiento personal, cree que «hoy está de moda el low cost, y eso significa que ahora está disponible para todo el mundo cualquier cosa que hasta hace poco sólo se podían permitir unos cuantos.

Desde el punto de vista profesional, mantenerse fuera de las redes sociales transmite una idea de cierta exclusividad. No eres uno más que ofrece lo mismo que el resto, sino que, profesionalmente, tienes algo que aportar que no se encuentra realizando una simple búsqueda en Google».

¿Y el prestigio? Pero la decisión de no participar en las redes sociales te puede reportar otros beneficios. Hasta hace poco, estar en Internet te daba prestigio, y, de un tiempo a esta parte. parece que te lo quita.

Emilio Botín, Juan Roig o Florentino Pérez, ¿tendrían el mismo prestigio si se dedicasen a subir fotos de sus empresas a Instagram? ¿Ha mejorado Marcos de Quinto su prestigio profesional por estar en Twitter o esto lo ha debilitado?

No estar en dospuntocerolandia te mantiene en el Olimpo de los profesionales, porque los dioses no tuitean. En este sentido, el número de seguidores o la popularidad que obtengas en cualquier red social ya no son elementos diferenciadores, porque ser muy visible en el mundo 2.0 no te convierte en un buen profesional.

Para que te tengan en cuenta y consigas posicionarte como experto lo más importante es que lo seas realmente. Tiempo y cercanía. A todo esto hay que añadir la ganancia de tiempo. Estar en las redes sociales roba muchas horas y te descentra con mucha facilidad. No se trata de lo que inviertes en crear contenidos, sino lo que gastas en comprobar qué dicen sobre ellos.

Mantenerse fuera de ellas te proporciona un gran ahorro de tiempo, facilita la concentración y te ayuda a centrarte en aquellos que tienes más cerca.

Una mayor productividad y eficacia pueden ser consecuencias positivas para quienes deciden no estar en las redes sociales. No quiere decir que no se pueda adquirir conocimiento a través de ellas, pero hay estudios que aseguran que la estancia media en estas redes es de 35 a 40 minutos diarios, y ese dato cuantifica el tiempo que puedes ahorrar o ganar.

Pero, sobre todo, quien toma la decisión de prescindir de las redes sociales puede hacerlo para trabajar más sus relaciones offline. Aquí entra en juego la cuestión de que la influencia en las redes no tiene sentido si no se tiene una vida real. Aunque no se puede generalizar, ver el mundo tras una pantalla acaba consiguiendo que veamos todo desde el punto de vista de las redes sociales, y es muy tentador pensar que lo que ahí se dice es lo real.

Mantenerse fuera de ellas permite estar más cerca del mundo real y tener una visión más pegada al suelo. Hay gente con éxito en Internet que no tiene nada detrás, y viceversa. Se descubre siempre al mentiroso, y ese castillo de naipes se suele desmoronar.

Otros argumentos que tienen que ver con la «solidez», podrían invitar a evitar la presencia en las redes. En este sentido, la obligación de mantenerse activo en una red social, y la facilidad de uso acaban consiguiendo que cometamos errores. Mantenerse fuera de ellas no asegura que no los cometamos, pero al menos no son de dominio público.

Estar fuera de internet ayuda a mantener una imagen de solidez y coherencia. Mantenerse en el mundo real facilita el control de lo que dices y lo que haces, y permite tomar medidas correctoras y controlar los daños. Sin embargo, comunicarse en las redes sociales fomenta el descontrol, los malos entendidos y los críticos viscerales.

Es mejor no mantener un perfil en redes sociales que tener uno malo, sobre todo de cara a la propia reputación. Ante la posibilidad de no saber gestionar la parte de comunicación de tu marca personal, es mejor no estar en los medios sociales.

Hasta ahora, acceder a ciertos profesionales era complicado o casi imposible. Hoy, si estás en una red social cualquiera puede dirigirse a ti para preguntarte o pedirte cualquier cosa. Estar fuera de ellas te ahorra tener que decir que no a desconocidos que creen que debes hacerles un favor sólo por estar ahí.

Fuente

[*Opino}– Seis cosas que me hartan sobre las redes sociales

Creo haber dicho ya aquí que no me gustan las redes sociales y que, por ello, no pertenezco a ninguna, e ignoro todas las invitaciones que me llegan para que entre en alguna de ellas.

Por tanto, no puedo opinar, con fundamento sólido, sobre lo bueno o malo que ofrecen, pero, porque me pareció interesante el análisis que al respecto me llegó por vía de Oficina Virtual, hice de él el extracto que sigue, y que reafirma mi decisión de mantenerme lejos de esas redes.

Carlos M. Padrón

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Seis cosas que me hartan sobre las redes sociales

27 septiembre, 2011

Edgardo Tamarit

Me agradan las redes sociales.

Les agradezco la forma en que me han permitido estar cerca de familiares y amigos, a pesar de que algunos viven a más 1.200 km de mi ciudad natal. Estoy agradecido por el constante flujo de información divertida, útil e interesante que ofrecen.

También por las muchas personas interesantes que he conocido y llegado a conocer a través de ellas. Me encantan las oportunidades profesionales que me han proporcionado, y, sobre todo, el valor que tiene la forma en que están cambiando el mundo, para mí más plano y transparente, desafiando las formas de hacer negocios, elevando la importancia de las relaciones y la afinidad, como también fomentar una mayor escucha y respuesta.

Pero hay algunas cosas que me hartan sobre las redes sociales, dentro y fuera de ellas. Especialmente en algunas actividades y usos que muchas empresas desarrollan con ellas, como también en las que realizan algunos individuos particulares.

Aquí las comparto según mi sentir y, por supuesto, están invitados a añadir las que quieran.

1. Mensaje directo automático

La avalancha de mensajes automáticos y genéricos en mi Twitter «bandeja de entrada DM» que se interpone en el camino de los mensajes personalizados y valiosos que recibo.

2. La presión por no seguir a alguien

Es inevitable que en los canales digitales sociales se sufran los mismos problemas que en los canales sociales tradicionales, y la presión social es uno de esos problemas.

Es incómodo para uno rechazar a las personas que desean conectarse, seguidores o amigos, y es aún peor cortar esos lazos una vez que están hechos.

El año pasado reduje la lista de amigos de mi Facebook personal y esto enojó a persona que conocí a través de otra y con la que no había tenido yo contacto por más de 12 meses. El tipo cada vez que podía dejaba sentado en su muro que había personas capaces de, en silencio, quitarlo como amigo, porque sí.

3. Narcisismo

Durante mucho tiempo he estado en contra de los escépticos que creen en los medios de comunicación social como un refugio exclusivo para los narcisistas, pero esto no significa que el narcisismo no esté vivo y exista en las redes sociales.

Hay en ellas muchos tipos diferentes de narcisistas.

Está el “Blanca palomita”, que cada día habla acerca de la grandeza de su vida, el brillo de su futuro y su gratitud por cada salida del sol, la flor en ciernes y una gota de lluvia.

También el “Dema ? Gogo”, que obsesivamente anuncia todo lo bueno que otros piensan de él, tira pensamientos que ni por casualidad pondría en práctica pero que se oyen bien y, además, es capaz hasta de anunciar cuándo se le ha agregado en una nueva lista de Twitter.

Por último, están los narcisistas “Bipolares”, cuyas actualizaciones de estado varían enormemente: un día fotos de fiestas e historias con amigos maravillosos y lugares espléndidos, y al día siguiente leemos lo mucho que odian su trabajo, al conductor del transporte que los lleva, o sus vidas.

Por definición, todos los narcisistas se centran en sí mismos y no en los otros, y esto es lo que los hace tan pesados en las redes sociales.

4. La búsqueda de respuestas fáciles y consejos de gurú

Las redes sociales son nuevas, están evolucionando y hasta por ahí confunden, así que es comprensible ver a muchas personas y empresas luchar por encontrar oportunidades y desafíos. Pero esto, no debe ser excusa para buscar respuestas fáciles.

Nada de lo importante y necesario para lograr metas a largo plazo es fácil, y las mejores prácticas universales para alcanzarlas no se pueden aplicar para todos los públicos por igual.

Así como no existe una estrategia de publicidad gráfica, o de televisión, la estrategia Web tampoco funciona en todos los casos. Por tanto, no habrá una estrategia universal para las redes sociales.

Desde la identificación del público y el establecimiento de metas para medir el ROI de la ejecución, las estrategias de cada organización deben ser únicas. Por supuesto, es bueno aprender de los competidores y lo que están haciendo, pero hay que reconocer que el verdadero beneficio estratégico sólo será obtenido por aquéllos que se comprometen con la diferenciación a través del aprendizaje y la experimentación.

Nada es fácil, así que ¡no jodan con soluciones fáciles y los consejos de gurú!

5. El verso de la fatiga y el menosprecio de estar

Estoy oyendo permanentemente los cuentos de la gente que dice estar cansada de las redes sociales, y entonces se borra u opta por no estar nunca en ellas,… lo cual parecen ser exactamente eso: cuentos y no hechos. Por cada persona rara que sale de las redes sociales, cientos entran o profundizan su compromiso.

El número de personas que mantienen un perfil en las redes sociales sigue creciendo. Así que, antes de creer este verso de que algunos se están cansando de las redes sociales, hay que considerar dos cosas: La primera es que los seres humanos son inherentemente sociales, y la segunda es la cantidad de redes y medios sociales existentes, su evolución y sus cambios continuos.

Así como la internet del 2011 es una muy diferente a la del año 2000, podemos esperar el mismo tipo de evolución y crecimiento en los medios de comunicación social en los próximos años. Las herramientas sociales de 2015 serán más fáciles, personalizadas, útiles y valiosas, y, en este sentido, la gente no va a ser menos social en el futuro que en la actualidad.

6. Buscar el próximo gran descubrimiento

A todos nos gustan las cosas nuevas y querer estar a la vanguardia, pero hay que centrarse en atender las cosas reales que hay que hacer hoy.

No se puede estar pendiente en Facebook o Twitter de todo lo que vendrá o se lanzará en breve. Obviamente, habrá un «próximo gran descubrimiento», quizá sea la geolocalización, celulares, Web semántica, televisión interactiva, realidad aumentada, nanotecnología, los descubrimientos fortuitos, o alguna combinación de los mismos, pero ¡vamos a caminar antes de correr!

Para una empresa no es bueno especular o confiar en el «próximo gran descubrimiento» cuando aún no ha descifrado el código para escuchar a los clientes, darles respuestas, contactarlos y saber cómo fomentar la promoción en los canales más populares de la actualidad social. Para la gente en particular, en cambio, eso se llama estar perdiendo el tiempo. Digo, para la gran mayoría de las organizaciones y personas, el “próximo gran descubrimiento” todavía son las redes sociales y lo serán en los próximos años también.

Fuente: Oficina Virtual