[*Otros}– En busca de la ruta del vino de El Hierro (Canarias)

24/05/2013

Guía Repsol

Este pequeño territorio insular concentra una sorprendente paleta de paisajes: la oscura roca volcánica, el azul del siempre cercano Atlántico, y el verde de los bosques y viñedos.

Después del paso obligado por Valverde, capital de la isla más joven y occidental de las Canarias, iniciamos la ruta del vino de El Hierro en Echedo, localidad enclavada en medio de una zona agrícola donde predomina el cultivo de la vid.

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Probablemente plantó la primera cepa un inglés llamado Juan Hill, allá por el siglo XVI, del que el prestigioso periodista y escritor herreño José Padrón Machín afirma que debería ser considerado uno de los personajes más interesantes de la historia de la isla.

Entre otras razones, porque hoy el vino herreño forma parte de los caldos seleccionados por los sumilleres. La tradición familiar de cultivar la viña todavía se mantiene aquí con mimo, y no hay tasca donde la consumición más solicitada no sea un cuartito de «vino de pata», como lo llama la población local.

En Echedo también empezamos a paladear la variedad de escenarios naturales que acogen los apenas 270 km2 de El Hierro: desde los 1.500 metros de altitud del Pico Malpaso hasta el siempre cercano océano, sin olvidar sus fondos marinos, paraísos del buceo y de la pesca subacuática, y los sobrecogedores acantilados.

La mirada se deleita con el contraste entre las formaciones de lava y las verdes masas arbóreas de pino Canario, las sabinas o los bosques de laurisilva, una joya botánica del Terciario.

Más de la mitad del territorio herreño tiene algún tipo de protección medioambiental. Tras contemplar las casas tradicionales de piedra volcánica de Echedo, rodeadas de parras, descendemos por una carretera en zigzag hasta Charco Manso.

Esta espectacular piscina natural está rodeada de rocas de ceniza negra y roja, cubiertas a su vez por un manto de plantas autóctonas de color amarillo intenso.

Con vistas a la bahía

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De vuelta a Echedo, la ruta prosigue por la HI-5 hasta Frontera, verdadera capital del vino herreño.

En el camino es obligado detenerse en el Mirador de la Peña, donde el artista lanzaroteño César Manrique fusionó la tradición y la arquitectura moderna. Desde aquí se contempla uno de los paisajes más impresionantes del recorrido: la bahía de El Golfo y el valle del mismo nombre, un anfiteatro natural de unos 25 km de longitud, cuyas paredes -forradas de bosque verde- caen mirando al mar desde una altura de 1.200 m.

Siguiendo hacia Frontera por la HI-5 se pasa un túnel para llegar a Las Puntas. Según el Guinness de los récords, este pueblo cuenta con el hotel más pequeño del mundo, el Punta Grande, emplazado frente a los Roques de Salmor.

Por la misma carretera se llega al Lagartorio, nombre del Centro de Reproducción y Cría en cautividad del lagarto gigante de El Hierro, especie endémica en peligro de extinción.

Ya en Frontera, merece la pena visitar la iglesia de la Candelaria, que tiene su campanario encima de un promontorio de ceniza roja en cuya ladera sur crecen las viñas. En una ermita de Frontera se encuentra la imagen de la Virgen de Los Reyes, patrona de la isla.

El pueblo más joven

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La HI-1, en dirección a la cumbre del Malpaso, conduce hasta el Mirador del Golfo. Así se llega a la vertiente este de la isla, donde se enlaza con la HI-40.

El próximo destino es el municipio más joven de España: El Pinar de El Hierro, constituido como tal en 2007. En esta zona, de tierras más áridas que las recorridas anteriormente, se pueden contemplar los viñedos desde el mirador de la montaña de Tanajara, que da nombre a uno de los vinos locales más selectos.

Desde aquí se baja a la costa por la HI-4 y la HI-410 para disfrutar del atardecer en la Cala de Tacorón, otro de los lugares donde se entiende por qué esta isla con forma de estrella fue declarada Reserva de la Biosfera.

Rincón del Vino del Hierro

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El cultivo de la vid forma parte del acervo cultural de El Hierro. La propiedad de los cultivos está dividida en pequeñas parcelas, de manera que casi todos los herreños poseen algún terreno para obtener su propio caldo.

Las distintas variedades de uva —sobre todo las antiguas cepas, como el baboso negro, el verijadiego, el negromuelle o la más extendida, el listán blanco— se han adaptado al suelo volcánico y a las condiciones ambientales.

Las viñas de la zona de El Golfo presentan una orientación al norte, tanto en su zona baja, como en la media y la alta. En el área de El Pinar, las vides están a mayor altitud, con una orientación sureste, sometida a la acción de los vientos.

Todos los vinos de la D.O. tienen en común su contenido en agua, alcohol, azúcares, ácidos orgánicos, sales minerales, vitaminas y antioxidantes (taninos, flavonoides, resveratrol,…), más abundantes en los tintos que en los blancos. Un consumo moderado en personas adultas sanas es cardiosaludable y característico de la Dieta Mediterránea.

LO QUE SE TIENE QUE SABER

Productos de la zona

Las quesadillas son un postre típico de la isla. De calidad excelente, el queso herreño se elabora con una mezcla de leche de vaca, oveja y cabra y, posteriormente, se ahuma con madera de higuera.

Entre las frutas, la piña, los plátanos y los higos secos —reputados como los mejores de Canarias— resultan exquisitos.

Qué comprar

Hay mantas, tapices y cubrecamas hechos en antiguos telares con lana hilada a mano. En madera, se pueden conseguir peculiares cuencos denominados gavetas, jarros para el ordeño, cucharas o chácaras, similares a unas castañuelas pero de mayor tamaño. También se elaboran productos de cestería y cerámica.

Cuándo hacer la maleta

En primavera, época del azufrado en la viña, toda la isla es un jardín de tonalidades. Pero si se quiere ver la recogida de la uva, los meses clave son agosto y septiembre.

Fiesta

La principal fiesta de la isla es la Bajada de La Virgen de Los Reyes, una romería de 42 km que se inicia en la ermita de La Dehesa hasta Valverde.

Se celebra cada cuatro años el primer sábado de julio; durante un mes la patrona de la isla une a todos los herreños.

El 10 y 15 de agosto, en Frontera, se celebran las festividades de San Lorenzo y de La Candelaria, respectivamente, con competiciones de lucha canaria.

Sorpresa

El Faro de Orchilla, en el sur de El Hierro, es la zona más occidental de España. Contemplar el paisaje de este enclave quizás explica la creencia del mundo antiguo de considerar este punto el fin del mundo: en el siglo II de nuestra era, Ptolomeo lo definió como el Meridiano Cero.

Sus puestas de sol, con el océano a los pies del espectador, son verdaderamente mágicas. Junto al faro se practica el buceo.

Visita obligada

En lo alto de la montaña de Tanajara hay un mirador desde el que se observan los viñedos de El Pinar. Aquí, los cultivos de secano son más modernos, disgregados en terrazas y alineados en espaldera, lo que facilita la mecanización.

Además, esta atalaya permite contemplar el Parque Rural de Frontera, que mira al Mar de las Calmas y la costa de El Pinar de El Hierro.

Fuente: ABC

[*Otros}– La Palma, reconocida como primera Reserva Starlight del mundo

Diciembre 20, 2012

Eugenia Paiz

La Palma se convirtió ayer en la primera Reserva Starlight del mundo, reconocimiento que recibe después de “un largo trabajo en el que se ha volcado la Isla”.

Así lo subrayó la presidenta del Cabildo, Guadalupe González Taño, en el marco de un acto institucional celebrado en el Convento de San Francisco, al que acudió el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y el responsable del Instituto Astrofísico de Canarias, Francisco Sánchez.

La certificación de la Isla Bonita como Destino Turístico

Starlight, recordaron, llega tras una detallada evaluación y una posterior auditoría de campo realizada por expertos de la Fundación Starlight, y dará el impulso definitivo al producto de turismo de las estrellas que durante años ha promovido el Cabildo palmero.

Rivero destacó ayer que la certificación “es un reconocimiento a la dedicación de La Palma a las cosas bien hechas, por un modo de trabajar que tiene su base en una vocación firme por los valores naturales y por la forma de hacer una política de sostenibilidad que queremos extrapolar a toda Canarias”.

El presidente autonómico se mostró especialmente satisfecho con la generosidad de la sociedad palmera y con su elección por la protección del medio ambiente, en el marco de un crecimiento económico más lento, pero más equilibrado y defendió “el gran potencial de la Isla”.

Por su parte, el presidente del IAC se refirió a la certificación como “una decisión a largo plazo en favor del turismo astronómico” y expresó que “nosotros anhelamos el provecho complementaria del Observatorio”.

Frente a numeroso público y en el patio de Los Naranjos, donde en el año 1985 las autoridades que inauguraron el Observatorio del Roque plantaron unos pequeños arbustos, la presidenta recordó que “aquello fue el germen de la concienciación que hoy tiene la población sobre la importancia y el privilegio de contar con estas instalaciones”.

El Sistema de Certificación Turística Starlight se creó con el objetivo de fomentar, a nivel mundial, la mejora de la calidad de las experiencias turísticas y la protección de los cielos.

Ciencia y más

La Certificación Starlight permite, por primera vez, aunar la Ciencia y el turismo en la Isla, basando en la astronomía una nueva forma de turismo inteligente que aporta criterios innovadores. Entrar en este listado —que, en el caso de La Palma, fue posible gracias al proyecto iniciado por el equipo de la Reserva Mundial de la Biosfera— supone señalarla en el mapa mundial como territorio con excepcionales condiciones, protegido de la contaminación lumínica, y apto para iniciativas singulares.

Fuente: El Día

Cortesía de Antonio Pino Capote

[*Otros}– Canarias soporta una presión ambiental cuatro veces superior a la de la Tierra

23/07/2012

Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla ha abordado la huella ecológica que sufre Canarias y su relación con el turismo.

Lo han hecho en un trabajo que publica el Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles.

La huella ecológica es un indicador de presión ambiental que mide la demanda de recursos de la población en unidades de superficie (hectáreas), y se calcula a partir de los flujos comerciales y el consumo de energía de una población en un territorio.

Los investigadores encontraron una correlación “significativa” entre la huella ecológica energética y el indicador PresTur —un ‘termómetro’ para medir la presión turística en el territorio y en la población local—, sobre todo respecto al número de plazas turísticas hoteleras y extrahoteleras por kilómetro cuadrado.

“El turismo incrementa la huella ecológica, especialmente cuando es masivo y no adopta las mejores tecnologías y prácticas de gestión sostenible. Canarias es una de las principales concentraciones turísticas europeas y, si a ello le añadimos su situación periférica y su carga poblacional, resulta lógica una intensificación de su huella ecológica”,

declara a SINC Francisco M. Fernández-Latorre, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Sevilla.

La vulnerabilidad de Canarias es de por sí elevada debido a la fragilidad que supone su naturaleza insular, su baja biocapacidad productiva —capacidad intrínseca para generar recursos—, su acusada dependencia externa —como lo demuestra el fuerte déficit ecológico—, junto con una reducida superficie y altas densidades de población.

“Cuando la huella ecológica supera a la biocapacidad productiva se produce una situación de déficit ecológico. Comparada con la huella ecológica mundial, se necesitarían 3,84 planetas para soportar la intensidad del consumo de Canarias”, apunta Fernández-Latorre.

Además, los resultados ponen de manifiesto la importancia de la presión energética en este déficit, porque “este consumo supone más del 50% del impacto ambiental de las islas”, añade el experto.

El Hierro y La Gomera, las más sostenibles

La presión varía de isla en isla y entre municipios. Las islas occidentales, sobre todo El Hierro y La Gomera, muestran valores globales que sugieren que su turismo es sostenible.

“La insostenibilidad ambiental del turismo también depende del grado de presión demográfica y ambiental que ejercen otros sectores —como el del transporte, o el industrial—, de las pautas de consumo, y de la propia población local”, señala el científico.

El acelerado incremento de la presión turística, sobre todo entre 1995 y 2000, tuvo como respuesta medidas normativas específicas dirigidas a contener y controlar la expansión de las plazas turísticas. También permitió recualificar los establecimientos y destinos más congestionados de Canarias, en particular en las islas capitalinas (Tenerife y Las Palmas) y las más orientales (Lanzarote y Fuerteventura).

“Se alertó de una dinámica insostenible que ha tratado de controlarse mediante límites y condiciones al crecimiento turístico, que se recogen por las Directrices de Ordenación General y de Ordenación del Turismo de Canarias”, subraya el investigador.

Según el equipo, para disminuir este déficit ecológico de las islas las principales medidas deben dirigirse a mejorar la ecoeficiencia de las instalaciones y servicios involucrados en la cadena productiva turística, desde el transporte al alojamiento, y servicios auxiliares y complementarios, sobre todo en el consumo energético.

“La promoción de las energías renovables, aprovechando los vientos alisios, la optimización y certificación energética de hoteles y apartamentos, de trayectos de viaje más cortos, y estancias más largas son aspectos fundamentales”, concluye Fernández-Latorre.

Fuente: El Mundo

[*FP}– Del turismo en Canarias y su aporte a mi inglés

13-02-12

Carlos M. Padrón

En algún lugar de este blog escribí que, cuando yo estudiaba bachillerato, dejé de lado el francés y opté por el inglés.

Fue a comienzos de la década de los ’50s, y muchos calificaron de locura esa mi decisión  por cuanto no había disponibles en El Paso profesores de inglés, pero me las arreglé con sólo libros.

Los tales libros no eran realmente de texto escolar, sino dos que mis dos hermanos —un libro cada uno— me habían enviado desde Venezuela.

Uno era de Berlitz, que no me gustó, y el otro, cuyo autor no recuerdo, tenía formato apaisado, tapas duras de color rojo oscuro, muy buen papel, y nítida impresión.

Comoquiera que desde siempre he reparado más en el fondo que en las formas, no creo que este libro me gustara por esas características físicas —que en algo ayudaron— sino más bien creo que me enganchó por las excelentes explicaciones y los muy buenos ejemplos ilustrados que contenía.

El caso es que con este libro aprendí lo básico de la gramática y el vocabulario inglés, pero, por supuesto, no su pronunciación, lo cual, como también dije en este blog, es un problema que arrastro hasta hoy y que se manifiesta en mi dificultad para entender el inglés hablado cuando no estoy frente a quien lo habla.

Con el inglés escrito no tengo mayor problema.

Cuando durante esa época iba yo a Tenerife a presentar exámenes, estaba ya aumentado la afluencia de turismo a esa isla.

Venía masivamente en barcos que atracaban en el puerto de Santa Cruz, y luego los turistas, que para entonces eran ingleses en su mayoría, se trasladaban por carretera hasta Puerto de la Cruz, en el norte de la isla, que fue el primer centro turístico de Tenerife, tal vez porque entre esa ciudad y su muy cercana vecina La Orotava reunían una mezcla única de excepcionales paisajes de montaña y mar, y clima frío, templado y cálido.

Mucho me habría gustado tener la oportunidad de entablar conversación con esos turistas, pero, por motivos de edad y de falta de recursos, no podía yo ir a Puerto de La Cruz.

Sin embargo, sí pude cuando a finales de 1957 me fui a vivir y a trabajar en Santa Cruz de Tenerife.

Entonces pude pagarme un viaje en guagua (autobús) hasta Puerto de La Cruz, y buscar la forma de hablar allá con cualquier turista, de cualquier sexo o edad, que aceptará cruzar conmigo algunas palabras.

Y digo que con cualquier turista porque todos, ya fueran ingleses, alemanes, daneses, etc., hablaban inglés.

San telmo

(Paseo de San Telmo)

Los lugares más fáciles para conseguir lo que yo buscaba eran el paseo de San Telmo, las terrazas de algunos bares, y la playa Martiánez, una playa que, al igual que las de La Palma, mi isla natal, es de arena negra dado su origen volcánico.

El Puerto de La Cruz de entonces muy poco se parecía al de ahora.

En 1958 eran pocos, y no muy buenos, los hoteles que allí había, pero desde hace varios años son muchos, y muy variados, los hoteles que hay en Puerto de La Cruz; algunos con las mejores calificaciones en estrellas.

Hot. varios

(Puerto de La Cruz. Hoteles al borde del mar. Foto cortesía de Lucy de Armas Padrón)

Tal vez para recordar viejos tiempos, o para disfrutar de los excelentes paisajes, cada una de las muchas veces que, después de vivir en América, he ido a Tenerife, mi paisano y buen amigo de la infancia, Gilberto Cruz —a quien en El Paso llamábamos Bero—, me lleva, en su auto —o mejor digo que nos lleva, pues últimamente he ido con Chepina, mi mujer—, bien a algún lugar específico de la isla o bien a darle la vuelta a toda ella.

El 90% de las veces toma la ruta del norte, e infaliblemente nos detenemos en Cuesta de La Villa en el llamado Mirador Humboldt, y desde allí disfrutamos del impresionante paisaje del Valle de La Orotava, que cubre desde el Teide hasta el mar

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 (Valle de La Orotava, con el pico Teide, nevado, al fondo. Foto cortesía de Ramón López)

Desde ese mirador contemplamos alelados lo que admiró Humboldt en 1799, aunque entonces no estaba en ese paisaje el núcleo urbano del hoy espectacular Puerto de La Cruz.

De noche es frecuente ir también a «El Puerto», que es como en Tenerife se le llama a Puerto de La Cruz, a disfrutar de lo que ofrecen muchos de esos hoteles, como discoteca, restaurante, bar interno, o servicio en terraza externa.

El turismo creció mucho en Tenerife desde entonces y se expandió por el sur de la Isla, pero ésa es un área distinta, pues, a diferencia de la parte norte —o sea, del Valle de La Orotava— no cuenta con diferentes climas entre los que escoger; no es verde sino más bien seca; y no tiene los paisajes de montaña que abundan en el norte.

El sur de Tenerife es más una zona residencial en la que han proliferado urbanizaciones cuyas casas están habitadas mayormente por extranjeros que una vez llegaron a Tenerife como turistas.

Para pasar una o dos semanas, el lugar es El Puerto. Y desde allí se puede dar vuelta completa a la isla, visitar el pico Teide —o al menos el Valle de Ucanca— y, si se quiere, detenerse a conocer las playas del sur y, por supuesto, la capital de la isla: Santa Cruz de Tenerife.

Las vías para completar este periplo son todas muy buenas, y es aconsejable llevar algo de ropa de abrigo porque los cambios de clima podrían ser bruscos y pronunciados.

Por mi parte, cada vez que voy a El Puerto, o lo contemplo desde lejos, recuerdo mis «peninos» con el idioma inglés, ése que luego me fue de gran utilidad en mi vida profesional, y que lo sigue siendo en la social, familiar y cibernética.

COMENTRARIOS

CMP
En respuesta a Juan Antonio Pino Capote.

Entonces, Juan Antonio, somos dos los que no hemos vuelto a ver a Olguita (Perera es su apellido) desde que dejamos El Paso.

Ella fue mi compañera de infortunio frente al sádico Moncada, de quienes ambos éramos víctimas preferidas para humillación, burla y escarnio.

Según escuché en el seno de mi familia, el padre de Olguita, conocido como Mazo Perera, fue un hombre muy querido que murió a edad temprana. Yo no lo recuerdo.

Juan Antonio Pino Capote
Yo era un poco mayor que el grupo de D. Santiago, grupo al que le tenía envidia por la calidez de este buen hombre y también por una alumna que yo admiraba. A Olguita la tuve por una niña siempre sonriente y entrañable. Gracias, Carlos, por recordarme esa foto.

Roberto, creo que después que me fui de El Paso no he vuelto a ver a Olguita. Por las anteriores característica se tiene muy merecido lo de Olguita, mucho mejor que Olga. En El Paso no hacía falta decir su apellido, todo el mundo sabía quién era Olguita.

CMP
En respuesta a Roberto.

¡Vaya, vaya! Eres más joven de lo que pensé. Olguita, a quien siempre tuve mucho aprecio, estudió conmigo varios años de bachillerato; una prueba es la foto que puedes ver AQUÍ.

Todas las veces que, estando yo ya en América, he vuelto a El Paso, la he buscado “como palito de romero”, pero sin éxito, lo cual me ha puesto de muy mal humor, pero sólo logro explicármelo con lo que también me ocurrió buscando a Carmensa durante 26 años. ¡Es increíble!

Si aún tienes contacto con ella, dile esto, por favor (pues tal vez nadie se lo haya dicho, y dale un abrazo de mi parte. Y dale mi dirección por si acaso quier escribirme.

Gracias.

Roberto
¡Es una maravilla lo que cuentan los dos!

Por cierto, ¿alguno de ustedes estudió con “Olguita”? Ella fue quién me inició a mi en el camino del inglés.

CMP
En respuesta a Juan Antonio Pino Capote.

No sabía, Juan Antonio, que tus inicios con el inglés habían sido en El Paso. Tal vez mi ignorancia en esto se deba a que cuando Moncada se autoproclamó profesor de inglés, ya hacía tiempo que yo me había librado de ese sádico, y más de un año que me había dedicado al inglés por mi cuenta. Sí recuerdo que impartía las clases en los altos de donde estuvo la farmacia de Don Miguel Jurado, lugar al que nunca entré.

Mi principal punto de aversión al inglés, aparte de que me lo “enseñaba” Moncada, no fueron, ni son, los verbos, sino la oscura y machacona fonética de ese idioma, y hasta la forma en que hay que pronunciar ciertas sílabas.

Lo de la turista de Monterrey me ha hecho gracia, pues puedo imaginar el caso y el alcance de tu reacción.

Sí recuerdo a Manolito Julián, pero de él no sé tanto como para poder escribir algo.

En mi caos, el inglés me fue útil desde un trabajo que tuve en Santa Criz de Tenerife, y luego, por supuesto, en todos los que tuve en Venezuela, en espeical e IBM, empresa en la que, como useña que es, poco futuro tienes si no hablas inglés. Así que mi decisión de dar la espalda al francés y dedicarme al inglés fue una de las buenas que tomé en mi vida.

Juan Antonio Pino Capote
Bonito y, para mí, evocador relato. Ya somos tres de El Paso los que elegimos el idioma inglés, que yo sepa.

Yo lo elegí para librarme de los antipáticos verbos y gramática francesa. El inglés lo estudié con el bachiller Adolfo Moncada, de triste recuerdo. No sé cuál era su nivel real de conocimiento del inglés ni de otras materias, pero nos hizo aprender vocabulario en cantidad.

No sé si por sus conocimientos o por mi gran afición al inglés, pero me dieron tres sobresalientes en los exámenes, en el Instituto de Santa Cruz de La Palma. Los otros tres alumnos de la clase no obtuvieron el sobresaliente. Algo había en mi interés particular.

Yo también buscaba el contacto con los turistas, y hasta serví de camarero en Monterrey cuando comían allí muchos de ellos. La verdad es que esto era sólo ocasional, pero era mucho para El Paso. No tuve ocasión de intercambiar muchas palabras con ellos pero sí aluciné con una turista joven que llevaba un enorme escote, como nunca había yo visto. Casi le derramo la sopa.
Se veía desde arriba, al estar yo de pie y ella sentada. Y ésta también era mucho para El Paso.

El tercer pasense, que yo recuerde, era Manolito Julián. El peculiar hermano de las “Adolias”, también peculiares ellas, Adolia y Carmen Dora.

Manolito Julián, que presumía de tener un libro de inglés, nos decía palabras sueltas con una pronunciación especial como ‘ru-moni’ (por good morning) y ‘a litle’ (por a little). No sé si lo incluiste en los bobos de El Paso en tu blog, pero no era tonto del todo.

A mí me fue muy útil el inglés para especializarme en Inglaterra, y luego para seguir leyendo las revistas especializadas del más alto nivel científico.

[*Otros}– En Canarias, guías turísticos para «pasear» entre las estrellas

26/04/2011

Elena Sanz

Cuando se habla de los extraordinarios paisajes naturales de Canarias, la mayoría de los turistas aún no piensan en sus cielos y en que estas islas constituyen un mirador astronómico excepcional en el mundo.

Con el objetivo de formar a profesionales que ayuden a interpretar el patrimonio cultural y natural del firmamento canario, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) puso en marcha con éxito a finales de marzo el curso de acreditación de los primeros Guías Starlight.

Antes del verano, las islas contarán con estos nuevos guías capacitados con el rigor necesario para introducir al visitante en los itinerarios científicos del «turismo de las estrellas».

La divulgación científica, la educación ambiental y la observación estelar articulan este curso con asignaturas teóricas y prácticas sobre temas diversos: desde los telescopios e instrumentos de observación y los grandes eventos astronómicos, a los protocolos de seguridad en la montaña, la meteorología, los espacios protegidos, la fotografía astronómica, las claves legislativas del derecho turístico o las técnicas de comunicación para el manejo de grupos, entre otras muchas cuestiones.

Las prácticas tienen su momento cumbre con la visita a los célebres miradores astronómicos canarios: el Llano de la Venta, el Llano del Jable o las Brujas, la crestería en la zona sur del Pico de la Cruz, la Caldera de Taburiente, y el Observatorio del Roque de los Muchachos.

En esta salidas nocturnas se enseñan técnicas que capaciten para guiar en la noche contemplando el cielo, además de estudiar la fauna y la flora de estos paisajes nocturnos, así como su valor histórico y arqueológico.

El IAC ha impulsado desde sus orígenes, y de forma paralela a sus objetivos científicos, la protección del firmamento y la promoción del turismo astronómico.

En el año 2007, este centro de investigación convocó en La Palma la primera Conferencia Internacional en Defensa de la Calidad del Cielo y el Derecho a Observar las Estrellas, y promueve la Iniciativa Starlight, auspiciada por organizaciones internacionales como la UNESCO, la Unión Astronómica Internacional (UAI) o la Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas (OMT).

Fuente: MUY