Si alguien me hubiera mostrado, sin darme explicación alguna, la imagen que acompaña al artículo que sigue, yo habría creído que se trataba de una hoja de papel blanco que, como esos cartelitos de letras blancas sobre fondo negro, fue pintada de negro por una impresora y, por una falla en la impresión, el negro no cubrió todo el papel, y a través de dos pequeñas áreas circulares de éste puede verse el color de fondo.
Pero cuanto entiendo que se trata de una foto en la que los dos puntos blancos son la Tierra y la Luna vistas desde el espacio a casi 10 millones de kilómetros de distancia, mi percepción sufre un vuelco sobrecogedor y tan profundo que no puedo describirlo.
Se me ocurre que el atinado calificativo de «minucia» puede usarse de formas o desde dos puntos de vista, a saber:
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Es cierto que estamos perdidos en la inmensidad del cosmos, somos una basurita espacial, y más allá de la «minucia» no hay nada para nosotros. No sabemos qué hacemos aquí, y tal vez por eso nos matamos unos a otros y, poco a poco, vamos acabando con la «minucia», el minúsculo planeta en que vivimos; y,
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Precisamente por habitar en esta minucia y haber desarrollado como hemos desarrollado nuestras habilidades, debemos cobrar conciencia de que en el universo tiene que haber millones de otras «minucias», y no tan minucias, que están habitadas por formas de vida parecidas o no a la nuestra, y por ello —digan lo que digan Stephen Hawking y otros de su talla— es nuestro deber tender a buscarlas en un esfuerzo de superación, en un esfuerzo por saber cuál ha sido nuestro origen y cuál el de esas otras formas de vida.
El punto de vista 1 me parece derrotista. Es renunciar a nuestra condición de seres «inteligentes» y no mostrar interés alguno ni por nuestro origen ni por nuestro destino.
Tenemos que aceptar que nuestra forma de medir la inteligencia está adaptada a lo que entendemos por tal, pero que, así como damos por cierto que en nuestro mundo hay cuatro dimensiones, en el universo tiene que haber diferentes magnitudes de inteligencia, inferiores y superiores a la nuestra pero, sobre todo, algunas que ni siquiera son comparables a la nuestra,.. precisamente porque están en otra dimensión.
El mensaje de esta foto —la que, entre las muchas vistas en mi vida, es la que para mí tiene la mayor distancia entre presentación y significado—, es que debemos abrazar el punto 2 y la consiguiente aceptación, y proceder en consecuencia.
Carlos M. Padrón
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31/08/2011
En su camino hacia Júpiter, el planeta más grande del Sistema Solar, la nave Juno de la NASA ha tomado unas hermosas fotografías de la Tierra y la Luna.
El valor de la imagen no sólo reside en su perspectiva —rara vez tenemos la oportunidad de ver nuestro mundo desde ese punto de vista— sino también en la fragilidad que la bola azul transmite desde tan lejos, como un puntito luminoso perdido en el espacio.
La Tierra (izquierda) y la Luna (derecha) aparecen como dos frágiles «puntitos» en esta imagen tomada por Juno a 9.66 millones de kilómetros de distancia
«Éste es un memorable espectáculo que la gente puede ver muy rara vez. Este punto de vista de nuestro planeta muestra cómo la Tierra se ve desde el exterior, lo que expone una perspectiva especial de nuestro papel y lugar en el Universo. Es una visión humilde y bella de nosotros mismos», apunta Scott Bolton, principal responsable de la nave Juno en el Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI), en San Antonio (Texas).
La imagen fue tomada por la cámara de la nave, llamada JunoCam, el pasado 26 de agosto, cuando la sonda se encontrada a unos 9,66 millones de kilómetros de distancia, como parte del trabajo del equipo de comprobación de la sonda, encargado de verificar que todos sus instrumentos funcionan correctamente.
Juno fue lanzada el pasado 5 de agosto desde Cabo Cañaveral.
En menos de un día, cubrió la distancia de la Tierra a la Luna, unos 402.000 kilómetros. Llegará a Júpiter dentro de cinco años, después de recorrer 2.800 millones de kilómetros.
Entonces, orbitará los polos del planeta 33 veces y usará sus ocho instrumentos científicos bajo la oscura nube que cubre el gigante de gas para aprender más sobre los orígenes, la estructura, la atmósfera y la magnetosfera del planeta. También buscará un potencial núcleo planetario sólido.
Júpiter es un planeta de gran interés científico, y un mundo espectacular. Es 1.300 veces más grande que la Tierra y gira 2,5 veces más rápido. Es azotado por vientos endemoniados, por huracanes que duplican el tamaño de nuestro planeta, y por rayos que caen cien veces más brillantes. Un auténtico infierno por descubrir.
Fuente: ABC