20/07/2013
Este archipiélago de Las Canarias está localizado en el Atlántico, y es la Comunidad Autónoma más alejada de la Península.
Está formada por varias islas y territorios insulares, que tienen en común su envidiable clima primaveral durante todo el año.
Su gastronomía, es reflejo de su origen volcánico, sus tradiciones y la influencia de otras culturas. Todos conocemos sus plátanos (cambures), pero estas paradisíacas islas tienen muchos más sabores que ofrecer.
Rincones naturales impensables, y una mezcla de colores única: el azul del mar, el verde de sus palmeras y el negro de su tierra
Las mejores playas Canarias
Las islas Canarias cuentan durante todo el año con temperaturas suaves que permiten disfrutar de un paisaje volcánico original y de playas o calas sorprendentes.
Llega el buen tiempo y no podemos dejar de pensar en nuestra escapada perfecta: ir a la playa..
La Playa del Inglés está considerada por muchos como la mejor de La Gomera, tanto para sus habitantes como para los turistas. Se encuentra en el municipio de Valle Gran Rey y servirá de base de operaciones para conocer mejor la isla.
El Golfo es el nombre que recibe la costa de la isla de El Hierro, orientada hacia el Atlántico abierto. El Charco Azul se encuentra situado en medio del mismo. Es una playa única porque acoge una fantástica piscina natural formada por el propio oleaje del mar, algo que se puede ver en muy pocos lugares de Europa.
En el extremo sur de la isla, Playa del Papagayo es quizás la preferida en Lanzarote. Son siete kilómetros de calas situadas entre roquedales y peñascos. Playa Grande, en el animado Puerto del Carmen se ha convertido, con el paso de los años, en una de las zonas turísticas más importantes de Lanzarote. Para muchos viajeros, Puerto del Carmen y sus playas, entre las que destaca Playa Grande, son el primer contacto con la isla.
La playa de Maspalomas parece una porción del Sáhara que haya cruzado el Atlántico hasta Las Palmas. Esta zona, con dunas de arena que rompen en el horizonte, es uno de los destinos turísticos con más fama de Canarias. Todo está pensado para disfrutar del sol, del relax y del ocio en cualquier época del año.
Playa Blanca es la más famosa de Fuerteventura y es el lugar que escogen muchos de sus habitantes para disfrutar del mar y del sol. Pero, sobre todo, les encantará a los surferos. Sus condiciones meteorológicas —sopla bastante viento— hacen de ella un lugar ideal para la práctica de deportes acuáticos como el windsurf.
Fuerteventura, la primera isla Canaria en superficie de litoral, presume de tener las mejores playas del Atlántico. Un ejemplo es la zona de El Charcón, en El Cotillo, rodeada de un paisaje prácticamente virgen. Tiene más de trescientos metros de longitud y es una playa abierta, sin obstáculos.
El Puertito no es exactamente una playa; en realidad, es un conjunto de pequeñas calas al amparo de un diminuto embarcadero de pescadores que lo hace pintoresco y especial. Al ser un puerto natural protegido por rocas y arrecifes, sus aguas son muy tranquilas. Uno de los grandes atractivos de El Puertito, además, es que está enmarcado en el Parque Natural de la Isla de Lobos.
Las Canteras marca como ningún otro lugar la personalidad de Las Palmas, las 24 horas del día, todos los días del año. Por eso es el sitio perfecto para planificar una visita a la capital de esa isla. Debe buena parte de su encanto a la Barra de las Canteras, unos arrecifes que frenan el oleaje del Atlántico y permiten un baño tranquilo, incluso cuando, tras esa barrera, se observa un mar enrabietado.
El Arenal, esta playa de arena negra y poco frecuentada permite conocer una de las zonas más interesantes del litoral de Tenerife y acercarse hasta San Cristóbal de La Laguna, una de las trece ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad. No es una playa masificada, y aún menos en invierno. En esta época, su arena negra sirve de base de operaciones a decenas de amantes del surf.
El Hierro y La Palma, la cara oculta del paraíso isleño
El Hierro y La Palma conforman la cara más oculta del paraíso isleño. El archipiélago Canario se compone de una serie de islas con un profundo y marcado carácter individual.
En contraposición a las que cuentan con importantes núcleos urbano,s como Tenerife o Las Palmas, el Hierro y la Palma son la alternativa más salvaje e inexplorada del territorio Canario: la cara oculta que muestra la Naturaleza en su estado más esplendoroso y apenas alterado por la acción del hombre.
El Hierro, naturaleza sostenible
Conocida como la isla del Meridiano, es la más pequeña de sus hermanas, con tan sólo 269 kilómetros cuadrados.
No obstante esta isla del extremo occidental Canario es una fiel muestra de diversos paisajes y ecosistemas —lo que la valió en 2000 ser declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco—, y de buenos vinos.
Son menos de 50 kilómetros, de un extremo al otro, que encierran una enorme riqueza paisajística y biológica. Su conservación está muy ligada al modo de vida de unos habitantes que han perpetuado labores tradicionales, como agricultura, ganadería y pesca, no agresivas con el entorno.
Se trata de la única capital Canaria no costera y rodeada de naturaleza, muestra con encanto sus empinadas callejuelas, sus jardines y las muestras de arquitectura local. La mayor parte de los 8.000 habitantes de la isla residen en la capital, Valverde, una tranquila ciudad asentada sobre una montaña a 700 metros sobre el nivel del mar.
La Palma, refugio de endemismos
La Palma muestra, por su parte, un paisaje escarpado y montañoso ilustrado en su Parque Nacional de Caldera de Taburiente.
Es un espacio agreste de profundos desniveles y barrancos, revestido de bosques de pino canario y múltiples riachuelos y cascadas.
Se halla en una inmensa depresión rodeada de cumbres con picos, como El Roque de Los Muchachos, Pico de la Cruz, Piedra Llana, Pico de la Nieve, Punta de los Roques, etc., superiores todas a los 2.000 metros.
Gracias a este aislamiento, en su suelo volcánico se conservan reliquias del Terciario y numerosos endemismos canarios.
El plátano, la joya gastronómica
En América del Sur, justo frente al Mar Caribe, es muy frecuente comer un pescado frito con tostones (plátano verde cortado en finas rodajas y frito en aceite de girasol o maíz).
Lo que hoy se degusta en América es el resultado de un proceso de ida y vuelta de alimentos que se inició en el siglo XV.
La historia del plátano, se remonta a las comarcas más templadas del Oriente asiático, hace más de 500 años. Pasó a África a través de Madagascar; y en el siglo VI se estableció en las costas del Mediterráneo, llegando a Canarias procedente de Guinea (después de las conquistas africanas de los portugueses), y fue desde allí desde donde los españoles lo llevaron a América.
Desde ese entonces el plátano de Canarias ha adquirido fama y prestigio por su excelente calidad. Por su Denominación de Origen —impulsada por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias, con sede en Santa Cruz de Tenerife—, siempre ha exhibido mayor grado de madurez y permanencia en la planta.
También ofrece una mayor cantidad de agua, por lo que es mucho más sabroso, e incluso nutricionalmente, contiene vitaminas A, B y C, además de muchas sales minerales.
La rica gastronomía Canaria
El eslogan de Tenerife es «disfruta de todo». Y, si bien es cierto que la totalidad depende de cómo se mire, la isla de la eterna primavera nos demuestra que en temas gastronómicos tiene productos de la tierra que la hacen abanderada.
El plátano, las papas, los mojos, el gofio, los pescados y vinos, son productos propios de la tierra que uno no puede dejar de probar en Las Canarias.
Fuente: ABC
