[*IBM}– Del baúl de los recuerdos de IBM: 1983 (E. Novella), y 1988 (Américo García, y Philippe Montagutelli)

Carlos M. Padrón

En un par de revistas IBM de esos años conseguí las fotos que siguen y el reportaje que siguen.

Foto 1.- Enrique Novella frente a una pantalla de entonces, creo que es una 3270.

Nótese lo que, si no me equivoco, es una lectora-grabadora de los diskettes flexibles que tenían 5.5 pulgadas de diámetro. Sobre su capacidad, mejor no hablar. 😦

clip_image002

***

Foto 2.- Tomada dentro del Dpto. de Correspondencia —creo que se le llamaba Servicios Generales— de IBM de Venezuela.

clip_image004

1. Américo García;  2? (Ignoro quién es el que está al fondo)

***

Lo que sigue, fotos y reportaje, corresponde a Philippe Montagutelli.

Foto 3.

clip_image006

~~~

Foto 4.

clip_image008

Un cuatro con voz de guitarra

Philippe Montagutelli se inició en la música, académicamente hablando, como ejecutante de guitarra.

El conocimiento de este instrumento le permitió, posteriormente, adentrarse en la práctica de otro, también perteneciente a la familia de las cuerdas: el cuatro clásico o de concierto.

«Es un instrumento que tiene una afinación distinta a la del cuatro tradicional, al consabido cam-bur-pin-tón… Es una afinación más clásica en la que la cuerda prima, intermedia en el cuatro tradicional, se traslada del tercero al cuarto lugar».

El cuatro, como instrumento solista o de concierto, ha logrado acaparar la atención en las últimas décadas.

Es por ello que ciertos artesanos han intentado acoplar los más recientes adelantos de la construcción de instrumentos de cuerdas con las técnicas que aprendieron por tradición oral.

El instrumento de Philippe Montagutelli está construido con madera “palo de rosa”, la misma que se utiliza en la construcción de guitarras de concierto.

Esta característica particular le da a su cuatro una especial sonoridad, una acústica mucho mayor, y un timbre melódico que se asemeja en mucho al de la guitarra.

En sus manos, el cuatro de Philippe parece recordarnos esa afinidad de su intérprete con ambos instrumentos. «Los estudios académicos de música y, específicamente, de guitarra, me han permitido ahondar en los aspectos técnicos del cuatro clásico», dice Philippe.

Desde los 16 años d edad, Philippe ha estado vinculado, directa o indirectamente, con distintas agrupaciones musicales.

«A los dieciséis años tenía un conjunto de música venezolana, fuertemente influenciado por Chelique Sarabia, pues él fue quien nos dio, tanto a mí como a mis hermanos, las primeras orientaciones musicales. El grupo se llamaba “Los Selectos”».

A través de varios programas de televisión, su grupo tuvo la oportunidad de darse a conocer teniendo como cantante solista a Nohemi Berlaty, quien se iniciaba entonces en el canto.

Durante tres meses participaron en el programa “Ritmo y Juventud”. Estuvieron presentes también en “El Club del Clan”.

A nivel individual, Philippe se ha presentado como solista en diferentes oportunidades, algunas de ellas como guitarrista y, en otras ocasiones, como cuatrista.

«A raíz de algunos conciertos en la Sala Metropolitana de Conciertos ─hoy Teresa Carreño─ surgió la idea de otro grupo con un nuevo estilo musical que aún tiene vigencia. Grabamos un disco LP bajo el título de “El Trío de Oscar Dibb”, cuya característica principal es la de la improvisación musical en diferentes temas ya conocidos como “El Diablo Suelto”, “Mañanita Caraqueña”, “Juliana” y otros. En este LP, tratamos de dar un nuevo enfoque al concepto de la improvisación, a través de tres instrumentos piano, contrabajo y cuatro».

Este trabajo musical con el “Trío de Oscar Dibb”, nos comenta Philippe, tiene relación directa con un movimiento que para la década de los ’70s se proponía desarrollar la música experimental venezolana, movimiento que sentaba las bases, como dijimos antes, en la improvisación y en arreglos más creativos de la música autóctona, popular, de nuestro país.

La búsqueda de este trabajo musical se afincaba en el desarrollo de nuevos estilos de la música criolla, enfatizando lo clásico pero sin abandonar su esencia folklórica.

«Aquí entra a jugar un gran papel el cuatro punteado, que con acordes da una enorme riqueza armónica a las composiciones», señala Philippe.

Preguntado si, además de ser intérprete, ejecutante de la guitarra y del cuatro clásico, se ha dedicado también a la composición, contesta que:

«Más que en composiciones he trabajado en arreglos de armonías sobre piezas ya compuestas. Pero también trabajo en mis propias composiciones. Me inclino mucho hacia la música brasileña, muy rica en armonías y muy completa en todos sus géneros.

El utilizar los acordes y las armonías de la música brasileña me permite enriquecer aún más la composición armónica de distintas piezas».

Admirar la destreza de Montagutelli, tanto en el cuatro como en la guitarra, no es cosa que pueda describirse enteramente con frases escritas. Así pues que vale la pena esperar, porque la música, la buena música, no es para contarla, es para escucharla.

Y a Philippe Montagutelli hoy que escucharlo.

~~~

COMENTARIOS

 

Norbert Montagutelli
Muy buena vibra estos comentarios. Por eso “quien no lleve consigo y sienta el sabor de una dulce melodía, listo está para la traición y el mal”.

Norbert
Contrabajo acústico y piano.

Leonardo Masina
No sé si Javier se refiere al hecho de que en USA normalmente están especializados en una pequeña parte, de lo que sea, pero se la saben de maravilla, y así, con varios elementos, arman un equipo deslumbrante.. Pero tiene que ser el equipo, no el elemento individual que, de por sí solo, vale muy poco.

La formación que teníamos en Venezuela era muy amplia y vasta, debido al hecho de que se disponía de pocos ejemplares (de lo que fuese) y con sólo eso no se justificaba un trabajo, así que uno tenía que asumir más responsabilidades y, por consiguiente, conocimientos.

Yo he ido a varios cursos técnicos HW y SW que eran dictados por varios instructores, cada uno se sabía su pedacito a la perfección, pero de la máquina entera, NPI. Y eso era un fallo muy grande, porque cuando tenían que explicar algo que hacía “frontera” con otra parte que correspondía a otro instructor, les daba pavor cruzar la frontera.

No es para vanagloriarme, pero en la grandísima mayoría de cursos que dicté yo solo en Venezuela, los técnicos salieron muchísimo mejor preparados que muchos de los que participaron en los cursos a los que asistí.

Eso mismo me pasó las dos veces que fui a trabajar al Lab. de Glendale: muchísima gente involucrada en el proyecto, pero cada uno especializado a lo máximo en lo suyo. Pero, por saber, no sabía ni tenía la menor idea acerca de en lo que estaba trabajando el compañero que tenía a sus espaldas.

CMP
En respuesta a Javier Palacios.

Javier, espero que algunos lectores de este artículo entiendan el motivo de tu sorpresa con la especialización que viste en USA, pues yo de eso, nada de nada.

Javier Palacios
En la foto donde aparece Enrique Novella, seguramente corrigiendo alguna rutina de SAFE, al fondo se aprecia una 3604 —creo— lo cual hace pensar que usaba la máquina que se ve al frente para grabar diskettes para la 3601.

Esa especialización de Novella me llamaba la atención, pero comparada a la especialización que descubrí en IBM de USA era poca: peritos en CMS pero no VM, en JES pero no MVS, en NCP pero no VTAM.

Recuerdo que en una visita a IBM de Ecuador un vendedor me dijo que envidiaba la especialización de IBM en Venezuela, porque él vendía /370 y S/3…

José Padrón (El Técnico)
Nos embarcamos en cosas técnicas y se nos olvida la foto donde aparece Américo, el chamo que era un personaje.

No viene a mi memoria qué fue exactamente lo que le pasó para que él tuviera que estar en silla de ruedas, pero, en esencia, Américo era sinónimo de responsabilidad.

Estaba en la parte de correspondencia de Servicios Generales, y trabajaba como si no estuviera en una silla de ruedas.

Gracias, Carlos, por recordar a una persona que permanecía casi anónima, pero todos veíamos el efecto de sus servicios al recibir la correspondencia todos los días.

Jose Padrón (el Técnico)
Efectivamente Leo, el ISC (Integrated Storage Control) y la 3830 tenían un Floppy Disk, era 23FD.

La 3830 fue un poco posterior a las /370. Recuerda que unas /370 vinieron inicialmente con IFA, que ocupaba un canal selector, y un par de años después se instalaron con el ISC y llegaron las 3830 (que no fueron muchas) con los 3330/3350.

Cuando estábamos estudiando la 145, el FD tenía un nombre muy curioso le decían “menow file” porque aún no tenia numero de máquina. Las 3031 y 3033 tenían 53FD.

Señalando la foto de Enrique Novella, efectivamente era una 3277, era la pantalla de 327x. (3271 y 3272), famosas por su inestabilidad.

¿Se acuerdan del VM (Virtual Machine), en la 3158 del Data Center? Bbueno, es posible que se tratara de una de ésas.

Leonardo Masina
Carlos, en IBM conocí (y trabajé) con otro que tocaba, a mi parecer muy bien, el cuatro clásico. Se trata de Santiago Villegas.

Yo en realidad no conocía esa variación del instrumento. Fue en un curso del S/38 en Italia, en 1981, en que coincidimos y, en una cena en que participábamos todos los de curso, Santiago sacó a relucir, con éxito y asombro para todos los presentes, sus dotes musicales.

Por lo que comentó, él practicaba a diario pero, casualmente, en una habitación próxima a la suya estaba hospedado otro técnico austriaco que tocaba el trombón, o cuerno alpino, y, por supuesto, sus estruendos no permitían que llegase a mi apartamento —yo estaba en una torre, en el tercer piso— la música mucho más suave y delicada del cuatro.

Como ya dije, fue una gratísima sorpresa por mi parte, ya que conocía el típico sonido, más estridente, del cuatro criollo, pero la armonía del cuatro clásico es otra cosa, y si la persona que lo está tocando tiene habilidades, entonces tiene poco que envidiar —y no me refiero al sonido, ya que son diferentes— al de una guitarra clásica.

Por supuesto 2 cuerdas menos se tienen que notar, pero también el violín tiene sólo 4 cuerdas y los virtuosos del instrumento saben sacarle todas sus armonías.

Leonardo Masina
José, los discos 3330 también tenían una unidad de FD para el microprograma. Ahora no recuerdo bien si “nació antes el huevo o la gallina”, en el sentido de si los discos fueron anteriores, paralelos o posteriores a la /370.

Eso lo sabrás tú mejor que yo, ya que yo, por primera vez, los vi junto a la /370-125 que fue posterior a las 135 y 145 que estudiaste tú antes que yo.

Leonardo Masina
Estos ejercicios de memoria me vienen muy bien. Ni te imaginas cuántas cosas me traen de nuevo a la mente estos recuerdos que publica Carlos.

Tienes toda la rozón del mundo, José.

Inicialmente fueron los 23FD, pero recuerdo que, en alguno de mis viajes a Boca —anteriores al curso de la /370-125, que fue en febrero de 1973— en un seminario sobre el S/7 fue donde vi los primeros Floppy Disk que se llamaban 13FD y los usaban internamente para la carga del SW en el S/7, ya que la otra forma común era por un cassette (sí, un cassette, que por salida de audio se conectaba al sistema) o por cinta perforada.

Algo troglodita para una máquina tan potente y rápida.

Ese mismo dispositivo “portátil” (pero ya no sé qué modelo de FD era) del tamaño de un maletín de técnico, se utilizaba en el S/7 MABS (Sistema Marítimo) para cargar las actualizaciones, Cartas de Navegación y patches en los sistemas instalados en los barcos.

El 43FD y el 53FD, ahora que recuerdo bien, eran los que se utilizaban ya en la 4381 que ya eran DD, o sea Double Density.

Los primeros PCs (que se utilizaron en el Lab de Endicott cuando el desarrollo de la 4381) también disponían de una unidad externa de FD de 8″ que era donde los diseñadoras grababan los patches que luego utilizaban en el Raised Floor para modificar los microcódigos (SP – IPU – Storage – Channel – Channel to Channel) del sistema.

Jose Padrón (El Técnico)
Leo, una corrección a tu respuesta: de verdad tienes muy buena memoria pero te sobró “uno”.

Los de 256kb eran los 23fd de sólo lectura en las máquinas en que estaban instalados, inicialmente 3135/3145. Eran famosos por el “taca-taca” cuando estaban cargando.

Después fueron los 33fd, de 512 y que sí eran read/write y que vinieron inicialmente en la 3125 y 3158. Los 33fd, eran muy estables,. Me alegra saber que por lo menos sobrevivieron hasta donde tu señalas.

Un saludo y me alegra saber de ti de vez en cuando..
.

CMP
En respuesta a Leonardo Masina.

Gracias, Leo. Menos mal que no puse la “enorme” capacidad de alamcenamiento de esos diskettes porque, de haberla puesto, no me habría cabido el artículo en el blog

Leonardo Masina
Carlos, los diskettes a que haces referencia son —o, mejor dicho, eran— de 8″. En IBM se denominaban 33FD, su capacidad era de 256 KB, y utilizaban un solo cabezal de lectura. Posteriormente salió el 43FD, con capacidad de 512 KB, que tenía dos cabezales de lectura.

Inicialmente, a comienzos de los ’70s, estos diskettes fueron utilizados por IBM como un sistema sencillo y barato para cargar microcódigo en los System/370. Todavía en 1984, la 4381 seguía utilizándolos con ese fin.

Tuvo mayor desarrollo y evolución en la división GSD como sistema de grabación de datos, sustituyendo a las perforadoras de tarjetas.