[*Otros}– La Palma, la isla mía, ‘La isla bonita’

Un vídeo dedicado sólo a La Palma.

Para mí, como palmero que soy, no sólo tiene el encanto de los paisajes, que casi todos me son bien conocidos, sino del tema musical de fondo: una canción que, a estas alturas y con los vientos que soplan donde estoy, me toca muy de cerca.

El vídeo puede verse AQUÍ. Por si hubiera problemas para ello, o por si lo retiraran de YouTube, puede bajarse/verse de AQUÍ

Cortesía de Juan Antonio Pino Capote, y Roberto González Rodríguez

[*Otros}– Un paraíso submarino en Canarias

24/09/2011

Teresa Guerrero

Un bosque de coral negro, la esponja de cristal, el mero bostezador, la narcomedusa, la morena, el tollo flecha, el cabracho de abanicos,…

Las montañas submarinas del archipiélago Canario albergan asombrosos y desconocidos habitantes que están siendo fotografiados por un vehículo robótico capaz de sumergirse hasta los 1.000 metros de profundidad.

Con esta expedición, que comenzó a principios de mes y que ahora se encuentra en la isla de El Hierro, a la que la UNESCO declaró el martes geoparque, la organización conservacionista Oceana documenta por primera vez la riqueza de estas aguas en las que los cetáceos encuentran abundante alimento.

La isla de El Hierro, que desde el año 2000 es Reserva de la Biosfera, se convierte así en el miembro número 60 de la Red Europea de Geoparques, un sello que reconoce su patrimonio natural y cultural y distingue a estos territorios como áreas en las que se aplican estrategias de gestión basadas en el desarrollo sostenible.

El Hierro contaba ya con seis Áreas Naturales Protegidas (ANP), que abarcan el 60% de su territorio y entre las que figura la Reserva Marina Integral del Mar de Las Calmas. Pero hay otras zonas, apenas exploradas, que son precisamente el objetivo de esta expedición, que se prolongará durante casi un mes y cuenta con un presupuesto de 180.000 euros, financiados parcialmente por la Fundación Biodiversidad.

El barco partió el 03 de septiembre desde Sagunto (Valencia) rumbo a Canarias. Su primer destino era Lanzarote, adonde llegaron una semana después.

Al norte de la isla de la Graciosa se encuentran las dos montañas submarinas que comenzaron a explorar el 14 de septiembre. Se llaman Dacia y Tritón y, según explica en conversación telefónica el biólogo Ricardo Aguilar, líder de la expedición, aunque en ellas se habían realizado algunos estudios geológicos para determinar su edad y su vinculación con las Islas Canarias y con Madeira, su biología no había sido estudiada hasta ahora.

Durante otra expedición de Oceana en 2009, intentaron hacer algunas incursiones en la zona en la que se encuentran Dacia (a 190 millas náuticas de La Graciosa) y Tritón (a unos 110 millas de esa isla), pero la mala mar lo impidió.

Sin embargo, la alta concentración de cetáceos cerca de esas dos montañas submarinas sugería que son zonas con un gran valor biológico: «Normalmente la presencia de cetáceos indica que se trata de un sitio de alimentación. Encontramos muchos cachalotes. Y, si hay cachalotes, hay calamares. Vimos bastantes ballenas, sobre todo rorcuales boreales [Balaenoptera borealis], que suelen ir a bancos de pequeños pelágicos que se concentran en torno a las montañas submarinas. Son, por tanto, sitios interesantes en los que hay gran riqueza», señala Aguilar, director de campañas de Oceana en Europa.

Durante la expedición, en la que también se realizan avistamientos de aves, se alternan las inmersiones de buceadores —que suelen bajar hasta 40 metros de profundidad— con los trabajos con un vehículo robótico (ROV) no tripulado, que les permite filmar y tomar muestras a profundidades de hasta 1.000 metros, que es la distancia a la que ha tenido que trabajar cuando exploraba la ladera de Tritón.

 

Para estudiar Dacia bastaba con que el vehículo se sumergiera a unos 100 metros: «Es la montaña submarina que llega más a la superficie, está a sólo 80 metros de profundidad. Hace millones de años era una isla», señala el biólogo.

Estas dos montañas submarinas tienen más de 2.000 metros de altura y están elevadas sobre un fondo a unos 3.000 metros de profundidad. Tritón consta de dos cimas y se extiende a lo largo de unos 60 kilómetros de longitud, mientras Dacia tienen un diámetro de unos 20 km.

Forman parte de un conjunto de montañas localizadas entre Canarias, Madeira, la Península Ibérica y Marruecos que, según destaca Oceana, sirven como puntos de conexión para las especies. En el pasado, y en el marco del Proyecto LIFE+Indemares, ya se estudió una de estas montañas, llamada Banco de la Concepción.

Mientras el robot se encuentra bajo el mar, los científicos pueden seguir su ruta y ver, en un monitor instalado en el barco y en tiempo real, las zonas que explora. Cuando se topa con alguna especie particularmente interesante o desconocida, el vehículo coge muestras con su brazo robótico y las saca a la superficie para que sean analizadas posteriormente.

En el barco, en el que trabajan 12 personas, llevan una lupa binocular electrónica, pero no tienen microscopio porque éste es un instrumento que necesita estabilidad, por lo que sólo pueden hacer un examen superficial: «Una campaña en barco supone muchos meses de análisis en tierra cuando termina», dice Aguilar.

Además de las muestras que recoge el vehículo robótico a gran profundidad, emplean un tipo de draga denominada Van Veen con la que toman muestras de sedimento y pequeños organismos. Y, como ya resulta habitual, también se han topado con residuos: «Es muy difícil hacer una inmersión donde no encuentres basura o aparejos de pesca. Hemos visto sedales abandonados, botellas, latas, embalajes…».

Entre los hallazgos filmados por el vehículo en las montañas submarinas de Dacia y Tritón destaca una gran variedad de esponjas y extensos bosques de coral negro. Su nombre se debe al esqueleto, que es de ese color. Sin embargo, por fuera los corales negros tienen vivos colores y su aspecto recuerda al de una cuerda. «Los corales negros están muy distribuidos por todo el planeta y pueden llegar a habitar a profundidades de 5.000 o 6.000 metros. Hay especies tremendamente longevas, que pueden tener más de 4.000 años de antigüedad. Ahora estamos empezando a saberlo. Son también especies muy sensibles».

También han visto narcomedusas, uno de los tipos de medusamás desconocidos porque se encuentran a profundidades de entre 300 y 800 metros, donde su picadura no supone un peligro para el hombre.

Otra criatura que se deja ver a los 400 metros de profundidad es el cabracho de abanicos, denominado así por los curiosos movimientos que realiza con sus largas aletas. Los colores vivos, como el naranja o rojo, se vuelven casi invisibles en la profundidad del océano, por lo que muchas especies son de esos colores para camuflarse.

Ricardo Aguilar atiende al teléfono desde el puerto de la Restinga, al sur de la isla de la Hierro. Tras hacer algunas reparaciones el pasado lunes en el barco, ayer volvieron a la mar para seguir explorando las aguas que rodean esa isla, en las que ya realizaron inmersiones en 2009.

«Vamos a ir a Bimbache y Echo, dos montañas submarinas situadas a entre 120 y 180 millas al sur de El Hierro. Se conocen como montañas del Sáhara y son las más meridionales de la Unión Europea. Dacia y Echo son redondas, como si fueran un volcán, mientras que Bimbache y Tritón son más alargadas, como una cordillera», explica.

El mero (Epinephelus marginatus) y la manta mobula (Mobula mobular) son algunas de las especies que los científicos de Oceana documentaron durante la expedición de 2009 cerca de El Hierro: «Hicimos algunas inmersiones en Echo, pero es una montaña gigante. Tiene un diámetro de 40 kilómetros y se necesita mucho tiempo para explorarla. Nos sorprendió encontrar animales de gran tamaño, como meros, tiburones, congrios, etc. que demuestran que son lugares que no están muy explotados. Llegamos hasta los 700 metros de profundidad, y ahora queremos descender más abajo porque estamos seguros de que podemos encontrar especies diferentes y arrecifes de corales», añade el biólogo.

Oceana espera que los trabajos de documentación que están llevando a cabo en el valioso entorno submarino de El Hierro resulten útiles para el proyecto del Gobierno, en fase inicial, de crear en esta isla el primer parque marino español. Fuentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente señalaron ayer que están trabajando «en estos momentos en este proyecto, con el objetivo de conseguir el apoyo de todos los directamente afectados», aunque no precisaron la extensión que abarcaría el futuro parque marino ni un posible calendario para su creación.

La protección de los mares ha comenzado muy recientemente. Según recuerda Ricardo Aguilar, hasta hace poco, sólo estaba protegida el 0,5% de la superficie marina total en el mundo, y en la actualidad se estima que está en entre un 2% y un 4%. En nuestro país el porcentaje era similar. El Ministerio de Medio Ambiente explica que «antes sólo estaba protegido el 0,5% del millón de kilómetros cuadrados de áreas marinas que tiene España, pero tras la reciente declaración de nuevas ZEPAs y LICs marinos, y cuando se aprueben las zonas señaladas por el programa LIFE +Indemares, se alcanzará en España el 8% del total de nuestras áreas marinas».

El objetivo fijado por el Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU (prorrogado hasta 2020 porque no se logró cumplir en 2012), es proteger el 10% de la superficie marina. «Teniendo en cuenta que partíamos de prácticamente la nada, sí que ha habido un avance considerable», admite Aguilar.

Los habitantes de las montañas submarinas

  • ESPONJA CARNÍVORA. Suelen medir 3 o 4 cm., aunque éstas son de 30 cm. Capturan pequeños crustáceos y luego tiran la cáscara. Hasta hace poco no se sabía que eran carnívoras.
  • MORENA Y CORAL NEGRO. Esta variedad de morena mediterránea vive a poca profundidad en Madeira y el norte de Canarias, en zonas rocosas y dentro de grietas que a veces comparte con el congrio.
  • MERO BOSTEZADOR. Se llama así porque al soplar con las agallas emite un sonido que recuerda a un bostezo. Al igual que otras especies de profundidad, sus colores vivos le ayudan a camuflarse.
  • ESPONJAS CRISTAL. Están hechas de silicio, que les da un color transparente. También las llaman jarrón o encaje de venus. Éstas miden de 20 a 40 cm. pero algunas llegan a superar el metro de longitud.

Fuente

[*Otros}– Tenerife se revoluciona con el supuesto hallazgo de la Cueva de las Mil Momias guanches

22/08/2014

Una mujer asegura haber encontrado una gruta con más de 700 momias que reaviva la leyenda de la mítica cueva.

La Guardia Civil resta crédito a su presunto descubrimiento

El presunto hallazgo de una enorme cámara mortuoria de origen guanche con más de 700 momias ha revolucionado en los últimos días a media isla de Tenerife y ha hecho renacer en muchos Canarios una idea que, mitad leyenda, mitad investigación científica, estimula desde hace años la imaginación y el estudio de los aborígenes: la Cueva de las Mil Momias.

El detonante del revuelo ha sido el supuesto descubrimiento realizado por un equipo de investigadores encabezados por una mujer que ya acumula más de 1.300 seguidores en su cuenta de la red social Facebook. Allí describe la que podría ser esta mítica cueva, cuya ubicación no revela, y aprovecha para arremeter contra quienes la han calificado de «mentirosa» y han lanzado otros improperios menos suaves.

Su testimonio no es baladí ni ha pasado desapercibido para la Guardia Civil. Respecto del fondo de la cuestión, el presunto hallazgo de una cueva repleta de momias guanches —que vendría a ser un lugar reservado para enterramientos y, por tanto, presumiblemente sagrado— toca uno de los asuntos más sensibles en Canarias, como es la posible evidencia de que haya aún cuevas no descubiertas, con decenas de cadáveres de aborígenes momificados.

La emblemática, por el misterio que la rodea, es la de las mil momias en la isla del Teide.

Desde el punto de vista histórico, en teoría en 1764 se localizó una gruta a la que denominaron la Cueva de las Mil Momias, también conocida como Cueva de los Menceyes, porque se cree que fue la última morada de los jefes tribales guanches.

Los científicos e historiadores la sitúan en el barranco de Herques, entre los municipios de Fasnia y Güímar, y en su interior encontraron un importante grupo de guanches momificados. Este descubrimiento significó un hito en el campo de la arqueología prehispánica Canaria, salvo por una particularidad: se desconocen las coordenadas exactas de la cueva. En otras palabras, no se sabe dónde está, hasta hace unos días al menos.

Después de más de dos siglos de enigma, un libro y especulaciones sobre esta cavidad, una mujer dice haber hallado lo más parecido a esta cueva. Sin embargo, la Guardia Civil, que sigue sus pasos en dicha red social, ha restado credibilidad a sus palabras. Ella ha anunciado una futura rueda de prensa en la que aportará pruebas de lo encontrado.

De momento, afirma que en la cueva, localizada en las inmediaciones de Ifonche, Adeje, también hay «2.731 pieles escritas llenas de información», así como 2.100 tinajas, cuchillos, agujas y otros utensilios.

Incombustible al desaliento, en otras notas colgadas en su cuenta desgrana otros hallazgos igual de singulares. «Se ha localizado un cementerio entre Güímar y Santiago del Teide; un enorme, pero enorme, cementerio que demuestra que nuestros antepasados no servían de estiércol. Ese cementerio es una cueva enorme, pero enorme. Van a alucinar por cómo están colocados los cuerpos. Parece mentira que personas que dicen que son tan inteligentes, que han escrito libros y que me desmienten, digan que nuestros pobres ancestros, con todo lo que sufrieron y pasaron, eran usados como estiércol», asegura en su cuenta de Facebook.

A renglón seguido, da detalles sobre lo que el equipo vio en su recorrido por el interior de esta cueva. «Se diría que hasta el fondo está llena de cuerpos, uno al lado del otro, y están a la altura de un poco más de 30 centímetros. La cueva medirá como de 300 a 500 metros de profundidad, se cree, ya que las medidas son orientativas».

En esta nota del 13 de agosto narra que para las personas que entraron fue «impactante» contemplar «tantos y tantos cuerpos», mientras que en otra nota advierte que tiene las fotos de pantalla de todos aquéllos que la han insultado.

A la espera de que desvele las pruebas del hallazgo de la hipotética gruta guanche, como recuerda el escritor Canario Alberto Vázquez Figueroa, al referirse al libro publicado en 2010 por Antonio Tejera Gaspar, David Galloway, Daniel García y Juan Francisco Delgado: «La Cueva de las Mil Momias ofrece el siempre fascinante atractivo del misterio que rodea el hecho de que nuestras Islas Canarias fueran uno de los muy contados lugares del mundo en los que se consiguió que los cuerpos de los difuntos se conservaran en perfecto estado pese al transcurso de los siglos».

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