El filósofo dejó una de las metáforas vitales más citadas: la vida como un libro que se escribe primero con impulso y luego con reflexión. Su célebre frase sigue guiando a quienes cruzan los cuarenta.
Día: 28 de diciembre de 2025
[SE}> Arne Güllich, experto en altas capacidades que ha estudiado a 35.000 superdotados: «Hemos estado enseñándoles todo mal»
Durante décadas se ha pensado que el talento innato en una materia era clave del éxito, pero en la variedad está el gusto.
[SE}> Día de los Inocentes / Soledad Morillo Belloso
27-12-2025
Día de los Inocentes
Aquí el Día de los Inocentes es como anunciar “hoy sí funciona el portón eléctrico” en el chat del condominio: nadie te cree, pero igual te mandan un emoji de risa por educación. Un vecino se asoma al balcón del piso 7, lanza el saludo de rigor —“¡Feliz Día de los Inocentes!”— y desde la planta baja hasta el penthouse llega la misma respuesta: “Ay, mi vida, pero si aquí los inocentes se acabaron cuando dejaron de hacerle mantenimiento al ascensor”.
Porque en estos conjuntos residenciales —con portones que fallan más que promesa electoral, juntas de condominio que parecen parlamentos medievales y vecinos que vigilan desde el balcón como agentes encubiertos— la inocencia no es tradición: es un fósil. El ecosistema cambió: del bullicio callejero al eco de los pasillos con cerámica beige, del pregón de la esquina al murmullo del grupo de WhatsApp.
En otros países hacen bromitas sanas: esconder un zapato, poner una araña de plástico. Aquí no. Aquí, país donde la mamadera de gallo es deporte institucionalizado, la broma es que el agua “viene en la madrugada”, que el internet “está lento pero están mejorando la plataforma”, o que el condominio “bajó la cuota”. ¡Esa sí es una inocentada! De esas que te dejan viendo pa’ la piscina vacía del conjunto, misma que lleva tres años “en remodelación”.
Y como todo en estos edificios, el Día de los Inocentes se vive entre chismes, guasa y olor a sofrito que sube por las escaleras. La vecina del 4-B, con voz de pregonera, grita desde el pasillo:
—¡No caigan por inocentes!
Y el del 3-A, en chancletas y con la toalla al hombro, esperando que pongan el agua, le responde sin pensarlo:
—¡Comadre, yo caí cuando me dijeron que iban a pintar las áreas comunes!
Risas, cotorreo y un perol de caraotas a punto de quemarse completan la escena.
Los vigilantes del portón —cronistas oficiales del condominio— sueltan su sentencia con la calma de quien lo ha visto todo:
—Aquí no hay inocentes, mi corazón. Aquí lo que hay es gente con fe… y fe con recibo de condominio atrasado.
Y uno asiente, porque es cierto: la inocencia murió, pero la fe sigue por ahí, flaquita, esmirriada, pero caminando con zapatos chinos comprados en oferta.
Los niños preguntan qué es un inocente, con qué se come eso. Y los adultos, que ya han sobrevivido más apagones que asambleas de condominio, responden con sabiduría de abuela:
—Inocente es el que cree.
—¿Y aquí hay de esos?
—Sí, mi amor… todavía hay, pero están guardados. Como la paciencia.
En la bodeguita del edificio, las promociones del día parecen sketches de comedia:
“Hoy sí hay vuelto… inocente tú si lo crees”.
“Llévate dos y paga tres: ¡especial del día!”.
“Se fía sólo a mayores de 90 años acompañados de sus padres”.
Y uno igual se ríe, porque el humor es la única mercancía que nunca falta ni se acapara.
En el estacionamiento, un vecino anuncia con solemnidad:
—¡Hoy el ascensor sí sirve!
Y la carcajada colectiva retumba, porque si algo sabe el venezolano es detectar una mentira desde el piso 12.
Pero entre tanta guachafita queda una inocencia mínima, casi clandestina, como esas matas de sábila que la gente pone en la ventana para espantar la mala vibra: la señora que sigue diciendo “Dios proveerá”, el chamo que estudia como si el país fuera a enderezarse, el vecino que presta una taza de arroz sin pedir partida de nacimiento.
Por eso, en este país sin inocentes, el Día de los Inocentes es un espejo torcido: una tradición que nos recuerda que, aunque nos vacilen a diario, todavía sabemos reírnos. Y esa risa —esa terquedad luminosa— es lo único que no han podido racionar ni decomisar.
[MS}> Los fármacos que vienen: de los ‘ozempic’ en pastillas al freno del alzhéimer
Los fármacos que vienen: de los ‘ozempic’ en pastillas al freno del alzhéimer
El ARN Mensajero o la IA están detrás de algunos de los diez tratamientos más revolucionarios que nos depara el año en el que estamos a punto de entrar
[LE}> La RAE adelanta cambios en su Diccionario y confirma cómo evoluciona el español actual
La RAE adelanta cambios en su Diccionario y confirma cómo evoluciona el español actual
La Real Academia Española ha presentado una actualización del diccionario que funciona como anticipo de la próxima gran edición y confirma cómo palabras nacidas en la calle, en internet o en la actualidad política acaban consolidándose en el lenguaje común
[CT}> El robot más pequeño del mundo puede meterse en tu cuerpo para salvarte la vida
El robot más pequeño del mundo puede meterse en tu cuerpo para salvarte la vida
Estos robots microscópicos son más pequeños que un grano de arena. Con 200 micrómetros de ancho, son autónomos, programables y tan baratos de fabricar que cada unidad sale a un céntimo de dólar
[CT}> La Ciencia define por primera vez dónde termina el Sol
La Ciencia define por primera vez dónde termina el Sol
Un nuevo estudio basado en datos de varias misiones espaciales ha permitido a los científicos trazar por primera vez un mapa detallado del límite exterior del Sol
[Cur}> Un hallazgo arqueológico revela enterramientos medievales en la Torre de Londres
Un hallazgo arqueológico revela enterramientos medievales en la Torre de Londres
Unas excavaciones en la Torre de Londres han sacado a la luz más de veinte enterramientos humanos, algunos de ellos posiblemente vinculados a la peste medieval
[Cur}> Scotty Kilmer, mecánico, recomienda este sencillo hábito para que el motor de tu coche dure más de 20 años
El experto ha insistido a lo largo de los años en un consejo clave, que puede cambiar el futuro de tu vehículo
