08/07/2025
El ‘árbol de sangre de dragón’, símbolo milenario que une a Canarias con una isla remota del Índico
Las antiguas curanderas canarias utilizaban la savia de color rojo en sus curas, rezos y ungüento
El ‘árbol de sangre de dragón’, símbolo milenario que une a Canarias con una isla remota del Índico.
El perfil de divulgación Cultura Inquieta ha compartido recientemente una publicación en la que describe al árbol de sangre de dragón como “uno de los árboles más singulares y fascinantes del mundo”. En ella se detalla su origen, propiedades y usos tradicionales, así como su presencia tanto en la isla de Socotra como en las Islas Canarias.
El texto compartido en redes destaca que este árbol crece de forma natural en Socotra, un archipiélago del océano Índico que pertenece a Yemen y que se desprendió del continente africano hace aproximadamente 10 millones de años.
La especie que se encuentra en esta región es la Dracaena cinnabari, cuya savia de color rojo le da el nombre común de “árbol de sangre de dragón”. Puede vivir una media de 600 años y se encuentra en los restos del antiguo bosque prehistórico Dragonsblood, sobre montañas de granito y mesetas de piedra caliza. La especie está considerada en peligro de extinción.
En el caso del archipiélago canario, la especie que se encuentra es la Dracaena draco, conocida popularmente como drago. Cultura Inquieta indica que “las antiguas curanderas canarias utilizaban la savia color rojo en sus curas, rezos y ungüentos”, y añade que esta resina se ha empleado tradicionalmente como medicina para “la disentería, diarrea, los cortes en la piel, las úlceras y la fiebre”, además de utilizarse como colorante y para elaborar incienso.
También recoge que esta sustancia se cosecha una vez al año, lo que explica su valor. A partir del siglo XVIII comenzó a utilizarse como barniz para violines y actualmente sigue presente en distintos sectores como pigmento rojo para madera, adhesivo, ingrediente en pintalabios y pasta de dientes.
La publicación está acompañada por una imagen del fotógrafo naturalista Daniel Kordan, en la que se muestra un ejemplar de esta especie en su entorno natural.
En los comentarios, algunos usuarios relataron experiencias personales relacionadas con esta especie. Una usuaria canaria afirmó: “Me extrañó muchísimo ver uno gigante en Sídney, en el jardín botánico muy cerca de la casa de la ópera”, y explicó que, al comprobar la cartela, confirmaba que era un drago que, pese a haberse inclinado tras caer, seguía creciendo. También aseguró haber visto más ejemplares de dragos en otros lugares de Australia.
