[LE}> «Contrarreloj», no «a contrarreloj»

En las expresiones contrarreloj y contra reloj no se antepone la preposición ‘a’, y en la grafía en una palabra se duplica la erre.

Uso no adecuado

• Operación a contrarreloj para encontrar el submarino que exploraba los restos del Titanic.

• Búsqueda a contrareloj del submarino.

• La vuelta termina con una etapa a contra reloj.

• Intentan rescatar a contrarreloj a un niño.

Uso adecuado

• Operación contra reloj para encontrar el submarino que exploraba los restos del Titanic.

• Búsqueda contra reloj del submarino.

• La vuelta termina con una etapa contrarreloj.

• Intentan rescatar contra reloj a un niño.

De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas, cuando se emplea como sustantivo o adjetivo en alusión a la carrera en la que los participantes salen de uno en uno a intervalos regulares y se clasifican según el tiempo que emplean en llegar a la meta, es preferible usar contrarreloj (plural contrarrelojes), en una sola palabra y con doble erre: carrera contrarreloj, prueba contrarreloj, una contrarreloj.

En el resto de los casos, es decir, cuando modifica a un verbo o si se emplea con el sentido de ‘con suma urgencia o con un plazo de tiempo perentorio’, lo recomendado es la grafía en dos palabras (se disputa contra reloj, salvamento contra reloj), aunque se considera válida también la unitaria.

Ya se escriba de un modo u otro y con independencia del sentido, es inadecuado anteponer la preposición ‘a’. Cuando no se escribe unido, es posible intercalar un artículo: trabajar contra el reloj o victoria contra el reloj.

Fuente

[LE}> El plural de «el cara a cara» es «los cara a cara»

El plural de la expresión cara a cara, cuando se usa como sustantivo, es invariable: los cara a cara.

Uso no recomendado

• El candidato dijo que participará en las mesas redondas, los debates y los cara a caras que sean necesarios.

• La periodista se refería al rechazo del líder a la propuesta previa de seis «cara a caras» lanzada por el socialista.

Uso recomendado

• El candidato dijo que participará en las mesas redondas, los debates y los cara a cara que sean necesarios.

• La periodista se refería al rechazo del líder a la propuesta previa de seis cara a cara lanzada por el socialista.

Aunque en origen tiene valor adverbial y significa ‘en presencia de alguien y descubiertamente’ o ‘de manera abierta y directa’ («Resolvieron el asunto cara a cara»), diccionarios de uso como el de Seco, Andrés y Ramos la incluyen como locución sustantiva con el significado de ‘encuentro entre dos personas en que se hablan o enfrentan abiertamente’.

Tiene género masculino (un cara a cara) y su plural es invariable (unos cara a cara), como sucede en expresiones similares (mano a mano o vis a vis). Al ser una expresión asentada en español, no requiere el uso de comillas ni cursivas.

Fuente

[LE}> «Restos» o «pecios de una nave», mejor que «ruinas»

Los restos y los pecios, pero no las ‘ruinas’, son expresiones adecuadas para referirse a las partes que quedan de una nave hundida.

Uso no recomendado

• Desaparecieron a bordo de un submarino que se usaba para visitar las ruinas del Titanic.

• El submarino se dirigía a las ruinas del Titanic.

• El objetivo del submarino turístico era llegar a las ruinas del Titanic.

Como indica el Diccionario de la lengua española, resto significa ‘parte que queda de un todo’, mientras que ruinas, usado en plural, alude específicamente a los restos de un edificio: «No podrán evitar la visión de las ruinas del hotel». Por ello, es inadecuado emplear ruinas cuando lo referido no es una edificación, sino otro tipo de construcciones, como ocurre en el caso de los barcos y los submarinos.

Otra opción posible, y quizá más precisa, es pecio, que se usa para los fragmentos hundidos de embarcaciones, como recuerda la Real Academia Española en su cuenta de Twitter («El director empleó los minisubmarinos para filmar los pecios del Titanic»), o para el barco hundido o naufragado («Encontraron un pecio bizantino lleno de tesoros»), según el Pequeño Larousse ilustrado. Así, el singular y el plural son justificables, en función de que se hable o bien del barco sumergido, o bien de los restos de este.

Uso recomendado

• Desaparecieron a bordo de un submarino que se usaba para visitar los pecios del Titanic.

• El submarino se dirigía a los restos del Titanic.

• El objetivo del submarino turístico era llegar al pecio del Titanic.

Fuente

[Canarias}> Los romanos llegaron a Lanzarote en el siglo I antes de Cristo

10/06/2023

Luis Socorro

Los romanos llegaron a Lanzarote en el siglo I antes de Cristo

Los romanos o poblaciones romanizadas, originarias del Mediterráneo occidental, recalaron en Lanzarote en el siglo I antes de la era común. Así lo ha confirmado a esta redacción Pablo Atoche, arqueólogo y catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Durante la última excavación realizada el verano pasado en el yacimiento El Bebedero (oeste de Lanzarote), Atoche y su equipo encontraron numerosos restos cerámicos “de indudable factura romana”, además de huesos de cabras y ovejas. El hallazgo más espectacular fue un ánfora completa, con la boca modificada para “reutilizarla para otro uso”, en El Bebedero. Hasta ahora, tan sólo había constancia científica de la presencia romana en Canarias en el islote de Lobos.

El profesor Atoche lleva más de treinta años investigando la presencia de culturas mediterráneas en Lanzarote. Los resultados de la última excavación en El Bebedero, realizada en el julio de 2022, confirmó investigaciones anteriores, en ese yacimiento y en el de Buenavista, y los presentó el pasado mes de abril en la Sociedad Económica Amigos del País de Las Palmas, en una conferencia titulada La colonización protohistórica del archipiélago canario a la luz de los hallazgos de Lanzarote.

Hasta ahora, Atoche cuenta con “27 dataciones de carbono 14 de restos animales y vegetales”, registros arqueológicos excavados en el yacimiento El Bebedero. Estos vestigios se han excavado “en seis niveles estratigráficos bien definidos”, con un marco cronológico —afirma el investigador— que va del “siglo I antes de Cristo al XIV de la era, justo en la centuria anterior a la conquista de Canarias, que se prolongó prácticamente a lo largo del siglo XV. Los arqueólogos han encontrado ”cerámica romana, molinos de piedra para moler cereales, material lítico para el tratamiento de pieles y bastantes restos de fauna —“el 90% son huesos de cabras y ovejas”— animal y marina, principalmente moluscos“.

El arqueólogo sitúa los materiales de factura romana entre los siglos I antes de la era común y el IV de la era, final del periodo de la cultura romana. “Se trata de bandejas y recipientes muy similares a los que hemos encontrado en el yacimiento de Buenavista”, a poco más de 500 metros de El Bebedero; ambos enclaves están en la misma comarca lanzaroteña, cerca de la playa de Famara, una zona en la que se podía fondear durante los meses de mar abierto, cuando las condiciones eran propicias para la navegación.

Ánfora tuneada

Pablo Atoche califica de “espectaculares” los hallazgos de la última campaña, la del pasado verano. “Tenemos seis grupos de diferentes tipos de pastas de cerámica que corresponden a seis tipos de ánforas, en algunos casos tenemos conteras, bordes, etcétera”. 2022 “ha sido espectacular en cuanto al número de fragmentos de ánforas y otros elementos de procedencia romana”.

Los análisis de los materiales indican la procedencia: “Las ánforas campaniformes son de Italia, pero hay restos procedentes de la antigua zona de Cartago o de la Bética”, sur de la Península Ibérica. Junto a los fragmentos cerámicos, se han excavado “elementos metálicos, sílex del norte de África, abalorios…”. Los recipientes anfóricos, añade el investigador, “contenían vino, aceite y salazones”.

Pero el hallazgo más sobresaliente se produjo cuando limpiaban un nuevo perfil en la parte oriental del yacimiento de El Bebedero. “Nos aparece un objeto y lo primero que pensamos es que se trata de una tubería de agua fecales, pero, a medida que vamos limpiando, la tubería se convierte en un recipiente”. La primera duda “es que no aparecía la contera, la base del recipiente”, relata el arqueólogo. El recipiente está hecho a torno, o sea, no es de factura indígena, y se localizó en el estrato cuatro, “que lo tenemos fechado justo en el cambio de era”. Finalmente, aparece la contera: “Estamos hablando de un ánfora completa de procedencia romana, fechada en torno al cambio de era”.

clip_image001

Cuatro imágenes del proceso de excavación del ánfora romana en El Bebedero, en julio de 2022. Captura del vídeo de la conferencia de Atoche en la RSEAP de Las Palmas, en abril de 2023.

La tipología, explica Atoche, “es bastante curiosa, poco frecuente en el Mediterráneo”. El arqueólogo destaca la modificación que “le hicieron en la boca, la ampliaron para reutilizarla evidentemente”. De hecho, continúa el investigador, “la analítica del contenido nos está indicando que tuvo un contenido inicial” —este dato lo reserva hasta la publicación de los resultados en una revista científica— “y tuvo otro posteriormente y tuvo que ver con el mundo indígena, con unas costumbres que hemos detectado en el ámbito indígena en Lanzarote y Fuerteventura”.

Atoche precisa que se “trata de la primera ánfora completa que aparece en un contexto indígena”. Sin embargo, durante la conferencia el arqueólogo no aportó pruebas de que el origen del yacimiento sea aborigen y que después, como sostiene, llegaron los romanos. El profesor de la Universidad de Las Palmas aclara que está pendiente de publicar los resultados en una revista científica, motivo porque el que tampoco nos facilitó las fotografías de la ánfora y de otros fragmentos de cerámica encontrados en la excavación realizada el verano pasado en El Bebedero. “Quiero publicarlas primero en una revista especializada”, comentó a Canarias Ahora- elDiario.es.

Atoche es un profesional muy reservado en su trabajo y poco dado a difundir sus investigaciones en los medios de comunicación. De hecho, el autor de esta noticia le solicitó realizar un reportaje durante la última campaña arqueológica, en julio del año pasado, y no fue atendida su petición.

clip_image002

Una arqueóloga toma notas junto a una de la estructuras del yacimiento de Buenavista. Foto cedida Ayuntamiento de Teguise.

Lo que no ha encontrado el equipo de Pablo Atoche, durante los aproximadamente treinta años de investigación en los enclaves de Buenavista y El Bebedero, son restos humanos, lo que induce a pensar a otros arqueólogos que esos asentamientos del oeste de Lanzarote, en el municipio de Teguise, no eran permanentes porque fueron construidos por esos navegantes que llegaron a Canarias cuando Roma controlaba la franja costera del norte de África. Estos dos yacimientos no fueron afectados por la erupción del volcán Timanfaya —1730-1736—, que sí sepultó varios pueblos y otros enclaves arqueológicos de los majos, denominación de los primeros pobladores de las islas de Lanzarote y Fuerteventura.

Hasta ahora, los vestigios humanos indígenas más antiguos del Archipiélago están fechados entre los años 207 y 260 de la era común, o sea, principios del siglos III después de Cristo. Fueron encontrados en 1968 en Lanzarote, en La Chifletera, un tubo volcánico en el municipio de Yaiza. La arqueóloga Verónica Alberto coordinó una investigación sobre todos los restos humanos localizados en yacimientos lanzaroteños. Se publicó en el otoño de 2021 en Anuario de Estudios Atlánticos, con el título Sobre el tiempo de los majos. Nuevas fechas para el conocimiento del poblamiento aborigen de Lanzarote, trabajo firmado por siete especialistas.

De lo que sí hay constancia documental es de las primeras navegaciones para explorar el Atlántico al sur de las Columnas de Hércules, al sur del Estrecho de Gibraltar. Juba II (52 o 50 a. C.-23 d. C.), el rey norteafricano de las provincias romanas de Numidia y Mauritania, financió varias expediciones que se realizaron aproximadamente en torno al año 20 antes de la era común. Los resultados de esas travesías las recogió Plinio el Viejo en su famosa enciclopedia Historia Natural, publicada en el año 77 de la era, en el siglo I.

Aunque los yacimientos de El Bebedero y Buenavista se encontraron antes que el de Lobos —islote al norte de Fuerteventura—, descubierto en 2013 cuando un turista encontró fragmentos de cerámica antigua, mientras que los enclaves lanzaroteños se empezaron a excavar a finales del siglo XX, el asentamiento de Lobos fue el primero en el que se demostró de manera irrefutable la presencia romana en Canarias. Es coetáneo a los citados yacimientos de Lanzarote.

Lobos, como afirma el doctor Ramón Cebrián, “es un regalo para la arqueología de Canarias”, al tratarse del único asentamiento romano de carácter económico construido por los romanos o por poblaciones romanizadas. Cebrián es autor de la única tesis doctoral realizada hasta ahora sobre el taller de producción de púrpura de Lobos. La púrpura era un tinte muy cotizado en el Imperio Romano.

En este yacimiento tampoco se han encontrado restos humanos. Era un taller estacional, ya que la zafra del molusco del que se extrae la púrpura duraba poco más de tres meses. Los historiadores consideran que la púrpura se trasladaba a Gades —la actual Cádiz—, ciudad muy importante en la civilización romana por su privilegiada posición geográfica, puerto de salida y llegada de las expediciones por el Océano Atlántico.

Fuente

[LE}> «Precampaña», no «pre campaña» ni «pre-campaña»

El prefijo ‘pre-‘, que se utiliza en la formación de nombres y adjetivos, se escribe unido a la palabra a la que acompaña, sin espacio ni guion intermedios.

Uso no recomendado

• Comienza la pre campaña electoral.

• Este es el calendario pre electoral a partir de ahora.

• Visitará el municipio para iniciar la pre-campaña de las elecciones generales.

Uso recomendado

• Comienza la precampaña electoral.

• Éste es el calendario preelectoral a partir de ahora.

• Visitará el municipio para iniciar la precampaña de las elecciones generales.

De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, los prefijos se escriben unidos a la palabra a la que modifican (precampaña y preelectoral) y, por tanto, no son adecuadas las grafías en las que el prefijo aparece unido con un guion (pre-campaña, pre-electoral) o separado por un espacio en blanco (pre campaña, pre electoral).

Fuente

[LE}> El término «óblast» alude a una división territorial

El nombre óblast, de plural invariable, que designa un tipo de división territorial de varios países, se escribe en minúscula y con tilde, aunque es preferible emplear región, región administrativa o provincia.

Uso no recomendado

• En el este, concretamente en el Oblast de Donetsk, ofrecieron servicios de atención primaria.

• Está preocupada por la falta de defensas alrededor de Bélgorod Oblast.

• Dejaron partes de los óblasts de Lugansk y Donetsk en manos de separatistas.

Uso recomendado

• En el este, concretamente en la región de Donetsk, ofrecieron servicios de atención primaria.

• Está preocupada por la falta de defensas alrededor de la región de Bélgorod.

• Dejaron partes de las regiones de Lugansk y Donetsk en manos de separatistas.

Ya se refiera a Ucrania, Rusia o Bulgaria, la forma adecuada es óblast, con tilde, pues la transcripción se ajusta a las pautas ortográficas del español y es una voz llana acabada en grupo consonántico. Al ser una voz ya acomodada, no necesita comillas ni cursiva.

Por otra parte, los nombres comunes que designan las divisiones administrativas (como región, distrito, municipio…) se escriben en minúscula, por lo que no es adecuado Oblast ni Óblast. Debe ir antepuesto y no pospuesto, como a veces se ve como calco del inglés: el óblast de Sumi y no el Sumi Oblast.

Aunque el empleo de óblast no es incorrecto, igual que a veces se denomina land a un estado federado alemán, obras de referencia como el Pequeño Larousse ilustrado y el Diccionario enciclopédico Salvat universal ofrecen las alternativas región (usual en Ucrania), provincia (en Bulgaria) y región administrativa (en Rusia, a menudo acortado a región). Estas últimas formas pueden resultar preferibles en textos generales y periodísticos, pues son más transparentes.

Al ser una palabra que termina en la combinación de sonidos /st/, lo recomendado, según las indicaciones de la gramática académica, es que permanezca invariable en el plural: los óblast.

Lo explicado se puede aplicar igualmente a krai, una división territorial rusa que se puede trasladar al español como territorio administrativo, y rayón (o raión), que equivale a distrito.

Aunque se recomienda emplear las voces españolas, también habría sido válido emplear óblast en los ejemplos anteriores.

Fuente

[Canarias}> Cuando Nelson se llevó un susto / Á. Van den Brule A.

10-06-2023

Á. Van den Brule A.

Cuando Nelson se llevó un susto

“En breve, la gente será incapaz de pensar o razonar por sí misma. Serán capaces sólo de parlotear las noticias que se les dio la noche anterior.” – Zbigniew Brzezinski (Ex consejero de Seguridad Nacional de EE. UU.)

El cañón de bronce que hoy duerme sobre una enorme cureña en el Centro de Interpretación del Castillo de San Cristóbal en Tenerife, El Tigre, es una venerada celebridad con nombre propio. Como los cañones de la época no funcionaban solos, también hay que rendir homenaje al equipo de artilleros que lo dieron todo en una de las gestas militares más brillantes que se recuerdan, dirigida por un anciano general retirado, en perfecta combinación con la población, entregada a la defensa de la ciudad. Ellos, en un tándem perfectamente conjuntado, rompieron los pronósticos más pesimistas.

De eso va la historia de hoy.

No hay peor pesadilla para un soñador, que ver el deterioro de su físico menoscabado por amputaciones sin cuento y tener que asumir que sus expectativas serán hipotecadas para toda la eternidad, ni que del pulcro candor de la inocencia se pueda esperar que la Tierra, por un acto de voluntad, se ponga a girar al revés.

Esto es, lo que la mente del gran almirante Nelson, uno de los pocos ingleses que cumplía el precepto del buen caballero, hombre de palabra, la encarnación tópica del gentleman, la del marino perfecto, talentoso y respetado por propios y ajenos, padeció durante toda su existencia. Pero claro, a veces la percepción es engañosa por las muchas grietas en que se atrinchera obstinadamente la ignorancia. Cuanto más sabemos, cuanto más avanzamos, más se aleja el horizonte, pero, como decía el ilustre Eduardo Galeano (a pesar del sesgo tan poco imparcial de alguna de sus obras), esa línea que funde todos los azules siempre será una referencia que alimente la obstinación del ser humano y su innata curiosidad.

En la céntrica plaza de Trafalgar Square, cerca de Downing Street, la memoria del legendario almirante Nelson pervive en el imaginario del pueblo inglés como el héroe que tantas victorias dio a su bandera

Inglaterra en su concepción estratégica, veía las Islas Canarias como un reto con fuerte hándicap habida cuenta de la fuerte resistencia que venían demostrando los isleños. Drake, el infame amante de la reina Isabel I, finalmente defenestrado, y Blake y Jennings, veían las islas como el pastel de cumpleaños de un niño, o como un plato de gourmet. La idea era cortar las rutas trasatlánticas de los navíos españoles hacia América y, de paso, instalar sus posaderas. Pero a través de la historia se demostró que, conforme su ambición e insistencia se redoblaban, la indigestión de los sucesivos fracasos se fue haciendo de a poco, intolerable, hasta acabar consumiendo bicarbonato a espuertas.

clip_image002

Horatio Nelson. (Wikimedia commons)

Corría el año 1797 cuando un carismático general de nombre Antonio Gutiérrez de Otero, retirado de tanto trasiego vital, reposaba en Tenerife los trabajados surcos de la experiencia. En una modesta casa en las faldas de La Cardonera, con un pequeño huerto esmeradamente cultivado, vivía plácidamente este honorable militar, muy querido por su pueblo por sus iniciativas a favor de la comunidad y por los sucesos que, más tarde, lo convertirían en una leyenda icónica.

Al amanecer del día 21 de julio, el vigía que estaba a cargo de las señales en el Alto de Anaga dio la alarma. Ocho grandes navíos con una dotación de más de dos mil hombres se acercaban de manera insolente ante lo que se suponía una víctima propiciatoria.

En el momento del intento de invasión, 300 soldados profesionales era todo lo que había en la isla. Un destacamento francés, la tripulación de una fragata que les había sido arrebatada por los ingleses en un golpe de mano, sumaban otro centenar. Con un entrenamiento muy breve, a manos de los sargentos, un millar de nativos formarían una milicia local. Antonio Gutiérrez, ya había aplicado un severo correctivo a los ingleses en las Malvinas y que, algo más tarde y para ponerse en forma, los desalojaría de Menorca, pues había que evitar a cualquier precio que se instalaran los británicos en una cabeza de puente.

Los isleños, a una, se pusieron a disposición del carismático general. Pero tras varios intentos de desembarco, se gestó el escandaloso desastre inglés, que no vino sólo por la unidad entre milicias y uniformados, sino por la suma de desconocimiento de las tablas de mareas, y una terrible sorpresa que aguardaba a estos tragaldabas. Una cadena de atalayas situadas estratégicamente a lo largo del perímetro marino de la isla, y una batería de cañones, entre las que estaba situado uno que se nutría ora de balas, ora de botes de metralla envasados en cartón y cera; lo cierto es que iban a ser una pesadilla para Nelson.

Los artilleros españoles buscaban a cualquier precio el tiro rasante (11º de elevación de la cureña dependiendo de la posición sobre el terreno) que llegaba obviamente más rápido que el tiro con curvatura hábil a su objetivo (45º). Los ingleses, si querían atacar con garantías, debían de situarse a menos de 1.600 metros de distancia de la costa, fuera de su zona de seguridad (4 km) para poder descargar la artillería naval con cierta precisión. Era evidente que en ocho segundos cualquier artillero con un entrenamiento correcto acabaría dando en el blanco.

clip_image003

Busto del General Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana en Aranda de Duero, Burgos. (Wikimedia commons)

Con gran riesgo, pero amparados por su mayor capacidad de fuego, los ingleses se acercaron a esa distancia para posicionarse de cara al ataque posterior. Pero la solvencia acreditada de Nelson no había metido en la ecuación dos factores. El primero, la rapidísima organización de las milicias; el segundo, que las baterías estaban orientadas, en su mayoría, para barrer las playas en el momento del desembarco.

De esta manera, botes que tocaban arena, eran barridos horizontalmente con la metralla rasante. Esta táctica hizo estragos entre la marinería inglesa. El almirante Nelson, embarcado en uno de ellos, perdería su brazo derecho en el preciso momento de tocar tierra. El efecto psicológico entre los suyos fue demoledor.

Más de 600 marinos ingleses perecerían en aquel caótico desembarco; las cifras de los caídos españoles no llegaron a la décima parte. El Tigre cumplió con su deber. Es triste que, mientras Nelson o su memoria, habitan en una colosal columna de 50 metros de altura y este monumento es visitado por miles de personas a diario, el general Don Antonio Gutiérrez se perpetúa en el espíritu de los que le recordamos, pero en un discreto busto de una pequeña plaza tinerfeña.

Algo no encaja

Fuente

[LE}>«Subboreal», con «bb», no «suboreal»

Cuando se añade el prefijo ‘sub-‘ a un término que empieza por la letra ‘b’, la palabra resultante mantiene las dos ‘bes’.

Uso no recomendado

• Geológicamente, se encuentra asociado a la compleja zona de contacto bético-subético.

• Suelos minerales de clima sub-boreal o templado frío con temperaturas medias anuales superiores a los 0 °C.

• La plataforma a nivel de la subrasante tendrá un ancho necesario para recibir sobre ella la capa o capas de la subase.

Uso recomendado

• Geológicamente, se encuentra asociado a la compleja zona de contacto bético-subbético.

• Suelos minerales de clima subboreal o templado frío con temperaturas medias anuales superiores a los 0 °C.

• La plataforma a nivel de la subrasante tendrá un ancho necesario para recibir sobre ella la capa o capas de la subbase.

En español, tradicionalmente se han simplificado las consonantes dobles que surgen cuando se forma una palabra con la adición de un prefijo, como en trasudor, de ‘tras-‘ y sudor, o en transiberano, de ‘trans-‘ y siberiano, salvo en las combinaciones ‘rr’, nn’, que siempre se han considerado válidas, como en superresistente o ennegrecer.

De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, también se mantiene la doble ‘b’ en los casos en los que el prefijo ‘sub-‘ se une a un término cuya primera letra es otra ‘b’, excepto en las voces asentadas subranquial y subrigadier, en las que sí se ha simplificado la doble consonante.

Se recuerda que no es apropiado el uso del guion (como sub-bético, sub-boreal o sub-base) pues, como norma general, los prefijos que se aplican a una palabra han de ir unidos a ella.

Fuente