[Hum}– Elemental, hijo mío

Un niño está resolviendo un crucigrama, y le pregunta al padre:

—Papi: órgano sexual femenino, de cuatro letras.

El padre se queda pensando:

—¿Vertical u horizontal?

—Horizontal.

El padre se queda de nuevo pensando y exclama:

—Está claro, ¡boca!

[LE}– Pesas y medidas, claves de redacción

25-10-2017

Con motivo de la aprobación de las nuevas definiciones de unidades físicas por la Conferencia General de Pesas y Medidas, se ofrecen a continuación una serie de claves:

1. Nombre del organismo. A la entidad responsable de normalizar las mediciones físicas se la conoce también como Conferencia General de Pesos y Medidas (es decir, con Pesos en lugar de Pesas), forma igualmente válida. Su sigla en español es, como en francés, CGPM.

2. Nombres de unidades. Los nombres de unidades físicas se escriben en minúscula, incluso si derivan de nombres propios: el amperio, el kilogramo, el mol, el julio…

Cuando existe forma española del nombre, es preferible ésta a la inglesa o francesa: voltio mejor que volt, vatio mejor que watt, ohmio mejor que ohm. En el caso del amperio, el Diccionario Académico admite también la variante ampere, escrita sin acento (no ampère) y en redonda.

La unidad de temperatura se llama kelvin, no grado kelvin, y su símbolo es K, no °K.

3. Símbolos de unidades. El símbolo del kilogramo es kg, sin punto y siempre en minúscula, incluso si se emplea en contextos escritos íntegramente en mayúscula, como en los titulares. Tampoco es adecuada la grafía Kg, con la letra k en mayúscula.

4. Nombres de isótopos y otros conceptos. Según las normas internacionales de nomenclatura química, los isótopos se nombran con la denominación del átomo seguido inmediatamente de un guion y su masa atómica: silicio-28 puro, y no silicio puro-28 ni silicio puro 28.

La constante universal que servirá para la medida del kilogramo se llama constante de Planck, con constante en minúscula y con el nombre del físico acabado en ck (no Plank). El instrumento para la medición es la balanza de Watt, con balanza en minúscula.

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[Hum}– El anillo perdido

Una celebración de boda, al aire libre. El novio le había regalado a la novia un anillo muy caro, y como le quedaba un poco grande se le salió del dedo y lo perdió.

Dado el valor de la joya llamaron a la Policía que se puso a buscarlo y o encontró en el dedo de un chico que “estaba por allí”. Interrogado al respecto, el chico le dijo a la Policía que el anillo era suyo porque tenía por dentro un letrero que decía »Tuyo para siempre».

[LE}– ´Sentémonos’ y no ‘sentémosnos’

26-10-2017

La primera persona del plural del presente de subjuntivo (sentemos, dejemos, pongamos…) pierde la ese final cuando se le añade el pronombre nos: sentémonos, dejémonos, pongámonos…

Sin embargo, no es raro encontrar en los medios de comunicación, sobre todo en los audiovisuales, frases como

  • «Sentémosnos y dialoguemos»,
  • «Pongamosnos en el lugar del otro» o
  • «Dejémosnos de quejarnos por todo».

Como explica la Gramática, «el morfema de persona y número de la primera persona del plural –mos, pierde la -s- en estos casos ante el pronombre enclítico -nos». Esto no sucede, sin embargo, ante los demás pronombres: sentémosla, dejémoslo o pongámosle.

Además, tras añadir el pronombre, estas formas verbales se convierten en palabras esdrújulas, por lo que siempre llevan tilde.

Así, lo adecuado correcto en los ejemplos anteriores habría sido escribir: 

  • «Sentémonos y dialoguemos»,
  • «Pongámonos en el lugar del otro» y
  • «Dejémonos de quejarnos por todo».

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[Hum}– El rol de la mujer

Se dice que Aristóteles, mientras paseaba con sus alumnos por un huerto impartiéndoles una clase, se encontró, al doblar un recodo del sendero, con un árbol del que pendía el cuerpo de una mujer que se había ahorcado. Se detuvo en seco, se volvió a sus alumnos, y, señalando el cuerpo sin vida de la mujer, les dijo:

«¡El mundo sería un mejor lugar si todos los árboles dieran de este fruto!»

Tal parece que los kuwaitíes hubieran aprendido esta importante lección, pues cuando algunos años antes de la Guerra del Golfo Barbara Walters trabajó en Kuwait en el estudio de la evolución de los sexos en ese país, notó que las mujeres caminaban siembre unos tres metros detrás de sus maridos, pero cuando Bárbara regresó a Kuwait recientemente observó con satisfacción que ahora los hombres caminaban varios metros detrás de sus esposas. Sorprendida, y deseosa de tener más detalles sobre este cambio, se acercó a una y le dijo:

«¡Esto es maravilloso! ¿Qué ha pasado para que la mujer haya logrado este cambio de roles tan importante?»

La mujer kuwaití respondió lacónicamente:

«Minas terrestres”

[LE}– ‘Bumerán’ o ‘búmeran’, hispanización de ‘boomerang’

24-10-2017

Bumerán o búmeran, y no bumerang, son las adaptaciones recomendadas de la voz inglesa boomerang.

En los medios de comunicación es habitual encontrar tanto la grafía bumerang como el sustantivo inglés boomerang

  • «El ‘efecto boomerang’ que puede producir el boicot a los productos catalanes» o
  • «Una medida implantada en los años setenta para luchar contra la superpoblación con efecto bumerang».

Se desaconseja la grafía bumerang porque, tal y como señala el Diccionario Panhispánico de Dudas, es una forma híbrida, que no es ni inglesa ni española.

Por otra parte, la hispanización de boomerang presenta dos acentuaciones válidas: en algunos países, como Argentina, Ecuador o México, se prefiere la esdrújula búmeran; mientras que en España y en otras zonas de América predomina la aguda bumerán.

El plural de la forma esdrújula es invariable, los búmeran, mientras que el de la forma aguda es regular: los bumeranes.

Se recuerda además que la expresión efecto bumerán (o búmeran), ampliamente asentada y recogida en el Diccionario Académico con el significado de ‘resultado de una acción que se vuelve contra su autor’, no necesita ser destacada en cursiva ni entrecomillada.

Así pues, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir

  • «El efecto bumerán que puede producir el boicot a los productos catalanes» y
  • «Una medida implantada en los años setenta para luchar contra la superpoblación con efecto búmeran».

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[Hum}– Mal aspecto

Un matrimonio visita al médico. Tras examinar a la mujer, el médico le dice al marido:

”La verdad es que no me gusta el aspecto de su esposa”

”Ni a mí, doctor, pero es que su padre es rico”