[LE}– ´Sentémonos’ y no ‘sentémosnos’

26-10-2017

La primera persona del plural del presente de subjuntivo (sentemos, dejemos, pongamos…) pierde la ese final cuando se le añade el pronombre nos: sentémonos, dejémonos, pongámonos…

Sin embargo, no es raro encontrar en los medios de comunicación, sobre todo en los audiovisuales, frases como

  • «Sentémosnos y dialoguemos»,
  • «Pongamosnos en el lugar del otro» o
  • «Dejémosnos de quejarnos por todo».

Como explica la Gramática, «el morfema de persona y número de la primera persona del plural –mos, pierde la -s- en estos casos ante el pronombre enclítico -nos». Esto no sucede, sin embargo, ante los demás pronombres: sentémosla, dejémoslo o pongámosle.

Además, tras añadir el pronombre, estas formas verbales se convierten en palabras esdrújulas, por lo que siempre llevan tilde.

Así, lo adecuado correcto en los ejemplos anteriores habría sido escribir: 

  • «Sentémonos y dialoguemos»,
  • «Pongámonos en el lugar del otro» y
  • «Dejémonos de quejarnos por todo».

Fuente

[Hum}– El rol de la mujer

Se dice que Aristóteles, mientras paseaba con sus alumnos por un huerto impartiéndoles una clase, se encontró, al doblar un recodo del sendero, con un árbol del que pendía el cuerpo de una mujer que se había ahorcado. Se detuvo en seco, se volvió a sus alumnos, y, señalando el cuerpo sin vida de la mujer, les dijo:

«¡El mundo sería un mejor lugar si todos los árboles dieran de este fruto!»

Tal parece que los kuwaitíes hubieran aprendido esta importante lección, pues cuando algunos años antes de la Guerra del Golfo Barbara Walters trabajó en Kuwait en el estudio de la evolución de los sexos en ese país, notó que las mujeres caminaban siembre unos tres metros detrás de sus maridos, pero cuando Bárbara regresó a Kuwait recientemente observó con satisfacción que ahora los hombres caminaban varios metros detrás de sus esposas. Sorprendida, y deseosa de tener más detalles sobre este cambio, se acercó a una y le dijo:

«¡Esto es maravilloso! ¿Qué ha pasado para que la mujer haya logrado este cambio de roles tan importante?»

La mujer kuwaití respondió lacónicamente:

«Minas terrestres”