[*Opino}– Titular en LibertadDigital.es: “Banco Sabadell estudia trasladar el despacho del presidente y la alta dirección a Madrid”.

Titular en LibertadDigital.es: “Banco Sabadell estudia trasladar el despacho del presidente y la alta dirección a Madrid”.

Comoquiera que Madrid se refiere al lugar de traslado y no a la alta dirección, lo que debieron escribir pero no escribieron es: “Banco Sabadell estudia trasladar a Madrid el despacho del presidente y la alta dirección”.

[LE}– Sólo se logra, alcanza o consigue algo deseado

25-09-2017

Los verbos lograr, alcanzar o conseguir se emplean para referirse a la consecución de algo que se desea, no para un resultado negativo.

En los medios es frecuente encontrar frases como 

  • «La canciller quedó por delante del socialdemócrata Martin Schulz, cuyo partido, el SPD, consiguió su peor resultado desde 1945»,
  • «La izquierda ha logrado la pérdida de apoyos en Europa» o
  • «Los estudiantes han logrado suspender la mayoría de los exámenes».

Lograr, al igual que otros verbos, como conseguir y alcanzar, significa ‘conseguir lo que se intenta o desea’, por lo que no es coherente emplearlo con resultados que frustran ese deseo, si no es de forma irónica, como en «He logrado suspender en todas las asignaturas».

Así, en los ejemplos anteriores lo correcto habría sido preferible escribir

  • «La canciller quedó por delante del socialdemócrata Martin Schulz, cuyo partido, el SPD, sufrió/encajó/tuvo su peor resultado desde 1945»,
  • «La izquierda ha perdido apoyos en Europa» y
  • «Los estudiantes han suspendido la mayoría de los exámenes».

Fuente

[Hum}– El abogado cazador

Un abogado fue de cacería al campo y tuvo la suerte de bajar un pato con el primer tiro.

La pena es que el pato cayó en el medio de un sembradío que estaba cercad. Ya el abogado se trepaba a la cerca cuando se le acercó un viejo granjero en su tractor.

—¿Qué esta haciendo? Ésta es mi tierra.

—Bueno, lo que pasa es que cacé un pato y cayó en su tierra.

—Lo siento, pero no puede llevárselo—, le dijo el granjero.

—Soy un gran abogado. Le voy a hacer un pleito y voy a quedarme hasta con su tierra si no me deja entrar a recoger mi pato—, amenazó el abogado.

—Aquí en el campo resolvemos las cosas de otra manera— le informó el viejo—: aplicamos la Regla de las Tres Patadas.

—¿Y cómo es la Regla de las Tres Patadas?—, preguntó el abogado.

El viejo replicó:

—Yo lo pateo a usted tres veces; usted me patea tres veces; yo lo vuelvo a patear, y así hasta que uno de los dos se dé por vencido.

El abogado, viendo que el granjero era viejo y que él estaba en forma, aceptó las reglas.

—Está bien, empecemos—, dijo el abogado.

El granjero se bajó del tractor y, sin más, con sus duras botas de trabajo le dio una tremenda patada en la rodilla al abogado; antes de que se doblara, le encajó otra en los huevos, y cuando el abogado se retorcía de dolor, le encajó un soberano patadón en el culo.

Al cabo de 5 minutos, el abogado, con mucho esfuerzo, se levantó y dijo, saboreando anticipadamente la venganza:

—Ahora me toca a mí

—No se moleste— le contestó el viejo—, llévese su pato. Me doy por vencido.