Una pareja que va de paseo, decide, en plena calentura, meterse en un cementerio a hacer el amor. Él pone a la chica sobre una lápida y empiezan la faena. Después de unos veinte minutos, concluido ya el acto, deciden irse.
Al día siguiente, la muchacha tiene unos dolores terribles en la cintura y las caderas, pero no les hace mucho caso, hasta el tercer día, en que no aguanta los dolores y decide ir a visitar al médico.
Ya en el consultorio, el doctor le pide que se desvista y se voltee para examinarla. Al terminar la revisión, el médico le pregunta, algo inquieto:
—Y dígame, señorita, ¿cuántos años tiene usted?
—Tengo 26, ¿por qué? ¿es algo grave?
—No lo sé, pero en sus nalgas dice que usted murió en 1812.
