[LE}– ‘Moda pronta’, mejor que ‘fast fashion’

24-07-2017

La expresión moda pronta, que ya cuenta con uso en español, es una alternativa válida para la denominación inglesa fast fashion.

En los medios de moda y tendencias es frecuente ver esta expresión empleada para aludir a un tipo de moda que se produce y comercializa rápidamente: una temprana identificación de las tendencias, una producción en serie, normalmente a bajo coste, y una vida corta, de apenas una temporada, pero muy intensa.

Así, se pueden encontrar ejemplos como

  • «La estrategia online de Zara consagra la marca dentro del fast fashion»,
  • «Uniqlo va calentando motores con su esperadísimo producto de alta calidad y funcional, alejado del fast fashion» o
  • «Así fueron las primeras tiendas de los gigantes del fast fashion».

La alternativa española moda pronta ya cuenta con uso para denominar a este mismo concepto, como en «Comprar, usar y tirar. La filosofía de la moda pronta que cambia de un mes a otro ha acabado por imponerse». Por ello, esta expresión resulta preferible al anglicismo.

Además, otras alternativas como moda rápida también son válidas. Si, por el contrario, se opta por emplear el anglicismo, lo adecuado es escribirlo con letra cursiva o entrecomillado.

Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible optar por

  • «La estrategia online de Zara consagra la marca dentro de la moda pronta»,
  • «Uniqlo va calentando motores con su esperadísimo producto de alta calidad y funcional, alejado de la moda rápida» y
  • «Así fueron las primeras tiendas de los gigantes de la moda pronta».

Fuente

[Hum}– La confesión

– Padre, perdóneme porque he pecado. (voz femenina)
– Dime, hija, ¿cuáles son tus pecados?
– Padre, el demonio de la tentación se apoderó de mí, pobre pecadora.
– ¿Cómo es eso, hija?
– Es que cuando hablo con un hombre tengo sensaciones en el cuerpo que  no sé como describirlas.
– Hija, por favor, que también soy un hombre…
– Sí, Padre, por eso vine a confesarme con usted
– Bueno, hija, ¿y cómo son esas sensaciones?
– No sé cómo explicarlas. Por ejemplo, ahora mi cuerpo se rebela a estar de rodillas y necesito ponerme más cómoda
– ¿En serio? – Sí, quiero relajarme y quedarme tendida
– Hija, ¿tendida cómo?

– De espaldas al piso, hasta que se me pase la tensión
– ¿Y qué más?
– Es como que tengo un sufrimiento al que no le encuentro acomodo
– ¿Y qué más?
– Como que espero un poco de calor que me alivie
– ¿Calor?
– Calor, Padre, calor humano, que lleve alivio a mi padecer
– ¿Y qué tan frecuente es esa tentación?
– Permanente, Padre. Por ejemplo, ahora me imagino que sus manos sobre mi piel me darían mucho alivio
– ¡Hija!
– Sí, Padre, perdóneme, pero me urge que alguien fuerte me estruje entre sus brazos y me dé el alivio que necesito
– ¿Por ejemplo, yo?
– Por ejemplo, Padre. ¡Usted es la clase de hombre que imagino que me puede aliviar!.
– Perdóname, hija mía, pero necesito saber tu edad
– Setenta y cuatro, Padre.
– Hija, ve en paz, que lo tuyo es reumatismo.