Una abuela y su nieta van a una librería a buscar libros, y la nieta se queda perpleja cuando oye a su abuela pedir a la dependienta una novela erótica:
—Pero, abuela —le dice—, ¿a ti no te gustaban sólo los libros de Historia?
—Claro, hija —responde la abuela—, pero es que a mi edad todo eso es ya Historia Antigua
