Un zoológico español había comprado un gorila hembra de una especie rara. Tras unas semanas, la gorila se volvió irritable y difícil de manejar.
Después de examinarla, el veterinario determinó que estaba en celo, lo cual era un gran problema ya que no había disponible ningún macho de esa especie.
Tras pensarlo detenidamente, el administrador del zoológico reparó en Paco, un gallego encargado de limpiar las jaulas. Paco tenía reputación de que, por lo bien dotado, podía satisfacer bien a cualquier mujer, y, como no parecía muy listo, tal vez podrían convencerlo de que le hiciera el favor a la gorila. Así que le propusieron:
—¿Aceptarías hacerlo con la gorila por 500 euros?
Paco dijo que podría interesarle, pero que necesitaba pensarlo un poco.
Al día siguiente,dijo que aceptaba, pero con tres condiciones:
—Primero, nada de besos. Segundo, no quiero saber nada de hijos.
—¡De acuerdo! —dijo de inmediato el administrador—. Pero, ¿cuál es la tercera?
—Bueno,… ¡que necesito por lo menos otra semana para juntar los 500 euros!
