Un hombre y una mujer que bebían juntos en un bar entablaron una discusión acerca de quién, si el hombre o la mujer, disfrutaba más del sexo.
El hombre dijo:
—Es obvio que los hombres disfrutamos más. ¿Cómo, si no, puede explicarse nuestra obsesión por el sexo?
—Eso no significa nada— contestó la mujer—. Si no, analiza esto: cuando te pica el oído te metes el dedo, lo giras, lo sacas y vuelves a repetir. ¿Cuál crees que disfruta más eso, el oído o el dedo?
