[*UA}– Lo que hasta hoy fue el post ‘Necrología IBM’ es ahora la sección ‘IBM. Necrología’

“Necrología IBM”, el post en el que desde hace años he reportado la muerte de muchos exIBMistas, creció tanto que ya daba problemas al abrir, pues tenía 149 obituarios.

Ante esto opté por convertirlo en una sección titulada “IBM. Necrología” y dentro de ella hacer un post con cada una de las notas necrológicas; por tanto, esa sección tiene al momento 150 de tales notas.

De este modo será más fácil su manejo, y los comentarios relativos a algún deceso aparecerán al final del reporte correspondiente.

Los comentarios que en el ya desaparecido post “Necrología IBM” fueron hechos hasta el 31/12/2015, están ahora, formando ellos un post, al final de la sección “IBM. Necrología

Si al comenzar clicando en alguno de los dos enlaces resaltados arriba en azul no logras ver la foto del difunto que andas bucando, haz esto:

1. Entra a PADRONEL.

2. Ve a la columna SECCIONES, que está en el extremo derecho.

3. Clica en «IBM. Necrología«,

4. Y abre luego el post que por título tenga el nombre del difunto cuyos datos quieras ver.

[*IBM}– Palabras que se agradecen

27-04-2016

Carlos M. Padrón

Varias veces he dicho en este blog que no me gustan las redes sociales, y sabido es de todos que acerca de gustos y colores….

Por tanto, no uso Facebook. Pero Chepina —mi mujer y también exIBMista, como yo— sí lo usa, y me ha mandado por e-mail algo que el exIBMista Armando Expósito ha puesto en su muro de Facebook.

Lo escrito por Armando termina con este párrafo, a guisa de post data: “P.D. A mi primer gran maestro en IBM, Carlos Padrón, le pido mil disculpas por los errores ortográficos de este post, que se los puedo achacar a los correctores electrónicos fallidos, y por los de sintaxis, que de verdad no tengo forma ni manera de disculparme por ellos”.

Armando, tales supuestos errores (los más, atribuibles a que, como vives en USA, usas un teclado en inglés) sólo son relevantes cuando alteran el contenido, cosa que no ha ocurrido en este caso.

Esto es lo que Armando Expósito publicó en su muro de Facebook:

«Amigos, decidí revisar los posts de este año, y la verdad es que ha sido uno muy triste para la familia IBM. Muchos de nuestros compañeros han partido y nos han dejado, además del dolor, un vacío grande y muchas reflexiones vivas en nuestras mentes. Reconforta leer los mensajes de condolencias que emitimos con nuestros mejores deseos, y mensajes de apoyo para sus familias.

Evidentemente, aún en su ausencia física, estos compañeros siguen acá, pues todos podemos recordar momentos de alegría, de admiración y de respeto hacia ellos. Momentos donde su influencia en nosotros fue determinante no sólo como profesionales de IBM, sino además, y en muchos casos, como personas también. Tal vez nos queda el mal sabor de no habers podido decirles en persona lo que sentimos profundamente en nuestros corazones.

Por ello, decidí entonces enviarle a todos ustedes un mensaje de profundo agradecimiento, cariño y respeto. Quiero aprovechar esta creación del chamo Zuckerberg, (cuyo punto débil más evidente es no haber sido parte de la familia IBM) y decirles lo que espero poder tener el tiempo y la oportunidad para decirles en persona. Puedo decir sin temor a equivocarme que IBM fue mi escuela profesionalmente hablando y ustedes mis maestros en la profesión y en la vida. Mi cariño, mis respetos, y mil gracias a todos.

P.D. A mi primer gran maestro en IBM, Carlos Padrón, le pido mil disculpas por los errores ortográficos de este post, que se los puedo achacar a los correctores electrónicos fallidos, y por los de sintaxis, que de verdad no tengo forma ni manera de disculparme por ellos».

Gracias, Armando: las satisfacciones saben mejor cuando no se esperan. Todavía recuerdo que, al final de nuestra primera entrevista en IBM de Venezuela, me dijiste: “Contráteme, que no se arrepentirá”. Y así fue, pues nunca vi ni supe que dieras motivos para que yo me arrepintiera; al contrario.

[*Opino}– De los problemas de Apple con su iPhone, su ‘gallina de los huevos de oro’

27-04-2016

Carlos M. Padrón

¡Vaya, vaya! Parece que el autor del artículo que copio abajo se dio cuenta, después que yo, de lo que está pasando con los smartphones.

Y parece que, ante los resultados obtenidos, Apple se ha dado cuenta también.

En el post El mercado actual de los ‘smartphones’, o teléfonos inteligentes ya dije lo que abajo se dice, tal vez con diferentes palabras pero con el mismo sentido:

  • Que las novedades son pocas e irrelevantes.
  • Que a los propietarios de teléfonos celulares inteligentes que tengan menos de dos años constatan que para el uso que cada día le dan a su smartphone, lo que éste ofrece es más que suficiente
  • Que a los usuarios les trae ya sin cuidado si el procesador de turno escogido para el último teléfono es un Qualcomm Snapdragon 820 o un Kirin 955. Ni tan siquiera son conscientes de una mayor resolución en la pantalla.
  • Que lo que los usuarios quieren es que su celular cumpla con sus necesidades básicas, que no son otras que las que enumeré en el post referido arriba.

Entonces, pregunto de nuevo, ¿por qué pagar por un celular “de marca”, sin doble SIM y bloqueado, más del doble de lo que cuesta uno chino con mejores prestaciones? ¿Por qué amarrarse a un iPhone si lo que impera en el mercado es Android?

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27/04/2016

J. M. Sánchez

Apple se despide de la gallina de los huevos de oro: el iPhone

Es más que evidente que nada dura eternamente. El negocio de la venta de teléfonos celulares inteligentes (smartphones), en donde el margen de beneficio de los fabricantes es corto en muchos casos, ha vivido en los últimos años un espectacular crecimiento.

El producto estrella de la electrónica de consumo ha tenido un gran impacto en la sociedad y en los balances de las empresas del sector, pero comienzan a tambalearse los cimientos. Se le apreciaba indemne ante cualquier situación, pero Apple ha tenido su primer tropiezo en los nueve años de vida del iPhone, que genera el 63% de los ingresos de la compañía.

Esa excesiva dependencia de un único producto ha provocado que, en medio de la tormenta, el gigante useño manifieste su primera caída desde 2003.

Tras innumerables temporadas marcadas por los récords constantes, las ventas de iPhone han caído, por primera vez, en su trayectoria, pasando de 61 millones de unidades vendidas, a los 51.2 millones registrados en el último trimestre, el equivalente a una reducción del 61% en comparación con el año pasado. Es un varapalo, pero muestra una tendencia que se replica en otras compañías.

El negocio del celular inteligente ya no es tan rentable como antes, y a esa falta de rentabilidad se le une un mercado global en retroceso. Según la firma de análisis de mercado Gartner, el mercado del «smartphone» creció en 2015 en un 9.7%, pero representa un aumento inferior en comparación con otros años dominados por el doble dígito.

Ni la llegada del reciente iPhone SE, que ha roto la tradicional estrategia llevada a cabo por Apple con su producto estrella (suele actualizarse cada año en otoño), ha permitido incentivar el consumo. Este dispositivo, de 4 pulgadas de pantalla y que incorpora un «collage» de innovaciones presentadas en los últimos tiempos por la marca, no ha tenido el impacto esperado.

Parecía estar destinado a ser un celular de entrada, orientado a un público de masas, y un ataque a otros mercados como la India, que comienza a desplazar a China en lo relativo a consumo de «smartphones».

Feroz competencia de Android

Precisamente, una de las claves del retroceso de Apple se debe, en parte, al auge de nuevos dispositivos celulares de bajo coste y la desaceleración del mercado chino, que ha empezado a lastrar las economías mundiales.

De hecho, es en China donde ha pinchado más estrepitosamente. Este mercado ha experimentado una reducción del 26% en comparación al año anterior. Las ventas de sus terminales en determinados mercados están saturadas, y conseguir el mismo resultado del iPhone 6 (lanzado en 2014) provoca un escenario difícil de sostener, máxime a la ardua competencia de los dispositivos basados en el sistema operativo Android que ha permitido reducir el precio de los «smartphones» por debajo de los 200 euros, incluso de los 100 euros.

Subyace tras este comportamiento una constante en los últimos años: la curva de innovación de los «smartphones» ya no está tan pronunciada. La percepción de muchos usuarios es que, a estas alturas, el «punch» de novedades es tan reducido que no justifica una actualización anual del terminal.

Al igual que sucede en el mercado de las tabletas, los propietarios de teléfonos celulares inteligentes de menos de dos años (independientemente de la gama) constatan que el uso que le dan cada día es más que suficiente para las prestaciones del mismo.

Con la salvedad de los fanáticos de la marca useña o de los consumidores calificados como «early adopters», la mayoría no se fijan en las características del producto. Les trae sin cuidado si el procesador de turno escogido para el último teléfono es un Qualcomm Snapdragon 820 o un Kirin 955. Ni tan siquiera son conscientes de una mayor resolución en la pantalla, que, por cierto, se ha llegado a un punto imperceptible para el ojo humano, como esos paneles que obtienen el nuevo estándar a perseguir en televisión, el 4K.

El iPhone 7 como revulsivo

Desean, en efecto, un terminal que les entre por los ojos, que cumpla con sus necesidades básicas (mandar mensajes, consultar aplicaciones populares como WhatsApp o Facebook, realizar llamadas, acceder a internet y jugar algún que otro juego de moda). Y el nivel obtenido por muchos dispositivos es tal que la gama media ha atrapado a los «smartphones» de gama alta.

Entre septiembre u octubre se espera la presentación del nuevo iPhone, que, en caso de mantener la tradición, se denominará iPhone 7. Y, según los rumores y filtraciones, supondrá un gran avance tanto a nivel estético como interno, lo que podría incentivar su consumo en el mercado.

Apple necesita, pues, un dispositivo revolucionario, totalmente innovador, un revulsivo, que represente los valores de la compañía como líder en este segmento y que, de nuevo, haga rejuvenecer a su gallina de los huevos de oro.

Fuente