En una entrevista de selección de abogados para una empresa, el jefe de personal le dijo a uno de los aspirantes al puesto de trabajo:
—Como usted comprenderá, en una empresa como ésta se requiere un alto nivel ético. ¿Se considera usted un abogado honesto?
—¿Honesto? —replicó el abogado candidato—. Permítame usted que le diga algo sobre la honestidad. Cuando yo empecé a estudiar Derecho mi padre me prestó 15.000 euros para que yo pudiera pagar mis estudios, y yo le devolví hasta el último céntimo cuando tuve mi primer caso.
—Realmente impresionante —replicó el jefe de personal—. ¿Y de qué tipo de caso se trataba?
El abogado se revolvió un poco en su silla y contestó:
—Bueno, mi padre me reclamó judicialmente el dinero que me había prestado.
