Una pareja de mexicanos, marido y mujer, se fueron a Europa de vacaciones. En la aduana de Alemania, el esposo, que conoce el idioma, hacía todos los trámites, y conversaba en alemán con el empleado de migración.
—Buenos días, señor. Sus papeles.
—Aquí los tiene, señor
La mujer, que no entendía nada, preguntaba:
—Mi amor, ¿qué dijo?
—Me pidió los papeles.
Continúa el funcionario, en alemán:
—¿De dónde vienen, señor?
—De Monclova, Coahuila, México.
Nuevamente insiste la mujer:
—Mi amor, ¿qué dijo?
—Pregunta de dónde venimos.
El funcionario comenta entonces:
—¡México! Una vez estuve allí. Conocí a una señora que era insoportable; no me dejaba en paz. Además, ¡tuve con ella el peor sexo de mi vida!
—¿Qué dijo, mi amor?—, insiste la mujer.
—¡Que este tipo te conoce!
