[LE}– Usos de ‘oír’ y ‘escuchar’

2016-01-11

El vocablo escuchar significa ‘poner atención o aplicar el oído para oír [algo o a alguien]’. Por tanto, la acción de escuchar es voluntaria e implica intención por parte del sujeto, a diferencia de oír, que significa, sin más, ‘percibir por el oído [un sonido] o lo que [alguien] dice’.

Así, podemos hacer un esfuerzo para escuchar una conversación ajena que apenas oímos, pero oímos una voz repentina e inesperada que no nos da tiempo a escuchar.

Señala el DPD (Diccionario panhispánico de dudas) que oír tiene un significado más general que escuchar y que por ello casi siempre puede usarse en lugar de éste, algo que ocurría ya en el español clásico y sigue ocurriendo hoy.

También considera que es menos justificable el empleo de escuchar en lugar de oír para referirse simplemente a la acción de percibir un sonido a través del oído, pero explica:

  • “Es uso que también existe desde época clásica y sigue vigente hoy, en autores de prestigio, especialmente americanos, por lo que no cabe su censura”.

Autores como José Martínez de Sousa prefieren mantener la distinción entre oír y escuchar. Así el DUDEA (Diccionario de usos y dudas del español actual) bajo «oír», dice:

  • “Obsérvese que para oír basta tener sano el oído […].  Sin embargo, escuchar presupone el esfuerzo adicional de prestar atención, de «querer oír» los sonidos que llegan”.

Coincide con la censura el DUCE (Diccionario de los usos correctos del español), que considera incorrecto el siguiente ejemplo:

  • “Hable más alto que no la escucho”.

También Seco en el DDDLE (Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española) bajo «escuchar» considera deseable distinguir ambas palabras para expresarse con precisión, aunque matiza:

  • “Esta conveniencia no debe llevarnos al extremo de condenar un desplazamiento semántico bastante arraigado en el idioma y su nivel culto”

Y da como ejemplo la Égloga III, de Garcilaso:

  • “En el silencio sólo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba”.

A menudo, la elección entre ambas palabras depende de combinaciones más o menos establecidas, y puede haber preferencias concretas según el país o lugar.

El uso de oír con los dos sentidos de ‘percibir por el oído’ y de ‘prestar atención’ ya se da desde el étimo latino (audire), y con este segundo sentido se han formado desde antiguo palabras y giros como oyente, audiencia o derecho a ser oído, y para pedir que alguien preste atención se suele decir ¡oye!

El verbo escuchar a menudo tiene el matiz de ‘hacer caso’, que también tenía el étimo latino (ascultare):

“Le dije que no tenía que pisar tanto el acelerador, pero no me escuchó”.

Fuente

Deja un comentario