[*Opino}– La cerveza, el vino y la salud

23/11/15

Carlos M. Padrón

El artículo que copio abajo deja muy claro que si el vino es bueno para la salud es por los polifenoles que contiene, y que el tinto contiene más polifenoles que el blanco, lo cual me reafirma en mi creencia de que, por definición, antonomasia y tradición bíblica, el vino ha de ser tinto. Los de otros colores y sus derivados son simples adulteraciones, siendo la peor la champaña.

Y lo de que con pescado ha de beberse vino blanco es uno esos inventos idiotas como que para el pescado debe usarse un cuchillo diferente al que su usa para la carne, que los cubiertos van en determinado lado del plato y en determinado orden y otras estupideces.

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23/11/2015

¿Vino o cerveza? ¿Qué es mejor para la salud?

¿Eres más de vino o de cerveza? Al margen de dejarnos llevar por el gusto que ambas le dan al paladar, consumir estas bebidas lleva aparejado unos efectos intrínsecos en la salud.

Preguntas como ¿cuál de las dos engorda más? o ¿qué nivel de resaca tendré al día siguiente con cada una de ellas? son algunas de las preguntas a las que ha tratado de dar respuesta Mack Mitchell, del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern con un estudio en el que pidió a un grupo de 15 hombres que tomaran ciertas bebidas en diferentes días.

El investigador se aseguró de que el contenido alcohólico fuera proporcional al peso corporal de cada uno de ellos y que bebieran al mismo ritmo durante 20 minutos. Los resultados revelan algunos datos interesantes que no está de más que se tengan en cuenta a la hora elegir la bebida que vaya a acompañar a la comida.

Los licores entraron al torrente sanguíneo más rápidamente, seguido del vino que lo hizo 54 minutos después y de la cerveza que hizo su efecto en sangre a los 62 minutos tras terminar de beberla.

Otro dato curioso es cómo afectan ambas a la ganancia de peso.

Los autores del estudio revisaron varios trabajos en torno a este tema concluyendo que cuando, se consume de forma moderada, la diferencia en este sentido parece ser mínima además de no producirse una ganancia de peso a corto plazo.

Sin embargo, los autores notaron que el período más largo en el cual se había valorado este aspecto había sido de diez semanas, razón por la que no se haya notado una ganancia de peso notable. En cualquier caso, los investigadores aseguran que incluso en ese período la ganancia de peso de un kilo se hubiera traducido en una barriga cervecera de 25 kg en cinco años.

En cuanto al tema de la resaca los investigadores no han llegado a ninguna conclusión, un tema que interesa, y mucho, a la mayoría de consumidores. Al parecer, los congéneres, unas moléculas orgánicas que le dan a cada bebida su sabor y aroma únicos, son las responsables del efecto «resaca» provocando dolores de cabeza y náuseas que suelen aparecer al día siguiente.

En general, se cree que las bebidas oscuras tienen más concentración de estas moléculas, pero hasta el momento no hay datos que puedan establecer una diferencia clara. En cuanto al vino y la cerveza los efectos son muy parecidos.

¿Cuál es mejor para la salud?

A la pregunta de cuál es mejor para la salud, la respuesta radica en los polifenoles, sustancia que se encuentra en gran concentración en el vino tinto y que tiene efectos beneficiosos para la salud cardiovascular.

La cerveza contiene polifenoles, pero en concentraciones menores y más parecidas a las del vino blanco. En este sentido, el vino tinto se lleva el premio al más saludable.

Si comparamos todos los datos recogidos podríamos concluir que el vino ofrece beneficios más destacados para la salud en general.

[LE}– Cuarenta palabras desvanecidas

20 NOV 2015

Álex Grijelmo

40 palabras desvanecidas

Ninguna palabra muere, pero algunas se desvanecen por las modas o por la desaparición de los objetos que nombran. Pasan de ocupar un lugar habitual en el vocabulario de todos, a refugiarse en el de sólo algunos, y quizás ya muy espaciadas.

La relación que aquí se ofrece no es científica, sino solamente intuitiva y, por tanto, discutible. Algunos lectores descubrirán en ella vocablos desconocidos, y otros se reencontrarán con muchos recuerdos.

He aquí 40 palabras que los españoles hemos ido arrinconando en los últimos 40 años. Los términos y los comentarios se ciñen al español de España.

A

aviador. La persona “que gobierna un aparato de aviación, especialmente si está provista de licencia para ello”. Pero nadie dice ahora: “El aviador nos avisó de que retrasaba el despegue”.

anorak. “Prenda impermeable con capucha”. Ha ido dejando paso a “chubasquero” y a “plumas”. Tiene origen esquimal.

ambigú. Del francés ambigu. El bar de un cine o un teatro. Se usó desde principios del siglo XX. Ahora decimos “vamos al bar en el descanso”, pero a nuestros abuelos les pareció más elegante “ambigú”.

B

baby-sitter. La persona que cuida niños por horas dio un salto, desde el inglés al español, como buen “canguro”. Y ésta fue una buena alternativa del genio del idioma, siempre lento pero eficaz.

búnker, el. Palabra de aquel lenguaje bélico que luego se pacificaría durante la Transición. Pero sus repuestos no resultaron menos precisos: “la caverna”, “la ultraderecha”, “los fachas”.

borceguí. Aunque sobrevive en América, nadie dice en España “borceguí” desde que falleció el gran narrador Matías Prats (padre). Ahora unos se atan las botas y otros se las ponen.

C

cabás. “Ande vas con el cabás” se decía cuando alguien se las daba de sobrado. Del francés cabas, nombraba la cartera en forma de caja que llevaban los escolares. Quizá con un plumier dentro.

carroza. Se le arrojaba esta palabra a un viejo que pretendía parecer joven. Aquella actitud que antes mereció tal insulto se promueve ahora desde la publicidad.

carca. Cruce de la abreviación de “carcamal” (persona decrépita) con “carcunda” (el de actitudes retrógradas). El carca era feliz en su propia carcasa (pieza rígida que protege lo que contiene).

cochera. Lugar donde se dejaban los coches, generalmente anejo a la casa. Algunos autos se siguen guardando en el mismo sitio, pero éste se llama “parking”, “aparcamiento” o “plaza de garaje”.

conjuntero. Los miembros de un grupo musical se conocían como “conjunteros”. “Toco en un conjunto”, se decía. Conjuntaran o no conjuntaran.

comediscos. Un tipo de tocadiscos portátil con una ranura por la cual se introducía el vinilo para que sonase la música. El aparato se comía sólo el disco.

D

dandi. Llegó al Diccionario en 1927 desde el inglés dandy pero como término despectivo (petimetre, lechuguino y pisaverde). Más tarde pasó a significar “elegante”, y así se acuñó ya en 1983.

E

elepé. De las siglas LP (long play o larga duración). Eran los discos grandes de vinilo, para diferenciarlos de los pequeños.

F

fielato. La caseta donde se cobraban los aranceles por el trasiego de productos o ganado entre municipios. Quedan en pie algunas, pero de aquellos tributos más vale no hablar, por no dar ideas.

filmina. De film (película). El fotograma que se proyectaba sobre una pantalla. Después, “diapositivas” o “transparencias”. Ahora les dicen slides y power point.

G

garrotillo. Metáfora del “garrote vil” porque esta enfermedad bloqueaba la garganta y producía así la muerte. La denominación popular fue desplazada por la más culta: “difteria”.

gua. Juego de canicas que tenía por fin introducir la propia en un hoyito y golpear las de los otros competidores para alejarlas del agujero. Algo parecido al golf, pero más violento.

guripa. De origen caló, designaba al que mantenía el orden. Luego llegarían “los grises” y “los maderos”, por el color de sus uniformes.

gachí. Femenino del caló “gachó” (hombre), se refería más bien a las mujeres espectaculares. “Salir con una gachí” se presentaba siempre como un plan para dar envidia. (“¡Menuda gachí!”).

H

hi-fi. Abreviación de high fidelity o gran fidelidad (mal traducido como “alta fidelidad”). Una especie de homo antecessor del término wi-fi.

L

lañar. “¡Lañaaadooorr…! ¡Se arreglan sartenes, palanganaaas!”. Y se arreglaban con lañas, unas grapas que recomponían lo agrietado. El verbo podría tener una segunda vida como metáfora.

lavativa. La forma popular de llamar al enema o clister. Para aplicar las lavativas, había que jeringarse un poquito.

lechería. Ya no compramos leche en las lecherías, y pronto no se comprará el pan en las panaderías.

M

magnetófono. Aparato para la grabación electromagnética en una cinta. Le sucedieron los casetes y radiocasetes. Pero todos esos términos quedaron borrados por la “grabadora”.

matiné. Del francés matinée. Función matinal de un espectáculo de cine, circo… (y también la que se ofrecía a primera hora de la tarde). Sigue habiendo sesiones matinales, que ya rara vez se llaman matiné.

N

niqui. Parece proceder del personaje Nicky de la película «Llamar a cualquier puerta» (1949), como ocurrió con “Rebeca” (Hitchcok, 1940). Cede terreno a “polo”, aunque con este nombre la prenda nos salga más cara.

O

ocal. Nada que ver con Okal (“Okal es un producto superior”, “Okal alivia el dolor”). Se llamaba así a un pimentón usado para conservar la carne.

P

pardiez. Interjección que servía para no mentar a Dios en vano (“¡pardiez!” en vez de “¡por Dios!”). Sigue viva en la literatura clásica, pero ya nadie la dice.

penene. De PNN (profesor no numerario). La clase baja de la docencia universitaria; muy reivindicativa.

pickup. Procedía del nombre en inglés de la aguja que hacía sonar el tocadiscos. Pick-up arm significa “brazo alzado”, y de ahí la metáfora con el mecanismo.

pololos. Pantalones bombachos que usaban las mujeres para hacer gimnasia. Ya sólo perviven en los trajes regionales españoles, debajo de la enagua. Jamás se han visto en un gym.

S

sostén. Por alguna razón, esta palabra ha salido derrotada en España ante “sujetador”.

slip. Se introdujo esta palabra en la publicidad como eufemismo de “calzoncillo”. Casi siempre se trataba de un calzoncillo ajustado. Hoy en día, “calzoncillo” recupera terreno.

T

tecnicolor. Del inglés technicolor. Se aplicaba a las películas en color para distinguirlas de las en blanco y negro.

tomavistas. El precedente de la cámara de vídeo. Grababa en formato cine.

trenca. Abrigo con capucha. Quizás se nombró así por la semejanza de sus botones alargados y abrochados en presillas con los palos atravesados de las colmenas (trencas también). Ahora esa prenda se suele llamar simplemente «abrigo»

U

ultramarinos. Tiendas que vendían productos traídos de ultramar. Después, cualquier tienda de comestibles. Hoy casi todas han sido arrasadas por los supermercados y los hipermercados.

V

vocalista. El cantante de un conjunto.

Y

yeyé. Por la canción «She loves you, yeah, yeah, yeah», de los Beatles. Después llegaron «La chica yeyé» (de Conchita Velasco) y el Madrid Yeyé (que ganó la sexta).

[Hum}– Bodas de Plata

El matrimonio formado por Berta y Cacho iban a cumplir 25 años de casados. Pensando en eso, de prono Berta le dijo a su marido:

—Chuchi, estamos de aniversario: ¡25 años! Me gustaría hacer algo que hace tiempo no hago.

—Genial: ¡cállate!